viernes, 27 de junio de 2008

Extrañas lejanías

Una noche más larga

Que mil días largos

Extrañé

A una mujer más linda

Que mil mujeres lindas

No se extraña lo que no está

Sino lo que no puede estar

No se extraña lo que no se toca

Sino lo que no se puede tocar

No se extraña lo que se quiere

Más

Que lo que ya no puede quererse más

sábado, 21 de junio de 2008

Una visión de enmienda

Abrase visto,
un zumbido que no,
un murmullo que sí,
una visión de enmienda.


El veleidor,
que se había ganado la furia,
y se estaba,
y aburría,
y volvía en sí.


Cuando todo fue orgullo,
y la brújula menor era de cuarta,
y el cemento se volvía gris,
y todo canto se soldaba al alma.


Tan verde su destino,
tan pobre su maldad,
tan no sé qué te pasa,
ni horas te apuran,
ni siquiera se arma,
y todo lo olvido era cierto.


Pero el hombrito era amigo,
la salud se había derretido,
la cara se volvía frente,
toda tu alma se enhebró en su ambiente.


Nada se estiraba en su silencio,
sombra coyuntural de algarabía,
pájaro hablador de tu sangría
como perro.

Un cuadro

Las bellas artes
Las que vienen de a dos
Se hacían el amor frente a una alcantarilla



Un canillita
Con cara de aburrido
Vendía el último Los Andes
Escupía al suelo
Y era feliz.



Otra bicicleta en la calle
Pelo largo y barba
Podría ser una bicicleta blanca
Podría ser el regreso
Un hombre al sol.


Una bailarina del 12 miraba la vereda
En un segundo piso vivía su amor
Ella vivía allí mismo
Una bailarina del 12 miraba la vereda.





Tomar esa conciencia...


O valorar la suerte de las cosas…


Tú me hablaste de los chichones del corazón
Y de esas partes inciertas
También de la cara del cielo que no vemos…


Me hablaste del carnal y las rosas
Y los pueblos que son esperanza
Me dijiste que la espalda del sol es la luna
Una semilla se posó en tu boca y creció palabra
Se distrajo el cielo artesano creador de estalactitas
debajo de Dios


Hubo un tiempo en que fue misa la única forma
Y hoy tenemos cielos en cada casa y en cada calle
Y, por qué no, en cada puta sinceridad, puta al fin

Sutilizando la energía que viene de Saturno

En una noche


Por opción
Por pedido
Por necesidad
Nos reunimos ante una energía potente
Que venía desde saturno
Y allí estuvimos
Hombres y mujeres
Soportando y sutilizando
La energía potente
Empujaba nuestro abdomen
Y quería liberarse
Y nosotros que sabíamos
Que sería nuestro fin
Si ella no era amenizada
Y seguimos allí
Sosteniendo el intento

Son-bríos

Estaba el vientre y la vida.
Todo empezaba más vida.
Estaba armor y flaudes,
meridianal y subrepticia;
estaba sangre a la vista,
elena y roa.
Estaba saliente dominical
herman y dobla.
Estaba niña mala y doble de acción
singfred de adove
linsay canción.





Sables

Esta historia comenzaba en los orientes
Lugares más primeros
O por lo menos más populares primeros.



Se había armado la ronda
Y de a dos golpeando venían los luchadores
Y enfrentamientos que no debían realizarse
Se hicieron evidentes
Y mostraron dientes y cuchillos afilados
Y se batieron a duelo.



Las muchedumbres se agolpaban
Se juntaban, se empujaban; era fervor
Y los gritos
Y los brazos al cielo
Y ese anochecer
Y el cansancio
Y los sables brillando
Fundidos al cielo azul
Y el primer encuentro, metal y metal…



Y se extendió por la noche y durante mil años
La pelea del profeta primero, la salida,
Y el sabedor de todas las culturas, un gurú,
Y el silencio paridor de todo sentenció el final de la historia:
Un gurú muerto.

Que nos mirábamos

Variedad de ti
Una vez más escribiendo
En el centro de las cosas
Y en los márgenes



Usando las palabras viejas
Por temor al segundo solsticio
O a ese amor encubierto
O a la noche que se acerca…



Eras y sigues siendo la belleza
Y yo te decía que en tus ojos y en los míos
Que nuestro reflejo
Que confundía al yo exótico
Y andaba las sombras tuyas
Como un perro de nadie
Que deseaba ser acariciado por tu mano
Y al fin un soplido fatal
O, tal vez, una caricia
O el detalle de tu perfume



Eras y sigues siendo la belleza
Y yo te decía que no existían tus ojos y los míos…
Que nos mirábamos.





Las palabras de asesíname

Una vez
Una introducción a tu sombra amor
Se volvió azulejos
Sagrados silencios
Asesinatos sin resolver.



