viernes, 25 de diciembre de 2009

¡Que nostalgia de años parira la alegria futura!

Donde el cielo buscaba a la patria

y los ángeles al gobierno de turno

las estrellas miraban las bancas

y las nubes sembraban congresos

No se supo si el viento que venía

ese Kemelmager eterno

era Dios o era un monarca

¿qué tipo de mito te enamora, mujer blanca?



Salta la apariencia, tu hermana

y devuélvele la sacristía al gobernante

el que sirve la mesa

levanta los manteles

siembra la vida que después es comida

se atraviesa hasta encontrar la paz.

Dice: ¡No! cuando tocan su dignidad

y se recibe de ternura cada noche

cuando arruma a sus hijos

y le besa la frente

y le reza al santo de los mil milagros

y se despereza la intriga en los sindicatos

y se han hecho hombres y mujeres a lo decente

deseando el amor como si fuera pan

y la caricia como si fuera vida

y el olvido aparte, lejos.

Y la memoria furibunda recorre la piel de estos hombres

y encandila los ojos del corazón de estas mujeres

¡Qué vientre fatal y primario parirá el nuevo mundo!

¡Qué nostalgia de años será la alegría futura!


¡Cómo los hijos y las hijas refundarán la nación mundo!

¡Adelante! ¡El salto al amor es condición!





¿Que es lo que me toca decir?

No lo sé.

No soy yo el que piensa.

Si te mueves lento por el camino,

alguien llama la atención.

Si corres presuroso a la llegada,

te tropiezas y caes.

Si acaso decides copiar la velocidad de tus pares,

nunca conocerás tu propio ritmo.

Si te mueves indeciso por los lugares,

otra será tu inocencia al llegar a casa.

Si te espantas por lo que sucede,

no es a Dios al que comprendes.

Si te niegas a verte verde,

no es naturaleza vida lo que abrazas.

Si sigues caminando / y al borde del camino / un hombre o una estatua quieren venderte un destino / sigue de largo y espera / que lo lindo y lo travieso aún no comienza.




¿Que es la revolucion?

¿qué es la revolución?

se preguntaba el iconoclasta

sabedor de la grafica mundial

torturador del sentido.



¿qué es la revolución?

se preguntaba el político de turno

embriagador de sentido

cansador de amigos.



¿qué es la revolución?

se apresuraba a preguntarse el joven

y la hace sin saber.



¿qué es la revolución?

se mira en un espejo el cura

que no conoce a Jesús.



¿qué es la revolución?

observa asustado un burgués

desactualizado en cuanto a dignidades.



¿qué es la revolución?

dice el obrero del campo

que un hijo nació en el cielo.



¿qué es la revolución?

interrógase el artista

que dibuja la muerte y luego le pone nombre.



¿qué es la revolución?

se dice a sí mismo el ególatra

y explota su corazón.



¿qué es la revolución?

se pregunta la ermita del pecado

volviéndole la espalda al más encumbrado.



¿qué es la revolución?

observa un ciego ese todo que lo rodea

y explica su casa con dos palabras.



¿qué es la revolución?

una niña baila desnuda sobre un atril

y obliga al justiciero a tocar sólo sus notas.



¿qué es la revolución?

y Martí observa sorprendido

que la palabra aún exista.



¿qué es la revolución?

muere la cofradía de la flor solar

se hace tibia su tristeza.



¿qué es la revolución?

un pequeño círculo agrietado

por donde entran todas las voluntades.



¿qué es la revolución?

tus ojos al sol

esperándome.



¿qué es la revolución?

todo lo que ha aplastado al silencio

la pura cobardía.



¿qué es la revolución?

cada detalle de vida y muerte

duplicados por la mirada.



¿qué es la revolución?

una semilla transgénica

esa que nunca termina por llenar.



¿qué es la revolución?

un niño podrá decir verdades

pero los cánticos siempre serán más profundos.



¿qué es la revolución?

una manera de encontrar el alma

en el cuerpo de alguien más.



¿qué es la revolución?

la sangre que desparramo

al saber que no soy tu cielo.



¿qué es la revolución?

un desgaste de los tiempos

colgados de la punta de los dedos del reloj.



¿qué es la revolución?

carne con hueso

hervida y echa sopa.



¿qué es la revolución?

una madre abrazando a un hijo

en un día de lluvia

al costado del camino

detrás del último profeta comestible.





¿Que clausula ponerle a la curiosidad toda?

El tiempo de Internet me impide lo demás

¿Qué cláusula ponerle a la curiosidad toda?

Es imposible llegar al lugar que propones

Si acaso robas una piedrita, o un poco de arena,

O miras estrellas ansiosas de tenerte,

O te cuelgas de la novedad.

Te inquietas.

Te rodeas de lo cierto.

Te buscas.


Y estoy para amarte… ¿o algo más se puede hacer?

Y reconocerte niña y virgen, padre y ciudadano

¿O te asusta lo que profesas?

¿O te incomoda tu propia vida?

¿O no puedes volver a reverlo todo?

Golpea una puerta y sale el amador

Te acurrucas a su lado y luego silbas tu canción

Te miras, virgen, limpio, así como las cosas no son.

Te miras, virgen, limpio.


Recorro tu vida como en un crucigrama

Te advierto que los puntos sobre las ies están puestos

Me aferro a tu destino ambulante

Me arrojo delante del coche persa

Me muero de morirme

Me encierro en tu semblante.





Qué clase de tipo


Qué clase de tipo

Tan mierda

Tan golfo

Tan meritorio…


Qué clase de tipo

Tan cuerdo

Tan niño

Tan inesperado…


Qué clase de tipo

Tan silueta

Tan oculto

Tan parado en lo alto de lo que hemos hecho. Propietario y pobrete.






jueves, 17 de diciembre de 2009

puro por profano

El debate frecuentado

por honores y altos cargos

se han mostrado grandilocuentes

afectando las paredes de tus manos

se han mostrado enormes

deseando ser su espanto

se han mostrado dignos

descargando lo puro por profano.


Te has hecho huella alada

dejaste atrás al simuleta encriptada

te avanzaste libre hacia la nada

entregaste el amor que te faltaba

y luego volviste sutil; a la sombra simulada.


Has vuelto al pago

te reconocen los pájaros cuando te cantan

se enderezan las ramas a tu paso

te silban la canción de tu quebranto.

Has vuelto al pago.


Para cubrir la cuota que te ampara

te refugias en dignos cotidianos

recorres una y otra vez las mismas calles

saludas siempre al conocido de turno

te compras la ropa en la misma tienda

te comportas como la media exige.


Y miras de reojo timorato

a lo nuevo que de tanto en tanto

viene a sacarle lustre a la jornada

viene a entregar el todo por la nada

se hace de pezuña vívida, inocente,

y luego te descubre timorata,

garabato veloz; seña olvidada,

golpeando a mercaderes por quebrantos,

saliendo a los golpes de molestia,

vislumbrando un futuro antes espanto,

sacando la jornada día a día,

Escapando.


Y te amasijo la cobardía héroe,

esa misma que intuye la jornada,

la misma sensación, nueva alborada,

alegre la canción, canto a la nada,

belleza lo que aparta de mí,

extremo lo que me extraña,

beso, añoranza, abrazo,

tu vida divirtiéndome a reír,

el mundo sacudiendo su frazada.




¿Puedo ser otra cosa?


Si hago todo para ella

¿qué soy yo?

Me niego de mí al ser ella

Pero… ¿puedo ser otra cosa?


Si,

en el silencio.

.

sólo veo su boca moverse

sus ojos moverse

su pelo moverse

Si al verla sólo puedo verla

¿me niego de mí al ser ella?

Pero… ¿pudo ser otra cosa?




Puedo

Puedo elevar una poesía,

subirla al techo,

puedo adjudicarle al menor el derecho,

y al otro el olvido,

puedo canalizar tu duda.


Puedo silbar la ciencia primera,

acariciarla de a poco,

puedo vislumbrar tu sentido en el horizonte,

hacerlo correr por los prados,

puedo adivinar lo que piensas.


Puedo cruzar el río sin botas,

llegar a la colina azul,

puedo rejuvenecer el día hasta hacerlo noche,

colgarme de una estrella,

puedo descubrir tus ojos detrás de cualquier ojo.




Problemas simples


Si quisiera liberarme por un tiempo, sólo tendría que apagar la televisión. O sea, apagar la posibilidad de ver en el espacio. Para todos los insensatos que creen poder etiquetar al mundo y sus alrededores, ahí les va un escupitajo de problemas simples para seres idiotas.


El semáforo estaba allí. Para nuestro caso, verde, amarillo y rojo. Prendido absolutamente. Y el niño se para frente a él. Y, simplemente, cruza. Al llegar al otro lado lo vuelve a observar y recuerda navidad.


