miércoles, 23 de noviembre de 2011

Filosofía aquí y ahora IV. José Pablo Feinmann. Encuentro 1: La filosofía latinoamericana






Sumario

1 Centro y periferia
2 La razón en cuestión
3 Colonialismo e imperialismo
4 ¿Un pensamiento periférico?

1 Centro y periferia

Hola, esta es la cuarta entrega, el cuarto ciclo de “Filosofía aquí y ahora”. El cuarto sorprendente ciclo porque cuando empezamos esto –que lo empezamos lógicamente en su primer ciclo- no pensábamos que íbamos a llegar ni siquiera a la terminación del primero porque es muy raro hacer Filosofía en televisión. Esa fue la apuesta difícil que hicimos. Y estamos ya en nuestro cuarto ciclo o sea que estamos sorprendidos pero contentos.
Este cuarto ciclo se diferencia de los anteriores porque aquí nos vamos a ocupar de un tema específico que nos concierne profundamente. Nos vamos a ocupar de América Latina, el continente en el cual todos nosotros vivimos, malvivimos, sufrimos o gozamos. O sea, el título de esta cuarta entrega es: “América Latina: Filosofía y Colonialismo”. 

Para analizar la cuestión de la Filosofía y el colonialismo tenemos que ver un poco cómo fue posible el colonialismo, cómo surge el colonialismo. En verdad, para empezar y decirlo claro: vamos a hablar de la modernidad capitalista. La modernidad capitalista tiene un surgimiento fáctico, un surgimiento en los hechos. El surgimiento que tiene en los hechos parte del llamado “Descubrimiento de América” en 1492. Los que defienden los derechos de los pueblos aborígenes de América Latina tienen su propia historia y no aceptan el “ser descubiertos” por los europeos, sino que ya existían antes y no necesitaban ser descubiertos por nadie. Pero, sin embargo, el concepto de “descubrimiento” desde un punto de vista es exacto porque América Latina es “descubierta” por la gula del capitalismo.

El capitalismo es un sistema que desde su surgimiento ha intentado siempre globalizarse. El concepto de globalización es de los últimos tiempos (digamos dos décadas tiene, más o menos) pero si nosotros pensamos adónde iba Colón, Colón iba a globalizar el mundo, establecer un sistema-mundo. El capitalismo finalmente establece un sistema-mundo en tanto sistema de circulación de mercancías y sistema de búsqueda de materias primas para fabricar esas mercancías.

Lo que se establece aquí es un juego entre los poderosos que son los que conquistan y los que extraen la riqueza y los que entregan la riqueza, los que son saqueados. Entonces nosotros hemos llamado, desde hace mucho tiempo, a los poderosos, el centro, los que habitan la centralidad. Y a los continentes que han sido saqueados por la voracidad del capitalismo europeo los hemos llamado la periferia, la marginalidad o la subalternidad.
En realidad hay un pensador cubano –Fernández Retamar- muy conocido, que habla de los países del centro del mundo como países subdesarrollantes. O sea que habría países subdesarrollados y países subdesarrollantes, porque los países subdesarrollantes son eso es que existen los subdesarrollados. No estamos planteando aquí ninguna teoría del monstruo externo y de la inocencia total de los países que han sido saqueados. En los países que han sido saqueados siempre hubo clases aliadas –poderosísimas- al saqueador externo.
Ahora, la búsqueda que tiene que emprender América Latina es la búsqueda de una sustantividad. La búsqueda de una identidad. La llegada del colonizador europeo es una llegada típica del colonialismo porque llega con la espada para matar a quienes se opongan y llega con la cruz del catolicismo para evangelizar y conquistar las almas de aquellos que también quieran entregárseles en la modalidad de entregar su alma, ser fieles católicos y no morir. Entonces, la cruz y la espada están en el comienzo.

