El miércoles me astillé el olvido
y cada parte vino a recordarte todo
y recordé no caer en el esfuerzo
que siempre beneficia a alguien más
que siempre llena los bolsillos ajenos.
Que las horas de más en el trabajo
serían las horas libres en el futuro
cuando ya no las trabaje
y las aproveche para organizarme
y dejar de pensar en la soga
para creer en la libertad.
Y cuando sean por cuatro horas las actividades comunales
se habrá sembrado de futuro los ojos de los hijos de los nadies
se hará escarlata su andar cansado
te animará un impulso que supera al ser animal
que lo pone con la ferocidad al límite del amor
que lo hace saborear la victoria de lo justo
que lo dignifica hasta el hartazgo.
Y cuando sean por cuatro horas las actividades comunales
se habrá sembrado de futuro los ojos de los hijos de los nadies
será de leche y cariño cada amanecer sagrado
se habrá acompasado el esfuerzo con el descanso
mirará lejano y cierto el viejo papelero que nos dio vida
y habrá renacido entre los hierros la fragua que nos dio acero
y se pintará de noche nueva la dama que cosió las medias y ordenó la casa
y bordará con lo que le queda de paciencia la señora que vistió al mundo.
Y todos los demás también cantarán su canción
cuando coincidan en un solo grito
y luego en un solo silencio
y abrazo va y abrazo viene
y todo oprobio quedará en el olvido
y se hará de pan el futuro que ya es nuestro.
Sal del escondite y toma las riendas
que ha vuelto a renacer la esperanza de tus manos
labrador impaciente de los surcos infinitos
podador de frutales, sembrador de esperanzas,
gritador de las partes grises del sindicato
tu canto está volviendo a las tribunas
como un vestigio fatal que exige justicia
y honor, palabra, bronce,
un nudo a desatar comienza en las noticias:
que mil mujeres y un hombre…
han refundado la vida en los ojos de Evita.
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