Las mujeres apagaban un incendio. Siempre estuvieron allí, avivando la llama. ¿Cómo se llama la vida en tu barrio?


La pomada negra era la que tapaba las culpas de todos los incrédulos y papas fritas. Ahora bien: ¿acaso la culpa la tiene la pomada?


El hombre abotonaba su camisa. Se arreglaba para ir a trabajar. Saludaba a su familia antes de irse. No escribía ni una página. ¿Qué tipo de libertad se supone que se merece?


Los boliches cerraban a las 5 de la mañana. A las seis, millones de borrachos rompían las puertas de antiguas novias. ¿Qué tipo de relación de pareja te da el alcohol?





¿Por qué no me puedo dormir?


¿Por qué no me puedo dormir?

El día en que decido acostarme temprano

olvidar tu nombre

lavar la conciencia

vestirme de pobre

danzar con la Luna

cantar bajito

no me puedo dormir…

¿O será que estoy durmiendo?





martes, 24 de noviembre de 2009

¿Por qué mi corazón ya no es mío?

Había sido robado por un viento;
le habían cambiado el nombre,
ahora tenía el tuyo
escrito con tinta china.


Ahora andaba yo
sin el corazón
con un agujero en el pecho
siendo sólo pensamiento
pero sin alma
porque todos sabemos que vive en el corazón
y sin espíritu
porque el mundo sabe que vive en el Sol.


Una vez
de una vez
una oferta me tentó
no era un gran corazón
ni era joven
ni era nuevo
pero era lo que había quedado
después de todo lo que lo has usado.

Poner en letras

El niño cantaba la canción de sus padres
una que de olvidos debía continuar
y poner en letras lo que en familia silencio
y desarrollar la parte libre y productiva:
que todo lo demás se vuelva canción.

Poesía de adjetivos

Enroscado en su lugar
el verde fatal intento daba resultado
y se movía el silencio.


Viendo la nave volar
imaginaba otros mundos
otras estrellas más bellas aún
otro corcel blanco, santo, como un suspiro.


En sopesando detenerse al momento
El gris moscato deleitaba su canto
como un zorzal alado, como un valiente.


¿Qué tanto detergente y vida?
Recuerdo bien sus ojos y su vida,
su precordillerana existencia.
Allí, ella dijo, era el paraíso.
Y sus dos hijos, dos hombres,
y su marido un necio,
y el resultado fue, otra vez, el alejamiento.

Podré pronunciar tu nombre completo

0
Esa maldición que te has echado
con nombre de salmo…
con olor a salmo…
esa maldición tiritada.


¿Acaso el temor al miedo redime?
¿Qué condición dudosa te acompaña?
No eres canto sino guitarra
manantial encubierto de la nada
arquetipo de intentador y virgen
peligrosa obsesión te acompaña
de la mano del pan y plegarias
que repartes sin medias ni abrazos.
Y devuelves al cielo estrellado
una forma brutal de tu hermano.


Vuelve al pasto que aún lleva tu nombre
desnúdate de penas apenas rompa el cuarzo
sacúdete indecente el miembro austral que te late
voltéate a mirar las ruinas que has sido al ser
miente las frutas secas que simulas frescura
renace la canción de tu nacimiento y brinda ayer.


I
¿Vuelve el verde y vuelve tu canto?
¿se ha ido ‘lo todo’ en tu huarpe?
¿qué queda debajo de lo que ocultas?
Sería sembrarte de dudas mil veces
suponer que nada ha pasado
que todo es presente
que olvido y detergente son la misma cosa
la suerte, la limpieza,
la sombra, hoy.
Tu belleza austral, tu vientre afilado,
los hombres que niegan que te hayan desvirgado,
tus tetas flotando en lodos de olvido,
tu siempre directa pasión alumbrante;
ese ruiseñor que tu boca implora
en la canción mayor de las buenas cosas;
ese siempre tú, pero más mimosa,
ese no te encuentro ni en pisar baldosas,
las mismas que años ‘ha’ sumaban nuestro peso en prosa. Y de a dos.


II
Quiero seguir diciendo en este mismo sentido
por dolor, o culpa, o simple comodidad,
si es que tus bondades se encuentran en danzar
baila el baile que te canto; baile de nunca acabar,
y entonces, estos ojos que me acompañan, sólo tendrán su baile,
sólo serán tu figura tatuada en su más adentro,
sólo podrán mantenerse así: contemplando;
sólo un Dios fatal arrancará este recuerdo de ti.


III
Día de memoria silenciosa
día gris.

Sueño reparador abreviado
noche azul.

Sombra crepuscular adosada
muerte al fin.

Sangre necesidad desarmada
Dios-aiz.


IV
Como última necesidad de ti
envenenando el suelo raíz
cuando todo vuelva codorniz
a posarse en ti y en mí
y el llanto no sea más llanto
y el olvido sea memoria
y la vida se haga cardo de 10.000 años
y tus sirvientes sean millones
sólo allí, sólo en ese momento, /podré pronunciar tu nombre completo/

La sombra de agosto

Tu nombre calzaba justo, era exacto.
La tiniebla azul, primero acompañaba, y luego se iba.
El niño, pequeño, me miraba a los ojos.
Grandes ojos negros los de aquel niño.


Sus padres se acercaban a contemplarlo.
Ellos lo alzaban.
Nada parecía inquietar a aquella imagen.
Todo estaba allí, medido… en su justa medida.
La madre, tal vez risueña, besaba su frente.


Se fueron caminando él, ella y el niño.
Salieron de aquel lugar, ese hospital, y se perdieron bajo el sol.
Una puerta apunta hacia mis palabras.
Una claridad sin nombre se distingue en ella.
Quiero volver… pero es imposible.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Pequeño intento de vida


¿Qué reposo no te da violencia?
Sin violencia no hay reposo.
Sin arte no hay vida.
Sin ti no hay nada.



Lo tan pequeño como tú
es lo más completo como todo lo demás
pero en ti, aislado corazón, vive el amor
y en eso de reconocerlo hay humanidad
y en eso que se hace por uno hay conciencia.

pequeño intento de vida
superas a todo lo demás.


No hay desierto sin granos de arena
ni brújula cierta que no indique tu partida
ni alma que no conozca tu retorno
caricia, poeta-canto, caricia,
trémulo.







Pequeña ruiseñor

Mujeres
sombras después del cielo
¿hacia adonde tu amor por mí?



Elena
Recia. Tunante.
¿Cuántas veces amante?



Isabel.
La cuna de Horangel.
¿Qué canción hiciste por él?



Sabía de antemano tu respuesta
pequeña ruiseñor sangre alada
sobrina de los bares afilados.
Elemento fatal
Liebre de espantos
Vejiga yugular
Muerte a los diarios
Todo lo demás es tu quebranto.

Palabritas

¡Qué tonto!
No las vi…
eran tus palabritas.


Que de a una,
qué bonitas,
como en fila,
vienen en compañía.

Si me cantan,
o me esperan,
ellas siempre son austeras.


No me dicen,
me reflejan,
me aconsejan tu presencia.

Palabras al viento


Adscribe al entuerto.
Elimina la fiebre tifoidea de todo.



Sobre lo que tal vez llevara tu nombre
no es de santos preguntar lo que sucede
sé libre, respira, canta,
advierte al público en la mesa
sueña el sueño de los que todos reinan
observa santo lo que ayer era pecado
alivia esa sobremesa de golpes
adjudícale al sabio mayor
el vicio pequeño
al bruto Alarcón
la palma y la espada
a todo señor carente
el brazo proxeneta
al niño menor /sus tetas/





¡Oye!