2 La razón en cuestión

Esto que vengo diciendo sobre la comunión entre la cruz y la espada es típico de todo colonialismo. Todo el colonialismo capitalista se ha caracterizado por colonizar en nombre de valores. Y, ahí, desde el comienzo se coloniza en nombre de la religión, en nombre –nada menos que- de Dios. Es decir, llega la cruz con la espada. En realidad la gran justificación de la conquista de América para extraer todo el oro y las riquezas de América es que se llega para evangelizar a los indios, para darles un alma (porque naturalmente no tienen un alma). Entonces los conquistadores, por medio de los clérigos, les van a dar un alma.

Luego, cuando la religión pierda su poder, va a ser reemplazada por la razón. Entonces lo que el colonialismo -a partir de Descartes que publica el “Discurso del método” en 1637- hace es poner a la racionalidad en el centro de la historia. Pero pone a la razón en el hombre. El hombre es el que tiene el poder de la racionalidad, el hombre es el que piensa y el hombre es el que encarna la razón. Ahora, como la filosofía europea ha sido el arma y la expresión reflexiva de los intereses históricos y económicos europeos, esta razón va a ser la razón europea. Entonces todo territorio en el cual entre el poder político y económico europeo va a ser un territorio conquistado por la racionalidad. Un ejemplo: si Francia en 1830 entra en Argelia, Argelia tiene la dicha de ser conquistada por la racionalidad francesa que es una parte de la racionalidad de la modernidad occidental capitalista.

Ahora bien, hay muchos filósofos que en el siglo XX han cuestionado a esta racionalidad y lo podemos hacer nosotros hoy mismo, desde aquí, desde ahora. ¿Adónde nos está llevando la racionalidad occidental? Este mundo es el mundo que construyó la racionalidad occidental. En este momento se enfrenta con otra civilización que no fue construida por la racionalidad occidental, con el Islam –digamos. Pero lo que enfrenta a la civilización del Islam es la civilización occidental. La civilización occidental hoy está peleando en Irak y está encarnada en el poder de los Estados Unidos que representan al occidente racional, al occidente portador de valores civilizatorios. 

Hay muchos filósofos que están diciendo que esta racionalidad occidental, instrumental, codiciosa, nos está llevando a un apocalipsis ya visible. ¿Dónde comienza esto? El principal filósofo que ha hecho una crítica a la razón occidental fue Martin Heidegger. Ése es uno de los motivos de su presencia tan contundente –y en mi opinión abusiva- en las academias norteamericanas y en todo el mundo (también en la nuestra). Pero el segundo Heidegger, es decir el Heidegger que sigue al Heidegger de “Ser y tiempo”… hay un Heidegger que escribe “Ser y tiempo” en 1927 y luego Heidegger hace una voltereta y comienza con otro trabajo que consiste en la crítica a la modernidad capitalista. Pero no al estilo de Marx: la modernidad capitalista es injusta porque es expoliadora, porque es explotadora, por la lucha de clases; todo eso a Heidegger no le importa. Lo que Heidegger dice es que la modernidad capitalista está devastando la Tierra, está arrasando la Tierra a través de la técnica. Todo el segundo Heidegger es una crítica a la técnica en tanto devastadora del mundo en que vivimos.


3 Colonialismo e imperialismo

En un reportaje que Heidegger dio a Der Spiegel (1966) y pidió que se publicara después de su muerte, termina diciendo: “Esto en lo que el hombre hoy vive ya no es la Tierra”. La expresión es muy válida y los ecologistas se han agarrado legítimamente de esta expresión porque que esto en lo que hoy vivimos ya no sea la Tierra quiere decir que la Tierra está siendo devastada. Y si la Tierra está siendo devastada, el planeta está siendo devastado y entonces tenemos que Estados Unidos se retira del Protocolo de Kioto, y se van a deshelar los polos, y el calentamiento global y la tala del Amazonas, etc. El capitalismo es tan voraz que no se detiene ante nada. Por eso está esa leyenda que dice que antes de salvar a la Tierra van a salvar a los bancos. Porque para salvar a los bancos ahí van corriendo pero la Tierra la están destruyendo. Va a llegar el momento del gran tsunami y ahí se van a dar cuenta de todas las calamidades que hicieron (si es que no están viviendo en otro planeta. Porque uno no se explica cómo están destruyendo tanto éste, si no tienen otro adonde rajarse cuando éste se destruya).