Pero la suerte que es mía
O que a veces duerme en mi cama
Se volvió la jueza de mis actos
Y me aclaró lo que era /y había sido/
Y se rió de mi ingenuidad
Y mando mensajes que no eran míos
Pero eran propios
Y soplaban por los vientos
Y se alojaban en las mentes
Y querían definir aquello que pasaba
Y se daban coraje al grito fatal de:
¡mírame a los ojos!
¡Acaricia mi cara!



¡¿No ves las cosas que necesito de vos?!

¿Esto es?

La variedad de eso que se ha sido,
la muestra gris del cielo,
el arte simulado profano,
la ciencia en mil que habita mi ano,
la cara de todas las cosas lunares,
el viento que somos.


Tu simiente o tu vientre,
tu color azul o tu vino rancio,
tu mirada esquiva y amor,
el veleidor.


La marea que suele acompañarte,
se te parece azul en su silencio,
si te muestra que todo ha sido cierto,
y que el niño menor es hijo nuestro,
no se escapa del sol el pensamiento.


Sobre cada soplido amarillo,
sobre el arte menor, arte profano,
sobre los cielos que no se han amortizado,
sobre tu todo.


La similitud y la sensación


Una vez el niño azul había vuelto,
una vez el niño Marte era dueño,
una vez los elementos artísticos se hicieron agua,
una noche se volvió gris,
un artista se rajó la cara.

El sostén del sol

No podría no verte.
No logro entender las voces que no son tuyas.
Me confunde la variedad de ti.


El profundo deseo de escucharte,
entre el tumulto,
la variación,
el desenfreno,
la cólera,
el olvido.


El sostén del Sol /ese silencio/
la marcha
el pequeño
la banda en quietud.
Ese sacrosanto militar de dos en dos verdades.


La mar
La marioneta
La marquesa
La marsellesa
El velo dormido


Dulce

A mí siempre me vino en gracia lo salado
Pero con el tiempo
Y el aburrimiento de la rutina
Me puse dulce.



Y a la factura con dulce de leche
Los alfajores Gigantes
Y las cuestioncitas con coco
Y eso que tiene galletas de agua y chocolate y galletas de agua
Y así…



Algún otro dulzor
Me ha sabido acompañar





Corazón razón

El corazón viene con la razón
Es un co-razón
Nada humilde
Nada cierto
Nada.

¿Cómo se había arrepentido la bruja?

Se vio en un aquelarre,
Que a mí me habían dicho una cosa,
Y resultaba ser otra,
Pero diríamos
Un grupo de brujas posmodernas
Vueltas al cielo de donde venían


Congregaron una muchedumbre
De hombres y mujeres de cielo
Y se cansaron de andar
Y se pusieron nombres absurdos
Como Euclides, Sabato o Melchor
Y ordenaron el mundo a su antojo
Y le pusieron más nombres a los ríos
Y a los árboles y a los pianos.


Este movimiento de aquelarre
Se volvió hacia sí mismo
Y comenzó a crecer hacia adentro
Como un fluir que los potenciaba
Y les indicaba responsabilidad y premura
Aunque quietud y cordura
Soledad.


Se negó la bruja mayor
La de mayor experiencia
Y dijo que no era cuestión de soplar y hacer botellas
Y que mejor se disolviera el movimiento
Y se convirtiera en la red de redes que hoy es
Hombres y mujeres en conexión directa
Multiforme y revolucionaria.



¿Cierto?

Era el año pasado y ni verte
Ni escucharte, ni hablarte
Porque vos no querías esas cosas
Ni sabías qué querías
Pero lo querías sin mí.


Y yo que seguía
Mirándote desde la vereda de en frente
Soplando, todo un año, tu nombre
Silbando la canción sonsa que nos dedicamos
La que hoy me apena
Y me obliga a volver a vos.


Podría inventar lo que vos dirías
Sobre eso de crecer y madurar
Sobre eso de cobrar lo suficiente
Sobre eso de que los sueños, sueños son…
Y que, al final de cuentas, mejor las seguridades.


Y eso que me acobarda
Eso de crecer y madurar
Y de cobrar lo suficiente como para taparme la boca
Y mi eterna dependencia a los sueños de cama
Y que, al final de cuentas, mejor las esperas.


Algún día

Algún día
De esos buenos
Podríamos probar
Y dejar nuestros corazones en la nevera
Y cogernos carne contra carne
Y olvidar los enamoramientos
Y mirarnos, sí,
Y tocarnos, sí,
Y encontrar en el placer un único destino.


Algún día
De esos buenos
Podríamos probar
Eso de no preocuparnos por nuestros sentimientos
Y pensarnos, como dijo el profeta, hueso con carne
Y poder violarnos mutuamente y nada más
Sólo ese placer volador que me deja en las alturas
Y te deja en el cielo de tu alma
Y fluir.


Algún día
De esos buenos
Podríamos probar
Eso de no preocuparnos por nuestros sentimientos
Para poder atravesarnos de frente y costado
Volver las cosas a su justo lugar
A su mareo post-parto
Y servir a tu causa, a tu placer perdido, a tu soledad.
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