¡Oye!
Si tu sangre es espanto, ¿qué harás con tu descendencia?
Si te das ese lujo: ¿qué futuro te espera?
Avanza-ama
Avanza-siente
Alégrate.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Otra noche con Natalia

b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
Ella podía fornicar como una máquina durante cuatro días y cuatro noches y seguir pensando en instrumentos para el juego y en bañarse toda de chocolate con whisky o salsa de tomate o cuanta cosa más.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
Instalada allí, no sabía de límites ni se daba respiro. Arriba del techo, haciendo banderolas con los calzones, se arrojaba con los ojos apretados y el resto que lo dijeran los oráculos, si podían. Sin embargo entre capítulos y ciclos. Durante días o semanas o meses podía irse para adentro y clausurar su cuerpo como un acordeón en desuso.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
Sostenía que estábamos en la "Última Cena", pero sólo comiéndonos las uñas, y no quedaba otra que dormirte siempre con un ojo abierto y un pie en tierra, por si acaso, y con las orejas amarradas con alambre para que ninguna se fuese a quedar olvidada en algún teléfono público.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
A menudo nos cansábamos del otro, pero ella se cansaba más. "Tu cuerpo se repite", decía, desconsolada, confundida, y era entonces cuando el tiempo hacía una de las suyas, la tarde no era suficiente, la noche había pasado y fallaba el despertador.
Ni en mi mayor punto de ira podía negar los talentos de ella.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
Su creatividad era el antítesis del tipo que se aprende las posiciones del Kamasutra y que se pone a practicarlas. Cuando agarraba vuelo era como llegar en smoking y hawayanas al entierro de un humorista sin trabajo y pedir dinero prestado.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
Pero estos arrestos le duraban sólo días o un par de semanas. Cuando ella decía "tu cuerpo se repite", estaba acusando a su vieja, al Profesor Enrique Moleto, a la pequeña Lulú, a Sor Teresa, a Freud, al siglo XXI y a lo que nunca le dijeron. La caprichosa historia hizo que todas las Natalias del mundo fueran diosas, digo yo, y las dejaron masticando ese poder que no pidieron y detestan tanto.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
Los dioses se aburren y por eso inventan las religiones. En las crisis ella arrojaba una espuma extraña y despotricaba por la insuficiencia y porque detestaba el femenino rol de ocultamiento y defensa del que no podía escapar y porque juraba furiosa que si Dios hubiese existido era un tipo machista, barbón y malhablado.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
Éste era el tipo de confusos razonamientos que ella dejaba caer en la mesa del desayuno cuando partía cerrando con un portazo y no volvía en semanas, buscando en otros cuerpos lo que tampoco hubiese podido encontrar en los infiernos.
Con el tiempo ella aprendió a esconderse en su boina de Ernesto Guevara y en las fotografías de los poetas muertos en el muro. Los líos de la cama para ella podían ser una discreta operación de silencios y elipsis. Todo lo que podíamos decirnos era a través de las yemas de los dedos; lo demás había quedado en el mantel con los restos del arrollado, el picante y los bajativos.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
Sólo cabía el paréntesis de mi torpeza, nuestras torpezas. O invocaciones ternurientas de ella a mi femenino: decía haberse enamorado de todas las mujeres que me habitaban, y podía deleitarse al descubrirse ejerciendo el rol del hijoputa que instala a la sobrina en las rodillas y sudando y temblando le muestra con los dedos todos los secretos que dicen que tiene el mundo
Pero en otras venía la voltarera y lo padecían los vecinos. Ella entonces era una guerrilla de vocablos y nadie podía detenerla. Se rompía en un nudo de obscenidades del que sólo podía salir cuando desde alguna parte aparecía un calzón o un pañuelo blanco implorando una tregua.
[b][c=4].Esther.[/c][/b] dice:
La verdad es que era feroz, pero el orden del mundo estaba en esos alaridos y había que seguir hasta las últimas, aunque capituláramos en el intento. A veces, claro, no me quedaba más que insultarla y decirle que se fuera a la mierda. Me había hastiado, tenía el sexo hecho un guiñapo y del espinazo ni hablemos.

Horas después me despertaba, restaurado, grande, ligero: los mares y las colinas estaban otra vez en su lugar, y de nuevo los placeres y los días tenían orden en el universo. Entonces alcanzaba una copa, me reía mirando el techo, pensaba en cómo quiero a mis amigos, convocaba a Dizzy, preparaba la máquina de escribir y me detestaba menos que nunca. Ella me había dejado ese poder y se había ido. No me era dificil imaginarla errando por la ciudad, celebrando la soledad y bebiendo por todo lo inalcanzable, por su ovario izquierdo, por los destinos imposibles, por lo que nunca conocimos.

Otra noche azul

Otra noche azul. Como el sueño no venía… y tú estabas tan cerca. Aquí estamos. En verdad podía falta a todo menos a la cita. Luego dudo si en realidad es a eso a lo que podía faltar. Si es que tomarías asistencia de mis venidas o si, tal vez, sólo estarías allí para contemplar. Acaso un sueño reparador, un algo normal, te vendría bien.


Otra noche azul. Y las broncas por los ojos se hacen insomnio. Hoy debería… ayer debería… mañana debería… una vida de deberes. Al final de cuentas, ni yo te debo ni tú me debes… pero ambos debemos.


Otra noche azul. ¿Qué mañana le queda a Macondo? Las del olvido, la pura violencia o el rasca del vecino de en frente que sólo lee lo que no hace pensar. La bandida de su mujer sale de tiros por las noches azules. Sus hijos les rezan a padres suyos que nunca conocieron.


Otra noche azul. ¡Y la fucking nostalgia que se instala en mi alma! Y el calor que no deja descansar. Y hay que matar al calor y al tiempo. Eso pasa por no tener un termostato incorporado lo suficientemente desarrollado como para superar la exterioridad. Como quien dice cagarse en el calor. Pero el problema era otro, el problema era la nostalgia.


Otra noche azul. De esas que debería olvidar antes de que comiencen. Adelantarse al futuro desencanto. Habría que ser un profeta de los de antes; de esos que escuchaban al Dios del pueblo. Pero somos profetas de hoy… profetas que no sobrevivimos a las noches azules.


Otra noche azul. El biorritmo me sube a 50.000. Mañana te veo, sonsa. Y ya estoy viendo lo difícil que será tratar de volver a olvidarte.

No es mi tiempo

Ya lo dijo la estrella septentrional y la estrella del Sur: no es mi tiempo.
Y lo dijo el modo rubilar, el ventrílocuo: no es mi tiempo.
Pero subo por los índices de belleza,
de estrategia,
subo por los índices del pecado,
de la oferta,
del movimiento…
subo por los índices palaciegos, índices pardos,
al momento más alejado que puedo encontrar,
al espacio más plateado,
y desde ahí me anido,
y espero a los pájaros,
espero su regreso,
espero su vida.








Ha sido lo otro... pero lo propio

Me he sentido hoy, indefenso.
Me he sentido vulnerable.
He entregado mi cuerpo a los doctores,
y por ello,
mi vida.
He entregado mi ser a la voluntad del otro,
he cerrado los ojos,
me he librado del ego,
ha sido lo otro… pero lo propio.


Ha sido un solo movimiento,
un intento,
un medio.
Ha sido la fuerza unidireccional,
la fuerza primigenia,
aquella que me acompañó.
Dame fuerzas para ser el otro,
o sea,
tu voluntad.

El elenco

En medio de vaya uno a saber qué otras cosas,
los impulsos mecánicos se sublevaron,
y arrancaron de cuajo todo lo bronce,
que fue a parar al cajón de los olvidos;
allí, entre tanto muerto, decidió obturar tu mirada,
y reposó sin cansancio sobre tu cama,
y le hizo un acertijo al loco de la espada,
y se vistió de rosa, luego princesa,
escapó perfil por su tibieza,
se acercó a la niña, tocó su rostro,
le dijo una sutileza sin nombre y luego zarpó.
El viaje lo encontró sólo,
una vez más,
allí donde comenzaban sus recuerdos…

domingo, 1 de noviembre de 2009

Obnubilado


Era todo lo que pasaba
todo lo que se medía
todo lo que abrazaba.
Era todo lo subterráneo
todo lo de poesía
todo tu amor alado.
Era todo lo perturbado
todo lo policía
todo lo que entregaba de dos en dos el tranvía.
Era miércoles de paseo
jueves de apoplejías
tú y yo… una aspirina
era todo tu dolor más el mío: era.

Me quedo con tu llave marioneta


Un sin fin de brújulas andantes,
un reflejo azul /carne ambulante/,
dime lo que de espanto me pertenece,
para olvidarlo.



Embrujo de color lo que te canto,
sólo para enamorar tu parte inquieta,
me quedo con tu llave marioneta,
me quedo con tu sangre.


Tan básicos los himnos capilares,
tan mediocres.
Tan limitados en sus idas y vueltas,
tan cortos de juglares,
tan nimios.


Los busco igual,
para ser un millón,
como hermanos y hermanas,
como el movimiento que se da en la puerta,
como el regreso de los mil profetas,
como la voz que me invita: “ama, sirve, obedece”.


Como la dirección a la tierra-cancha-campo.





Encuentro


El segundo después fue silencio.
Se acercó la niña, escasa de ropas, y tiro de mi remera;
me clavó su mirada como exigiendo respuestas;
y yo, que sólo le doy respuestas al Sol cuando me las pide, la estreché en mis brazos.
Ella supuso que iba a golpearla… pude sentir eso,
pero, luego, ella se soltó absolutamente y me abrazó.
Pude contemplar su sonrisa descansando en mi espalda,
uno puede ver aquello que el otro siente.



Pude vernos bailar, ahora sí, con el Sol testigo
que inundaba cada centímetro de nuestro movimiento.


Levanté la vista y los vi a todos,
hermosos ángeles de mil lugares,
todos allí, bailando, acompañando el movimiento.
Y yo que sólo esperaba una vida tranquila, me encontré con miles de vidas tranquilas.
Y yo que quería un descanso eterno, me encontré con otros que abrigaron mi canto.