El colonialismo no se detiene porque ¿qué es lo que ocurre? Un país que necesita tantos elementos energéticos no los puede encontrar en su propio territorio, entonces tiene que ir a buscarlos afuera. Esto siempre fue así. Cuando Inglaterra necesitaba materias primas baratas, se las dio América Latina y en gran medida la Argentina que fue llamada “el granero del mundo” porque le daba a Inglaterra las vacas, las mieses y el ganado.
Pero, en este momento, lo que está haciendo Estados Unidos para asegurarse aquellos productos energéticos por los cuales sus industrias pueden funcionar, el país puede funcionar -fundamentalmente el elemento del petróleo-; ha consistido no ya en lo que hacía el imperialismo. Lo que hacía el Imperialismo era conquistar con la economía. Hay una concepción en donde a partir del siglo XIX los ingleses dicen no hay que entrar más en los países, lo que tenemos que hacer es dominarlos con la economía. Y efectivamente, dominan a los países a través de la economía, con los préstamos, la deuda externa, el endeudamiento de los países laterales, subalternos, periféricos. Pero Estados Unidos está variando esta modalidad, está uniendo el imperialismo con el colonialismo porque si algo caracterizaba al imperialismo era no quedarse en los países que sometía (porque los sometía con la economía, como dije). Esta “guerra contra el terror” que desarrolla Estados Unidos lo ha llevado a instalarse en los territorios que quiere, no sólo combatir, sino que quiere extraer toda la riqueza esencial para mantener sus industrias funcionando. Y también la guerra se hace para que la industria armamentística (que es una industria fundamental en los Estados Unidos) pueda continuar funcionando porque ésa es la máquina que tiene que funcionar.
 
Entonces van, invaden Irak, lo matan a Saddam, se instalan en Irak y ahí se quedan. Ahora quedarse en el país que se ha conquistado es gravísimo porque siempre surge una resistencia nacional que va desgastando al ejército colonizador. Pero, habíamos dicho que la razón occidental no se detiene ante nada. Que el occidente racional, la modernidad capitalista no se va a detener, y sigue instrumentando los mismos valores que se instrumentaron durante la conquista de América. Porque Estados Unidos lo que está diciendo es que cuando llegan sus soldados a Irak, llega a Irak la libertad, la democracia y el republicanismo. Es decir que ellos les están haciendo un enorme favor a los iraquíes porque les están llevando la posibilidad de un orden democrático que van a instalar en ese país sometido por dictaduras desde tiempos difíciles de recordar.


O sea que el imperialismo norteamericano, el colonialismo norteamericano que va y se queda ahí sigue instrumentando valores, es decir: somos la democracia, somos la libertad, venimos a librarlos de los dictadores por eso hemos desplazado a Saddam y ustedes tienen la suerte de que nosotros estemos aquí, porque nosotros somos el progreso, somos la modernidad, y ustedes son el atraso, ustedes se han quedado en el siglo XIII y necesitan que nosotros vengamos para modernizarlos. Entretanto, mientras están tan entretenidos con los territorios islámicos –porque también están pensando hacer algo con Irán-, América Latina está como disfrutando de un recreo. El imperio está muy concentrado en determinado lugar del mundo y está debilitado porque ahí no le va bien, entonces en América Latina han comenzado algunos procesos que será interesante analizar. Y los vamos a ir analizando porque esto es para analizar América Latina, la Filosofía y el colonialismo.


4 ¿Un pensamiento periférico?

