martes, 16 de marzo de 2010

Su propia locura

Como no es costumbre en las calles solas,

él, ella, ha batido palma contra el enemigo.

Ha quemado al Sol dos veces,

luego lo ha hecho polvo,

se ha desvencijado como una repisa,

se ha mostrado estrella,

se lo ha visto pasear con Dios,

charlar con el diablo,

pasar la vuelta entera en calesita ajena.

Se ha desfigurado de tanto amar,

pobre profeta,

y luego vomitó en desquicie,

lo que la misma sociedad ocultaba,

o sea,

su propia locura.






Submarino

En vez de verte.
En vez.

-la no dicha-
tú,
te acercas.


¿Qué soy yo?
¿Qué sol?
Un mirar, un andar.
Un tú caminar… ¿ves?... te veo.


Te he dicho,
te he apreciado,
te he puesto en el centro de aquello que éramos.
Tal vez, tú me dijiste.
Todo lo que ha podido andar en vos, ahora anda libre…
Y la fatalidad manifiesta es un movimiento libre…
Y el comandante de lo que ha sido es libre…
Y avanza,
y te cree,
y acaso el vino de abril te deje en vilo,
y acaso la que vuelve, vuelve por vos…
Anda, andador, que ya eres hora.

¡Soy canción! ¡Denme vuelo!

En medio mar y madraza

vale la pena el esfuerzo.

Tu negro pelo,

aterida,

tus labios finos al viento.

Tú; que ni en sombras silbas.

Yo; que ya fui plebeyo.



Odio mirar sangrando,

eso tan hondo que espero.

Odio corazón cobarde,

que no le gritas al cielo:

¡soy canción!, ¡denme vuelo!”

¡Me he criado entre los yuyos y los velos!”



Supina madrugada te espera,

niña de la que te cuentos,

tus pies, tus manos, tus pechos,

tus vientos de mil sahumerios…

los hombres que te contemplan,

son dos y esperan tus sueños.








Sonido santo

Va Al
Alum
Va Al
Alei
Ve nais (n nasal)
Alabais
Joptumbal
Cemi-Cemi-Cemi (la última i se estira)





Sin lo puesto /a lo callado llego/

Sin lo puesto /a lo callado llego/
hombre bello salto en velas
que tu luz no te condena
ni los pájaros te asustan.
Hombre en mil /desesperado/
que de tanto resarcirte en la tibieza
se te ha hecho señor toda la siesta
y ahora te encuentras mirando la sorpresa.



Sin lo puesto /a lo callado llego/
cuanto tú, la más bella,
olvidas tu canto en mi boca
me esperas mil veces aguada
se te hace paraguas la nada
te acorralas en verme único
te adelantas a la poesía que aún no te he escrito
te desesperas al pensar que no lo he hecho
y ahora sí… ya puedes verla
todo espacio se ha vuelto con tu nombre
a despertarme días enteros y noches cansadas
mirando absorto en dirección a tu casa
digo violentamente ausente de mí
tanto que asusta
y como asusta enamora
y ese amor se ha hecho por tu presencia
pero mentiría si no te dijera
que se fortalece en tu ausencia
y se hace palabra en tu recuerdo.

Se quedó a oscuras el mundo

Se quedó a oscuras el mundo,

o tal vez sólo mi casa,

por la vela,

la sombra en el papel es muy distinta,

dos yos escriben lo que escribo… y él también.


En la cocina la cebolla cruje,

futuro de tarta-panza-vida,

o energía más energía,

eso tan cierto,

eso tan propio,

eso que demuestra la hidalguía del hidalgo,

¿¡cómo no ser coherente!?, comida panza.


¡Pucha! ¡Qué fácil es todo!

Yo no puedo acompañarte…

apenas si puedo acompañarme a mí.

Pero el tiempo va llegando para ambos,

y de definir se trata, hoy y mañana,

todo lo mundano pasará a ser espíritu,

todo lo superfluo: corazón universal.

Lo esperado, eso que todos pero que nadie sabe qué,

se hará presente para siempre.


Yo no puedo acompañarte,

apenas si puedo acompañarme a mí.

Y los recolectores pasan, a oscuras,

levantando lo que otros dejan,

y acaso su dignidad mantenga al mundo:

la deuda quedará en nuevas manos.




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