El que nunca fue

Había en la mesa y en el bar diez amigos mirando por la ventana. Sobre la mesa que mencionamos, un sin fin de cafés: algunos listos, otros a medio acabar, la mayoría fríos. Sobrecitos de azúcar abiertos y desparramados. Algún que otro cenicero cuasi colmado de colillas y cenizas. Diez amigos mirando por la ventana. Veinte ojos expectantes de lo que pudiera suceder. Ustedes ya lo saben: esperaban al que nunca fue.

El meridiano

Tú no tienes memoria de lo escrito.
Ni sabes aquello que viene.
Eres un silencio.
Como silencio te convoco.


Abre la puerta al hermano,
que pase,
tiende la mesa,
dale de comer,
luego serás libre.


Abre la puerta al herido,
cura su alma,
entrégate tu ropa,
dale tu palma,
ámalo.


Mírate en los ojos del caído,
devuélvele el azul a lo perdido,
hazte tierra y paja; libre y ave.
Hazte de lo mismo que tus hermanos.

domingo, 18 de octubre de 2009

Noche

Esa inquietud.
Es la noche.
Tú vienes desnuda de estrellas a hacerte ver.
Tú, prostituta, me muestras tu Todo Infinito
tan falto de pudor.


Tan mujer, tan completa.
Total vergüenza me da enfrentarte.
¿Quién soy yo para encarar semejante tarea?
Agacho mi cabeza para simular el día que llega
pero no llega.


Y eres tú la desaforada amante que me pone en mi centro,
y a veces me desprecias,
te he visto enamorar a otros profet… digo, poetas, perra!
Te he visto contonear tu infinidad para desvelo de otros… de otras…
y yo, que no soy sino tu sueño, me desvivo por mirarte estrella, Luna, pan.
Y yo, que no soy sino tu olvido, me refugio de tus artilugios de hechicería.
¡Ay!; ¡mi puta te pertenece tanto y tanto!; ¡eres mi sangre, negra promesa!

Nos reunimos

Semblante.
Me late el instinto, me amortigua.
Me hace pensarte mía, ajena, subversiva.
Me invita la suerte a abrazarte,
y luego dejarte,
y luego canción.
Me indica el instinto tu plaza,
tu lugar adormecido de esperanza,
tu fluvial catarata de cariños,
la espera sacerdotal,
la muerte del indio,
el doble juego en donde tú y yo nos reunimos.

No hay pócima que te aleje de ti

¿Qué es lo que sangra?
Árbol.
Camino oficial.
Escuela.


Milenario receptor.
Niño pardo.
Sangre corredora.


Te he amado a oscuras, negra algarabía.
Te he condenado en silencio, antes de tu vida.
Te he dicho cómo es que se dice amor con el Todo.


Tú respondes burlona /lo mismo que ama tu indiferencia/
No hay dinero que monte guardia en tu cubil felino.
No hay pócima que te aleje de ti.
Alegre, amenizadora, el estanque claro romperá todo lo demás; cien por ti.

Me impulsaste

Me impulsaste.
Me diste la alegría que me venía guardando,
no sé para quién,
ni sé por qué.


Me diste el empujón que me ayuda con mis días,
me diste ánimo,
me amaste.


Me diste el movimiento que me llevó a perderte,
o sea a encontrar todo lo demás,
o sea a encontrarte en todo lo demás.

Mira altivo el juicio pardo

Una ilimitada coincidencia,
la que te une, indivisible, a mis labios.
Es la suerte traicionera la que me acompaña.
Acaso la espera, esa dulce condena, ese detalle,
esa armonía con curvas, ese silencio, esa muerte.
Me lamentaba de lleno por todo aquello.


Te he jurado sapiencia,
para saberte dura,
para quererte altiva,
para solventar lo poquito con tu movimiento.
Tal vez era mi sueño,
todo acomodado a su tiempo,
todo acomodado a su tiempo,
todo detenido en su suspiro,
tan dependiente que apesto…
El olor a tu cuerpo me encadena.


Te he jurado la venia dominguera…
absolviendo la parodia de tus autos,
esquivando la propuesta una a una,
sabiéndote ganadora del juego…
tan libre…
tan necesaria…
tan triste.


El reparto de lo dicho se endereza;
mira altivo el juicio pardo.

Lo necesario

¿Qué es lo que dicen tus ojos?
¿Quién dice “calle”?
La maniobra transversal es la oficina,
el arte mío y sublingual, tal vez tu esquina,
el niño ajeno hasta rabiar, la policía.


Camina lo necesario antes de irte,
camina mirando al cielo que es tu regazo,
camina lo popular y diluviano,
camina niña juglar, niña esperanto,
camina y en el andar, vuélvete santo.


Sal corriendo del paso,
haz campo traviesa por donde Lautaro,
caza los ricudines que te han cantado,
hazte parte evidente,
parte escriba;
hazte parte silencio,
parte niña;
hazte parte ambulante,
parte semilla.

La luz que era, se apaga...

No hay tiempo,
la defensa del honor está lejana,
ella, parada, muerta,
no hace sino vivir mi vida;
se dejó…
tal vez…
se dejó para siempre.



El halo de muerte la rodea,
no sabe qué hacer ni cómo,
yo la veo, la presiento,
y me entrega al palabrear cerrado;
porque de rencores está lleno el mundo,
y ella es su fiel reflejo.



Luego podemos sentarnos a tomar algo,
luego podemos suponer cariño,
luego podemos hacer de cuenta que es vida lo que sucede;
pero ahora no, no podemos…
su mirada ya no dice,
se mantiene estática, observando, buscando justificación en la vida ajena…
yo
en cambio
borroneo una hoja que acaso me rinda homenaje,
una de las pocas compañías que aún florecen en mi tiempo,
la luz que era, se apaga…

Caída Libre


Es el medio: no va ni viene;
es margen y a la vez centro,
es amague de niño bien,
recuerda,
sube,
y vive en México.



Es suerte un poco de todo,
es suerte también gira,
es el motivo de movimiento,
caída libre.



El balbuceo

Era el balbuceo,
lo que luego fue palabra,
y el millón de lo que no sabía,
nunca se dijo.


Era hombre inteligente lo que esperaba,
y tal vez niña pecadora a la vuelta;
era “mujer de Vietes” lo que sonaba,
y tal vez niño escurridizo aterido.


Era, en el fondo, la película,
la marioneta occidental que hace tus sueños,
la parodia amontonada de los besos,
el gesto hambriento de un elemento decidor…
una pava…
y el agua lista pa los mates.

Abre

Abre
¿Sabes que tu mente es infinita?
No hay lugar para el techo…
Aprende,
Conciente,
Libre,
Sube hasta la parte más alegre,
Sabes que el delirio es la voluntad,
O la discordia,
O el cielo;
Dime lo que puedes saber de lo que siento,
Para obligarme a no decirte lo obvio,
Me-gustas-mujer-en-mil, ERES,
Todo lo absoluto lleva tu nombre,
¡tantas veces has viajado!
¡por tantos y tantos planetas!
Te espero…

domingo, 11 de octubre de 2009

Nadies

El miércoles me astillé el olvido
y cada parte vino a recordarte todo
y recordé no caer en el esfuerzo
que siempre beneficia a alguien más
que siempre llena los bolsillos ajenos.



Que las horas de más en el trabajo
serían las horas libres en el futuro
cuando ya no las trabaje
y las aproveche para organizarme
y dejar de pensar en la soga
para creer en la libertad.



Y cuando sean por cuatro horas las actividades comunales
se habrá sembrado de futuro los ojos de los hijos de los nadies
se hará escarlata su andar cansado
te animará un impulso que supera al ser animal
que lo pone con la ferocidad al límite del amor
que lo hace saborear la victoria de lo justo
que lo dignifica hasta el hartazgo.



Y cuando sean por cuatro horas las actividades comunales
se habrá sembrado de futuro los ojos de los hijos de los nadies
será de leche y cariño cada amanecer sagrado
se habrá acompasado el esfuerzo con el descanso
mirará lejano y cierto el viejo papelero que nos dio vida
y habrá renacido entre los hierros la fragua que nos dio acero
y se pintará de noche nueva la dama que cosió las medias y ordenó la casa
y bordará con lo que le queda de paciencia la señora que vistió al mundo.
Y todos los demás también cantarán su canción
cuando coincidan en un solo grito
y luego en un solo silencio
y abrazo va y abrazo viene
y todo oprobio quedará en el olvido
y se hará de pan el futuro que ya es nuestro.



Sal del escondite y toma las riendas
que ha vuelto a renacer la esperanza de tus manos
labrador impaciente de los surcos infinitos
podador de frutales, sembrador de esperanzas,
gritador de las partes grises del sindicato
tu canto está volviendo a las tribunas
como un vestigio fatal que exige justicia
y honor, palabra, bronce,
un nudo a desatar comienza en las noticias:
que mil mujeres y un hombre…
han refundado la vida en los ojos de Evita.