Esta concentración que tiene el imperio bélico-comunicacional norteamericano (en algún momento voy a aclarar porque le digo bélico-comunicacional: porque es un imperio que se basa en gran parte en lo mediático. La comunicación como una gran herramienta de colonización mental en los países en donde quiere penetrar) lo lleva ahora a Irak, está en territorio islámico porque tiene el aval de vengar el 11 de septiembre, lo de las Torres Gemelas, el nine-eleven –como le dicen ellos-  y también de impedir un atentado nuevo.

Entre tanto en América Latina han surgido preocupaciones para el imperio porque han surgido gobiernos populistas que es algo que los liberales amantes del mercado detestan. Porque el populismo implica ante todo el intervencionismo del Estado en el mercado, y el mercado para el neoliberalismo debe ser libre. La mano de la política no puede entrar en el mercado. Esto ya implica que hay una manera distinta de estar pensando en el continente latinoamericano frente a los intereses de las clases poderosas, del establishment, que siempre ha tenido relaciones más que aceitadas con el imperio, con Estados Unidos. O sea que el hecho de que se le dé una primacía a la política frente a la economía en lugar de someter la política a la economía (como se hizo durante el gobierno de Carlos Menem en el cual la política desapareció para que la economía se hiciera su “banquete asiático”), esta primera década del siglo XXI, es un esbozo de un pensamiento diferenciado al pensamiento hegemónico de las grandes potencias.  

Entonces, el pensamiento diferenciado que implican estos procesos de América Latina en estos momentos nos tiene que llevar a preguntarnos si es posible un pensamiento autónomo, enfrentado o distinto o diferenciado del pensamiento del imperio. Nosotros creemos que sí, sino incluso no estaríamos haciendo esto. Creemos –y espero que no lo tomen como una enorme jactancia- que estar haciendo esto implica que existan pequeños micro-emprendimientos de ir logrando un pensamiento situado. El pensamiento situado es el pensamiento de lo local que no es el antónimo de global. Nosotros vamos a decir que la globalización se realiza en América Latina pero toma la forma de la “glocalización”. Es decir que América Latina no se aparta de una concepción globalizada de la historia, esa globalización que dan sobre todo los medios de comunicación –se han globalizado y el mundo es un papelito en donde estamos en cualquier lugar en cualquier momento.
Esto enfurecía mucho a Heidegger que decía: el tiempo ya no existe, lo único que existe es la rapidez. Es un concepto muy fascinante: no hay más tiempo, hay rapidez. Ustedes habrán observado que en ambientes como el cine o la televisión o en cualquier oficina cuando alguien dice ¿para cuándo querés esto?, el otro contesta: para ayer -como indicando la rapidez de lo que quiere. Pero “para ayer” es decir “no lo quiero”, en realidad está diciendo un disparate. Porque “ayer” pasó, “ayer” no es. O sea, lo quiero para una temporalidad que ya murió. Esto que lo piensen los piolas que dicen para ayer. 

Ahora, América Latina tiene que expresar que participa de la ontología que es el planeta. Es decir que hay un SER del planeta, este planeta ES. Pero América Latina tiene que SER de un modo distinto a como el imperio es. Tiene que ser su propio rostro, su propia historia, su propio voluntarismo, su propia capacidad de pensarse y buscarse a sí misma. La tarea de buscarse a uno mismo no es fácil en uno mismo. Pocas personas se buscan a sí mismas. Generalmente las personas viven buscando enajenarse para no reflexionar sobre sí mismas, sobre la vida que llevan, etc. etc. 

Sobre todo pensemos lo difícil que es para un continente pensarse a sí mismo. Pero lo que nosotros debemos decir es que si América Latina no desarrolla un exhaustivo pensamiento acerca de su historia y de su proyecto actual diferenciándolo del proyecto imperial, del proyecto de las naciones hegemónicas, va a quedar sometida al proyecto imperial.
O sea, la tarea actual es pensarnos a nosotros mismos en búsqueda de nuestra propia libertad. 

Hemos terminado por hoy y nos vamos a ver, sin duda nos vamos a ver. Chau. Hasta luego.


Podés descargar este capítulo de aquí.


    

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