¿Cuántas vidas?
¿Cuántas sobras de hoy con gusto a vida?
En el recuerdo,
hoy conciente,
de lo que he sido,
de mi traición al abismo:
de ese despertar en sangre no-mía (yo)
de ese no haber sido ni obrero ni indio…
pero obrero e indio al fin.
En este sin fin de sentir,
eso que siento del estómago a los pies, y de vuelta;
que se me presenta como interferencia, como vibración…
ese ayer que vuelve y aclara…
“mejor hoy, otra oportunidad,
que la eterna sombra del no-ser.
Mejor la brisa…
que el habitar el olvido hasta siempre.”
… porque, tristemente, demasiado tarde (justo a tiempo), se reconoce ‘el matarse matando, el mentirse mintiendo, el traicionarse traicionando’.