Nada es bastante

Lo boscoso, entre lo boscoso, tu cara
dibujo pinceladas sueltas sobre tu recuerdo
me hago de paciencia santa
destapo la champaña antes de tiempo.
Te hago acreedora de mis sábanas
te dibujo encendido sobre el cielo
se me hace de arroz tu voz danzante
es de un niño de sal el estandarte
dice en letra mayor: “nada es bastante”.

Nada es mio


Observé el azul
quise todo.
Me apropié de cuanto pasaba
le puse mi nombre
lo guardé en un bolsillo inmenso
que tengo en el rescoldo de la mesa
y dormí en paz.



Al otro día igual
Sumé todas las cuentas
Resté todas las sumas
Me hice del alma de un transeúnte
Digo, de un hombre que pasaba por la calle
Acomodé lo apropiado en el bolsillo
Limpié mis dientes de sangre
Y dormí en paz.


Al tercer día algo olía mal
me di una ducha y observé por la ventana
un movimiento inquieto demostraban las veredas
un susurro de muerte estaba planeado
la bala voló por los aires /ansiosa de sangre/
y me dio justo en el lugar que guardaba mi vida.
Ahora /más aliviado/ veo que el bolsillo se está vaciando
alguien más controla a las ovejas.
Y yo aquí, entre tinieblas, ya no puedo dormir en paz…
nada es mío.






Mujer niña

Sólo una pared nos separa
de todo lo mucho que tengo para decirte
de todo aquello que he sentido
cuando me he tropezado con tus ojos
mujer niña.


Agacho avergonzado mi cabeza
cuando tu voz angelical atraviesa el salón
me invita a un intento de vos
de lo que todavía guarda tu corazón
al verme.


Y acaso mañana desaparezca esta pared
y te pueda decir lo que siento
al sentir lo que te digo
y, por eso, mujer niña
niña ángel
Soy tus ojos, amor.

Mucho - Arte - Física

El pensamiento en función de cantidades: ¿quién te ha dicho que mientras más, mejor? Eso es falso, ¡mil veces falso! La producción en serie arruinó al arte, eso todos lo sabemos. Y el que no lo sabe que lo sepa ahora. ¡La industria es enemiga del arte, aunque por ella una idea pueda viajar por todo el mundo y sus alrededores! El arte viajaba, antes, igual, de otras maneras. Y se guardaba cierta dignidad del artista, que se quedaba viviendo en su “pieza”, en la parte de arte que le tocaba en suerte. Muchos de nosotros conocemos la autonomía de ‘el arte’. Algunos le llaman a esto “inspiración”. Tal vez se pueda convocar a esta ‘inspiración’: algunos le llaman a esto “trabajo”. Pero el arte, como la conciencia, son entidades autónomas. En ese caso hemos visto al artista reconocerse en algunas obras y negarse en otras. Como el arte es autónomo, el artista es parcial. Mal que nos pese, no siempre somos artistas ya que dependemos de la voluntad y la venida de ‘el arte’.

Pero, volviendo al comienzo del tema, quiero dejar en claro que mucho no es necesariamente bueno. Y, a veces, como en el caso de ciertas industrias, ‘mucho’ puede ser ‘malo’, ‘nocivo’, ‘perjudicial’. Me disculpan la simpleza de estas palabras, sólo quiero aclararme en estas ideas. Porque no hay peor hombre (o mujer) que el que no se busca en sus contradicciones y oscuridades. ¡Allí está la santa propuesta! Pero, en eso, hay que ser santo.

martes, 6 de octubre de 2009

Mercedes Sosa, su vida y su voz 1935-2009

Mis ojos

¿qué haría sin mis ojos?
¿qué haría sin el sol y sin ti?
¿qué haría por las noches sino verte?


Me fui de a poco a tu espacio,
a tu laguna azul, a tu desprecio.
Me fui acostumbrando a tu inocencia,
y luego a tu cariño y tu tanga y tu todo.
Me fui viéndote volver a la mentira,
o tal vez, al sueño,
o tal vez al silencio.
Me fui queriéndote de veras,
por todo lo que hemos pasado,
y todo lo que pasaremos,
y, al final de cuentas, todo lo que fuimos.

Mírame

Ven sabia sal
adivina qué cárcel lleva tu impronta
cómo condicionas a los que te condicionan
qué reja autoimpuesta te abarca
qué sacrificio se te hace trabajo voluntario
¿qué te espera?


Vuela
entrega la siembra
devuélvele el cielo
sé cien esperas
mírame.

Mil veces libre sin policías

Otra ingenuidad
que consiste en dormir
plácidamente
cuando las luces invaden mi casa
y es otro yo el que escribe
me despoja de mi voluntad
y me acompaña.


Me ha sembrado de dudas en un primer momento
luego parece que todo se aclara
ha adoptado el código como lamento
se ha construido al margen del Sol.
Es compañía
eterno retorno
de todas las almas que en Tierra pululan
son tantos los tiempos que se juzgan
y tan poco tiempo
que te invito a pasar
hombre a la vista
a este encuentro frugal con tu conciencia
y desnudo de tanto siglo y siglo
no hay secreto real, ni mirada aterida,
no hay sabor a metal
ni dura algarabía
que impida que tú seas tú
mil veces libre sin policías.

menos andar que acalambra

Envidia de campo santo
¿quién posee mi palabra?
se da en todos y en nada
lo que te digo se olvida
ha sido muerte encendida
la pasión de la ayahuasca
-más agua al repingado-
menos andar que acalambra.


Hermano sol si te canto
he de robar tus palabras
no es por mí que estoy penando
más bien por otros yo canto
al cielo que han señalado
no se llega caminando.


En sal esperan la vuelta
del santo de los templarios
han preparado una cena
y diez cantores invitaron;
dicen que será honroso
si uno es el convidado.


Hojas madres prepararon
de ésas que iluminan el llanto
las pusieron una a una
en camino se embalaron
le dieron parte del enfermo
al santo… no lo llamaron.

Melchor

Melchor Melchor
el hijo abocado atribulado
tributo justo oleaginoso
canción. subrepticio.


Melchor Melchor
ermita adulador
jaciloscópico tico lo propio
santo. miente velas.

viernes, 2 de octubre de 2009

Me alejé a mí

Me alejé de los vicios
me alejé de los excesos
me alejé…
y caí en otros.



Otros matizados, como todo al principio,
sutil, infantil, titubeante,
pero exceso al final de cuentas…
Si por lo menos pudiera disfrutarlos como antaño.
Si no se hubieran convertido en una carga.
Tú sabes
tu cuerpo lo sabe y te lo recuerda
tu intimidad te sugiere
tu conciencia te señala.



“Es sólo hoy”
“La última vez”
“Mañana lo dejo”
“Me tomará menos tiempo”
Entonces tomo la lapicera una vez más y escribo:
Me alejé de los vicios…

Martí y Lavalle

Siempre es Martí el que vuelve a mi memoria. Y no sé, realmente no lo sé, tal vez por sonido; Latinoamérica es lo que mejor suena.


Latinoamérica y el Caribe. Será que tantas veces fuimos golpeados que, de puro aprender, una parte de este subcontinente ya es invencible. Esa parte vivirá, más allá del lector y el escribiente, con aires de infinito. Parece una burla del destino, un detalle feroz de la naturaleza, una afrenta a lo dado, esos reductos comunales que aún nos sobreviven. Allí se ve, todo tan tierra, los eternos parajes del desierto lavallino. Allí se ve todo -cuenta Gómez- y se alcanza el puesto con los ojos propios y el corazón ajeno.


Había explicado una y mil veces, con palabras que sólo ella entendía, eso que le pasaba a su campo. Ya sin agua por las inmensas compuertas, todo seco había quedado y hasta los caracoles, burlescos, habitaban al costado del camino. Se había retirado todo para aquel lugar, y los chivos y gallinas, matuchos algunos, bichos de esos pagos, se habían asentado a compartir la vida. El algarrobo, árbol de la vida, se hacía fuerte entre la indiada, dando algarroba para comer y convidar; patay para el camino y el espíritu.


Él recordaba su tierra más bien con pena. Veía en ella esa sublevación y ese cansancio propio de la falta de madurez. Observaba, a vuelo de pájaro, que todo lo seco provocaba muerte. Añoraba viejas épocas de lagunas y pájaros, añoraba la pesca y la canoa. Había sido otro tiempo aquel que se vivía.


Ellos vivían juntos, de igual modo, cada uno enamorado de lo que al otro le faltaba. Y no se extrañaban tanto, no se extrañaban mucho, ya que en ese campo lavallino siempre hay algo para hacer, algo para pensar, algo para recordar.





