El sentido lo daba la Luna. Tú sólo escuchabas. El sentido y la dirección lo ponía la Luna.
En su canto más perfecto
el grillo puestero daba en abundancia.
Al Norte del brillo que todo lo abarca
vive un fronterizo, un chile mira argento,
vive y sobrevive peleando a la nieve
vive y sobrevive sobrando al paisaje
sabe que si sabe es porque ha sabido
grita y porque grita-en-su-bien-habido
conoce de sobra lo bueno que ha sido.
Y es Cristo su voz, la hemos oído
Profundo respeto tenemos por eso
Atentos escuchamos cada palabrita
que anotamos pronto en el alma nuestra
luego lo invitamos a beber un trago
y en soda se manda un vaso y un vaso.
Para seguir luego
a ritmo de orquesta
dándole a la voz que endulza su canto
enamora al arte que nos ha prestado
es tan recio y sí, rudo, apaisanado
que es placer oírlo de tanto apurado:
“que Cristo ha marcao el rumbo ‘e sus pasos,
que todo lo justo se va de la mano,
que es miércoles rojo el día indicado
que no se ha pasado… que viene llegando”.
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