Manantiales


¿Por qué me niegas?
¿Por qué te alejas?
Si has hecho de mi piedra nueva
rodante del camino alado
me has hecho juglar salado
de los tibios secadales
me has hecho amor, manantiales,
me has mostrado mi quebranto.


¿Por qué me dejas al aire?
Es sol lo que en ti adolece
el viento nuevo anunciante
escuchas sí, pero en partes
te falta entregarlo todo
hombría, mar, manantiales.
Te falta salir pelado
del pozo de los anales.


¿Quién te espera?
Quién te acompaña traidor,
quién escucha tu quebranto,
quién le da alas al llanto,
quién escoge tu aparcía,
quién ha vuelto en sintonía,
de corazones en mano.
Te falta mucho que andar
y al andar ir caminando.

Luna azul

Se había echo la Luna azul. Había demostrado que siendo llena podía generar tanta energía como quisiera. Se estaba haciendo presente en el firmamento y en la historia. Decía que su soplido podía cambiar el curso de los ríos, renovar la savia de los árboles y hacer caminar a todo un mundo. Podía soplar tan fuerte que no había molinos que soportaran su ímpetu. Podía darle a los hombres y las mujeres un espejo en donde mirarse y reconocerse. Era una exigencia de esa época, momento de reconocimiento de plegarias y oscuridades.


Las sombras se hacían presentes. Pero se hacían presentes porque existía la luz. La luminosidad generaba las sombras. La luna llena es la salvadora de la época del Katún. Como toda salvadora sólo reconoce y marca ‘falencias’ o ‘procesos de aprendizaje’ que deben ser recorridos por los seres vivos de este planeta. Todo el camino es un camino de amor en el reconocer. Volver a conocer lo existente, existencia que ha cambiado y que vive en sí misma.

La vida y la muerte

Toda la vida había esperado la explicación de la muerte,
y ella, la muerte, supina, apareció sin apuro,
seca en su semblante, muda en su voz,
sólo tomó aquello que le correspondía y se fue.
Nada pudo saber sobre sus misterios.
Nada pudo averiguar sobre la vida que divisó en sus ojos.

domingo, 27 de septiembre de 2009

La tierra se hace hombre

En donde los relojes se abren,
desnudan el tiempo en la guarida,
se abre la canción,
es fatal,
se describe la muerte de tantas formas,
con tanta gracia y placer…
pero se hace seguido y pronto,
¿qué placer encuentras en la carne?
¿cuánta sangre vale tu silencio?


Tanto amor de madre hay en el mundo,
he visto caricias, palmadas, abrazos,
he visto a toda muerte caricia,
a todas las hadas bajar a tu lado,
he visto tanta y ¡tanta! dignidad en el monte
un sin fin de números tapados, o sea, hermanos,
hermanas, un vendaval de palabras bellas;
yo he visto a la nada juntar lo poco y hacerlo cielo…
he visto al sufrimiento silenciado en boca ajena,
morder los labios, cruzar la palabra aliento;
pero es tan rebelde la dignidad absoluta,
tan llena de fuerza ancestral,
¡tan campesina mierda!,
digamos lo que es: la tierra se hace hombre.

La malinche



La malinche se reconoció mito y se echó a volar. Todos los hombres la maldijeron sin ver la empresa que su corazón había realizado. Se cubrió de estrellas el cielo y toda la galaxia y sus alrededores se vistieron de fiesta. Se había conocido al hijo del nuevo cielo. El mimbre era un móvil utilizado como espíritu colectivo y material sagrado. Era la nueva vida la que empezaba.

La entelequia

Se posa sobre mí el ave primera
la que vio a Dios hacer el mundo
se ha hecho de estaño y de madera
la estructura que guarda la paciencia
se escribe con letra muerta tu condena
se hace con mala escuela la promesa
se ha posicionado dios y santo /el proxeneta/


Estriba en el límite del polvo
el hombre creador
la suerte esquiva
la madre del progenitor primero
la carta arrepentida del marino
el llanto simulado del camino
el que se hace de olvidos
el que se esconde del vidrio
el indomable.

La elección ya es una injusticia


El método es la cárcel en donde los hombres valientes mueren. Tu voluntad, aún la más sana, es la cárcel de tu hermano. La elección ya es una injusticia. El movimiento es inobservancia. Está todo vendido al mejor postor. Por eso tus límites son tus cadenas y adonde vayas las llevarás. Tu techo es el espanto y la cadencia tu juego. Tu mirada sola es propia de los tiempos solos.

La cima


El individuo había alcanzado la cima. Desde allí, todo se veía más pequeño. El individuo vio que era chiquito. Cuando bajó de la cima y se encontró con el resto de los individuos notó que era de igual tamaño. O sea que eran iguales.

No había investigado la posibilidad de ser igual. Porque… porque él se veía a él; no concebía el igual. Cuando subió a la cima notó que todos eran chiquititos y él también. Cuando iba ascendiendo sabía que sólo podría ser chiquitito.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Indio toba

Indio toba
¿qué hemos hecho?
Si es tu sangre,
al fin de cuentas,
tu origen.
Si todo canto te debemos
/Siempre es menos que el salario mínimo/
Descubre a los descubridores al grito de guerra.
Ampútate la mirada brava.
Angelízate.

Hoy te canto la canción que en mis venas corre


Me aprisionó la sensación de baño.
Te esperaba abierta, en la puerta misma de tus ojos.
Luego, el fuego eterno se volvió gris.
La llanura, la que no abunda, me hizo caminar rumbo norte.
Extrañaré toda esta montaña /camino de profetas/
Extrañaré la vuelta al fútbol y los pantalones cortos.
Tal vez extrañe tu sonrisa, más, tu compañía.
Me subiré a la última torre para escupir para abajo, ¡bien para abajo!
Mantendré el silencio distante.
Esbozaré una intención con tu nombre.
Tal vez ame a mi hermano como tú me amas.
A lo mejor, pueda superarte: ser tu sombra.
Luego, golpearé las puertas del cielo que siempre me esperan.
Hoy, que no es día aciago, podré alumbrarte con todo lo que soy.
Hoy te canto la canción que en mis venas corre,
la canción de los encuentros fortuitos.

Heraldo

Que había caminado el sentido
lo había dicho una vez
atado al sino;
heraldo.



Acababa de averiguar su nombre
se había atado al parachoques
su canción no llevaba su nombre
era hablado.


Todo lo que le pasaba
toda extraña sensación de sí
era dibujada por su esencia.


Se había corrido del olvido
vivía en el árbol de la memoria
se estaba escondiendo del silencio
palabra cantaba el verano
olvido su recuerdo.


En el horizonte un hada beduina
una especie sin arcano de Normandía
toda la vida espacial en su noble
apellido parte menor, a la vista
alegre ruiseñor primero
pájaro erudito.







Hojarasca

¿Ves?
La alborada se parece a tus ojos, la tiniebla tu canto,
la blasfemia tu llanto, el zorzal tu camino.



¿Ves?
Ha sido tu andar galopante, tu sustancia de niño,
tu alma armada a cascotazos, tu virulento sino.



¿Ves?
No se hicieron de pájaros los montes, ni alumbraron feroz al enemigo,
más bien, cabeza por cabeza, se adueñaron del hampa, se hicieron trino.


¿Ves?
La porcelana festeja tus manos, se hacen distancia y suplicio,
no ha sido en ti que el hampa suspira /vuelve de pronto el tibio verano/







He visto a la Luna bajar y convertirse en palabra

He andado los caminos que son mil.
Me he visto tan desnudo de ti, tan presente.
He visto a la Luna bajar y convertirse en palabra.
He visto a los seres intergalácticos viajar sin reparo.
He conocido a la muerte como forma de vida.
Te he cantado, bendita apariencia, te he cantado.


Tú has disculpado tus ignorancias,
como si yo no las tuviera,
como si alguien no las tuviera,
como si el infinito pudiera guardarse en una cuba, fermentarlo y luego bebérselo por completo…
pero estamos, en camino, en compañía, en relación…
pero estamos adelante, absolutamente vinculados. Soy tu ano aparente. Siembra.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Haciendo presente la orquesta milenaria

Tupac Amaru
aquel que dijo a los gritos del silencio
¡Nunca más!
¡Todo ha cambiado!



En medio de los detalles variables
enriquecida la voz del juicio
se había dispuesto a todo lo demás
impuesto ante el mandón (imposedor)
no dijo en susurro
no miró desde abajo
sino que hizo volar la palabra
haciendo presente la orquesta milenaria.


Nada se escuchaba en verdad
sino que, en vistas, se gestaba
daba cimientos a las cosas de la vida
/Todos los seres habitaban un más allá en el corazón/
haciendo sangre rebelión.

Hablando con el navegante del tiempo (sobre un texto de Pablo Bazán)


“En Las Heras se cortó la luz” –lo dijo mi madre al teléfono. Lo había escuchado en la televisión. Miré a mi alrededor y era cierto. Se había cortado la luz y sólo el esfuerzo de una vela acompañaba a mis palabras.



¿Qué decirle al navegante del tiempo? No estoy seguro pero, tal vez, esto que sigue sea una “deconstrucción”.



Me transformo kada vez más en el fantasma de mi propia existencia
sobrevuelo ausente aquello que se presenta ante mí
Acaso me había encontrado con mi espíritu. Él y yo somos la misma cosa, sólo que él se mueve en una dimensión, otra parte de mí en otra y la tercera en otra más. Cuando mi espíritu habla, habla de un lugar que yo no conozco… hasta que me lo cuenta, me lo describe y ¡zas! veo el lugar con total claridad…



será acaso la ausencia de sentido que hoy me envuelve y rodea
será allí mismo donde el sentido se hace presente
en toda su karencia
La ausencia presupone la existencia. Es ese amor que, cuando no está, muchas veces se multiplica en su ausencia. La ausencia la aloja para tortura de los poetas. En la karencia, en el silencio, en la coma, también se encuentra la explicación. Sin ir más lejos, esta palabra sólo es posible por el blanco papel que la rodea e integra.



Allí donde no soy más q’ yo… nadie
soy nadie en esta nada
Todo y nada… y yo en ellos
La resolución entre ‘todo’ y ‘nada’ es un “yo”. Aunque nadie (¿qué más se puede ser?), la misma existencia despereza a la nada. Siempre que hay dos opciones, es obligación elegir la tercera. En tres se resuelve el dilema. Nuestra mente siempre piensa en pares… generalmente enfrentados; la salida es la tercera opción (el triángulo como puerta a la comprensión)



Para q’ vivir?
Kuando akabará el juego en q’ nadie gana
si yo soy nadie… ya he ganado?
El juego de palabras que el español puede generar ¡Bendito idioma! ¡Sí, ya has ganado! Sabes qué tienes que hacer, quién te acompañará, dónde será y cómo será: o sea, ganaste. Encontraste tu centro. Pero, el camino es infinito y comienza todos los días. Todos los días hay que ‘reafirmar el centro’.



Kuando habra de alcanzarme la muerte?
Llegara el momento en que puntualmente habremos de
presentarnos a la cita… solo resta esperar una vida.
Voy a tomar la dialéctica que me propone el navegante del tiempo y voy a volverla infinita. Comenzó hablando del ‘fantasma de su propia existencia’. Como fantasma, el navegante se ha reconocido espíritu. Y como espíritu, se ha visto muerto. Cuando uno escucha la voz del espíritu escucha lo que se ha denominado muerte. Hay que estar un poco muerto para poder hacer estas cosas. Sin embargo, en este final, el navegante se olvida de que es el fantasma de sí y se pregunta: “kuando habra de alcanzarme la muerte?” La respuesta sería: “ayer”. Porque solamente la vida del espíritu es la muerte de las formas de la materia. En este punto, la dialéctica puede volverse infinita o inversa. Al nacer, nuestra madre no sólo nos ha dado la vida sino la muerte. En este sentido, uno no vive sólo la vida sino que esta viviendo la muerte también. Es el mismo segundo. El punto de fuga es la actitud (o intención) con que se decide encarar esta forma de la existencia. Para el caso del espíritu, él siempre vivirá, entonces la discreción puede ser: vida de planeta tierra, vida de Luna, vida de Sol o vida Universal. Tal vez, esto último, sea el punto de fuga más optimista al cual se puede arribar. Su ausencia también será vida.







Guiso en manos manantiales

Es mucho el cansancio,
no puedo decir,
mi espalda se encorva,
mi niño se esconde,
no soy.


Acaso un día mejor,
un día contemplativo,
esos días de monje.
Acaso un día mejor,
dé vida.


Me he sacado en los Barriales,
me he hecho fragua,
he cosido las bondades,
las he puesto al fuego;
guiso en manos manantiales,
sangre… canción… cancionero.

Guardado, miro tu ausencia

Guardado, miro tu ausencia.
Me he confinado al silencio,
al octavo cielo,
al octaedro.
Me ha sobrado tu ausencia
aparecí de la nada
te robé dos mil rosas de tu alcoba
me regocijé en ti.
Guardado, mito tu ausencia.
Sólo estás por no estar
en la quinta esencia de lo que representas:
la clave del tiempo azul.

En la altura

Hoy me quemé la cabeza entre la tele e Internet,
y me moví, de uno a otro lugar, sufriendo…
No podía parar de distraerme… era imposible.
Y mis ojos me decían, claramente, ¡basta!...
y aquí estoy.


Luego, y no sé por qué, decidí escribirte;
a lo mejor para pasar el rato,
o para hacerme cargo.
Para volar contigo, desnudo, y volver a casa.
Tal vez, por curiosidad de inconciente.


Te amé, en un tiempo pasado, y te reconocí mi Cielo,
y fue mi error llevarte tan alto,
fue mi equivocación de niño.
Y ahora sufro la condena de ese desacierto,
cuando te veo tan humano entre tus disfraces,
tan habitual,
tan “no me olvides”.
Hoy, es tiempo de cambiar.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Fui

No tengo nada más que confesarte:
Fui:
proxeneta
brujo indio
juez yanqui
mongol agraciado
padre abandónico
hijo testigo
muerte un domingo
santo de espadas
cazador cazado
indio a caballo
canto dorado
salmo agobiante
culpa y cantante
arte menor
arte-sano
escultor
poeta
juglar
maricón
perro andaluz
sombra
y canto.
No tengo nada que confesarte:
Fui.

Fronterizo de Cristo

El sentido lo daba la Luna. Tú sólo escuchabas. El sentido y la dirección lo ponía la Luna.

En su canto más perfecto
el grillo puestero daba en abundancia.
Al Norte del brillo que todo lo abarca
vive un fronterizo, un chile mira argento,
vive y sobrevive peleando a la nieve
vive y sobrevive sobrando al paisaje
sabe que si sabe es porque ha sabido
grita y porque grita-en-su-bien-habido
conoce de sobra lo bueno que ha sido.


Y es Cristo su voz, la hemos oído
Profundo respeto tenemos por eso
Atentos escuchamos cada palabrita
que anotamos pronto en el alma nuestra
luego lo invitamos a beber un trago
y en soda se manda un vaso y un vaso.
Para seguir luego
a ritmo de orquesta
dándole a la voz que endulza su canto
enamora al arte que nos ha prestado
es tan recio y sí, rudo, apaisanado
que es placer oírlo de tanto apurado:
“que Cristo ha marcao el rumbo ‘e sus pasos,
que todo lo justo se va de la mano,
que es miércoles rojo el día indicado
que no se ha pasado… que viene llegando”.

Fraseología


No necesito nada: lo que necesito no es algo que pueda conseguir solo.

… y nada había que un poeta pudiese introducir como persona en su poema que no lo convirtiese en dios o demonio. Thomas Hobbes, Leviatán, p.92.

Uno no crece con los años, uno crece por las experiencias aprehendidas.

Tal vez lo único que existe son las contradicciones. Lo demás es mentira.

Un árbol es la sombra de la vida.

El eclipse representa el parpadeo del universo.

La validez de una teoría descansa en su hipocresía.

Todos los santos han sido demonios o lo serán.

Todo demonio envidia a un santo, como mínimo.

El género se resuelve con la muerte del hombre.

El prejuicio ante la pobreza es la sangre derramada.

No hay olvido que no te contenga ni memoria que no te añore.

Daría lo que me queda de esta vida por no tener miedo, por no tener la única forma que ha elegido la muerte.

Y deberemos conformarnos con esta palabra. Una palabra que acerca y aleja al mismo tiempo. Una palabra que se dice de manera tal que sólo puede desaparecer. Entenderse es mirar y actuar.

Lo complicado del tiempo que demanda la explicación es que uno puede distraerse de forma tal que la explicación es olvidada.

Faros rotos

Que los faros se habían roto
en la calle en donde ambos nos encontramos
tú disimulaste la situación
yo alegré mi alma.
Que dijiste: “fábrica, obreros, huelga”,
yo te dije: “amor, olvido, paciencia”,
que dijiste: “fuerza, movimiento, lucha”,
yo te dije: “sapiencia, motivación, convicción”,
que dijiste: “sangre, camino, barricada”,
yo te dije: “vida, camino, apertura”.


No recuerdo bien qué más me dijiste
ni tampoco un ápice de lo que yo te dije
pero tus ojos y los míos
que hablan su propio lenguaje
fueron cruzando el destino
y sellando un pacto silencioso;
un pacto entre dos amantes:
“que los faros se habían roto
en la calle en donde ambos nos encontramos”.

Espacio de escritura

Sólo escribo lo que me dicta Orión,
¿o acaso uno no puede ser un secretario?,
me invade la propuesta que me has hecho,
me indica un camino de compartir,
me lleva en el simbrón de la mentira,
me cautiva.

Hoy,
hombre y santo son la misma cosa,
cielo y tierra bailan en el Monte,
niña y mujer se divierten juntas.
Hoy te miro como la primera vez.

¡Enderézate!
Que nadie podrá pedirte permiso si no ejerces presión,
que nadie golpeará a tu puerta si la tienes abierta,
que no hay igual a ti, no hay nadie…
¡Enderézate!,
te has ganado la entrada a la ciudad que lleva tu nombre.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Esmeralda Almeida grosa

Esmeralda
Almeida grosa
di parto in sine quanoma
saleti parque soñora
suleti parque cimaña
elote y tiempo
sabíale in corno sopaipilla
meriocles sutura in zipo
samba Libia.

Esmeralda

Esmeralda Esmeralda Esmeralda Esmeralda
abundante en ti la canción sutil la marca pluvial sólo tu cantar
blasfema. blasfema. blasfema. condena.

El poeta egoísta

El poeta es egoísta,
jamás se confunde en un hecho,
jamás se compromete,
sólo se inspira.


He visto la mirada,
del poeta callejero,
casi siempre mendigo,
que no se entromete en los hechos,
los mira.


Y ha abierto la pulsión de vida,
cuando la sangre más atroz,
o sea: la sangre derramada por poder,
se le ha hecho tinta para pintar su esquina.
Es tan solo el pobre que ha animado a toda una tropa para que le den la excusa… perdón, la inspiración.

El verso perfecto

Los álamos verdes,
golpean sus hojas,
golpéanse unos a otros.


La brisa los corre,
los hace movibles,
los acaricia duramente.


Los árboles firmes,
aunque nunca quietos,
reciben estoicos los versos de marzo.


El sonido abraza a toda la planicie.
Los niños observan el dulce tronar.
El sol en su vida acompaña el movimiento.


Los álamos verdes,
golpean sus hojas,
golpéanse unos a otros.


El niño pequeño,
que ha visto a la vida nacer de los prados,
hace como si el mundo ése no pasara;
pero sabe,
tan lleno de dicha,
que todo lo vivo vive en su alma,
y toda su alma no es suya ni del viento…
es la colección antigua de un viejo pueblero,
esa que reza:
“has vuelto a tu lecho,
te has hecho de espinas,
vive la canción con plena algarabía,
es amor tu canto
niño de los Prados,
es amor tu rezo
niño de los credos,
es amor tu espada…
niño de la nada.”

así como dice Cortazar, yo pienso en el cuento imposible. El cuento sin personajes, sin novelas, sin palabras. Pienso en el cuento que te reclama tu atención pero que, cuando la tiene, no sabe para qué cornos la ha reclamado. Pienso en las vorágines del campo y en las vacas deseosas de exportar su leche para acrecentar las arcas de su amo. Y pienso en los árboles envidiosos de palillos, amantes de su propio desmonte y conocedores de la futura soja transgénica. También pienso en los lagos que todavía son y alimentan. Y en los suburbios que guardan un amor de calle, de zaguán, de parado. Y el apuro por terminar de decirte que todavía soy, aunque sólo te esté escribiendo desnuda, aunque el silbido alejado de estos presentes busque un aire que está teñido de ausencia. Pero no desespero por esto que digo, claro que no. Busco cómplice de tu encuentro alguna parodia o un chiste bajo para arrancarte una sonrisa. Busco la posibilidad de que, tal vez, todo esto de la vida no sea un absurdo. Encuentro por eso tu cara cerca de la mía. Aseguro la transacción justa en el momento justo. Acierto al decirte que he practicado las idas y vueltas al barrio reo, aquel que ha visto nacer a profetas y arrabales por partes iguales. Me extraña que al leer esto, todo lo otro se te olvide. Pero no me molesto por eso… es común que así suceda.

Arrástrate

El cilindro había puesto fin a la historia.
En medio de la contienda
un don Ángeles Negroponte
se cruzaba de cabo a rabo.

El son sonámbulo había puesto el pie en el soneto.

Un fináculo creía ver. Tú eres la puta de este bendito barrio. Arrástrate.

jueves, 13 de agosto de 2009

sábado, 4 de julio de 2009

"Ese sos vos, no otro"


Te he visto cruzar calles,
cerrar arrabales enteros,
mear porteros extrañando a novias,
mirar de lado al santo padre,
al Sol y al vórtice a Saturno.



Te he visto liquidar atuendos enteros,
saborear victorias ajenas,
estremecer tempestades,
observar atento al hombre que escribe,
patear con fuerza al arco propio,
añorar con calma el arco ajeno,
atajar a la vida, tantas veces cerca.


Te he visto,
sacudirte al hombre su nombre nuevo,
que es como decirte: “ese sos vos, no otro”…
y esperar su llegada, dice.







Ese México

Este México tricolor
México más de un siglo
México espanto.


Ese tantas veces Zapata
golpeador de tierras
cabalgatas.


Esa memoria huidiza
y tu desmemoria
y tu soberbia
y tu corazón chiapaneco.


Ese no me olvides
que vive en las montañas sin nombre
en los refugios de bellezas
en las asambleas multiformes:
o sea, en la vida.

Escuché al fascista escondido tras los libros

Escuché al fascista escondido tras los libros,
era de esperarse.
Se dio cuenta de esa barbarie,
volvió a revisar sus cuentas,
descubrió diez muertos con su nombre,
cerró la vida que lo había perturbado
y se durmió.


Escuché al fascista escondido tras los libros,
era de esperarse.

Es excusas

Las musas que acaso son;
las musas.
En medio de lo que te digo,
en santo andar,
la réplica.
El momento tal vez aciago,
el momento tal vez arte;
el momento ayer.


Déjame que te conozca…
en tus detalles,
en tus casos,
en tus muertes libres.
El cielo mediador.
Van.
Se hacen.
Siempre sol.
Siempre niño.


Eleva,
llega hasta el vientre del son.
Ese;
el que te recuerda.
Van.
Van niños.
De vuelta.
Han vuelto.
A la cabina sepulcral.
Del espacio nominado.
Del espacio leningrado.
Del sería.

en todos tus recuerdos

La muerte del olvido,
o sea,
un recuerdo,
carece de palabras para la rima,
solivianta,
desestima,
te hace cargo de TODO…
sin distinción de olvidos…
o sea ;
en todos tus recuerdos.

viernes, 26 de junio de 2009

En memoria de tu sueño

La imaginación era su lanza,
había cambiado la jungla por el sol,
había decorado el valle por la memoria,
todo se vislumbraba y discurría,
a pesar de él.


Voto había tomado por el olvido,
tomado el vaso del eterno recuerdo,
salvífico, meridional, en vano,
se cruzaba de vereda al verla,
y se sentaba allí cerca.


Tantos años había esquivado
en memoria de tu sueño;
un grano superior…
que hoy…
pura mazorca…
desnuda elogiaba a tus santos
y piedra regalaba.

En medio de tu cara

En medio de tu cara /el cielo/
la alegre rebeldía desvanece
una lluvia pluvial /y desalmada/
hace canto a la orilla del camino,
un juglar trovador y convencido,
suena el canto real /se hace espera de niños/


No vuelvas hoy echa riestra,
sube la cornisa ten ten pie,
salta la mascarada,
alegra ya, de tanto ayer;
vuelve a sonar pardo.
Todo tu pelo es sabor a ti,
toda tu sangre amada es abono de piel.

En clave semita

Una familia había abandonado su tierra,
se había ido lejos de todo cielo,
comenzaba a transitar los pasos,
casi ciertos.
Tiempos eran suelos y tierras,
nada se acordaba.


Todo mesías es un corazón.
Se guarda de todo anhelo.
Advierte ramas al suelo.
Se pierde en la selva brava.
Le da 200 canciones al maestro ruiseñor.
Le muestra un camino espinoso.
Regresa a su casa y duerme.


Ese cielo parquizado en tierra,
habitador del espanto dogma,
sumador de religiones,
como enanos,
como caminadores sin fe.
Caía en medio oriente todo el aplauso.


Había procurado aquella familia 8.000 años de bondades,
se habían retirado negociando con otra culpa,
se habían organizado ejército poderoso: ¿qué buscaban?,
se había hecho canción triste su mundo heroico.
¡Cuánta tierra le falta a la especie para ser animal!


En medio de este torbellino,
que hoy ocupa 5.000 años,
que hoy excede su límite,
que hoy no perdona,
todo se vuelve contra el hermano,
todo se convierte en repetición de la historia,
parece ser que,
ningún semita estará en paz,
mientras haya otro semita.
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