viernes, 4 de noviembre de 2011

Filosofía aquí y ahora II. José Pablo Feinmann. Encuentro 10: Alberdi: el “Fragmento preliminar”





Sumario


1 ¿Cuál es el propósito de Fragmento preliminar al Estudio del Derecho?
2 ¿Qué es una nación según Alberdi?
3 ¿Cuál es la propuesta de Alberdi?
4 ¿Por qué fracasa su proyecto?


1 ¿Cuál es el propósito de Fragmento preliminar al Estudio del Derecho?

Continuamos en este encuentro con el estudio de la filosofía latinoamericana. Como gran texto de estudio de la filosofía latinoamericana en la Argentina hemos hecho un aporte invalorable, se hizo en el siglo XIX y lo hizo –yo creo que es el más grande pensador que dio este país y es una de sus figuras más puras, más conmovedoras, más fascinantes- Juan Bautista Alberdi. 


Alberdi en 1837 publica su “Fragmento preliminar al Estudio del Derecho. El “Fragmento” es un intento de Alberdi por acercarse a Rosas. ¿Qué tenemos aquí? Tenemos, otra vez, un intelectual, que quiere acercarse a un gran caudillo político. Esto nosotros lo hemos estudiado en los intentos de Martin Heidegger por aproximarse a Adolf Hitler –el Führer de Alemania- y Heidegger intentando ser el Führer filosófico de Alemania. Digamos que Juan Bautista Alberdi quería darle a Rosas una ideología, un pensamiento, él lo va a decir: la Argentina, hasta ahora, ha tenido tres etapas: la etapa de la espada –que es Mayo, San Martín, la Revolución-, la etapa del orden –que es la etapa de Juan Manuel de Rosas- y ahora viene la etapa de la inteligencia (que era la etapa de Alberdi).


¿Cómo llega Rosas al poder? El 1828, el 13 de diciembre, Juan Lavalle fusila a Manuel Dorrego en la localidad de Navarro. Lavalle había derrocado al legítimo gobernador Manuel Dorrego por sus tendencias federalistas, lo derrota en una batalla y los sicarios Acha y Escribano entregan a Dorrego a Lavalle y Lavalle lo fusila. Si ustedes me preguntan qué fue eso, yo diría francamente “fue un asesinato” porque Lavalle mató al gobernador legítimo de Buenos Aires, al federalista Dorrego. “Lo mató en el silencio de las leyes” como va a decir Rosas. De modo que fue uno de los crímenes más atroces de nuestra historia.


Este crimen va a tener gran poder disolvente en nuestra historia que va a llevar por fin a la necesidad del orden. Tengamos en cuenta que cuando las sociedades entran en una gran convulsión anárquica, se exige el orden. Entonces asume en 1830 don Juan Manuel de Rosas como gobernador de la provincia de Buenos Aires y representante de las relaciones exteriores de la Confederación nacional. Gobierna Rosas.


Entretanto, una serie de jóvenes intelectuales comienza a reunirse en el salón del librero Marcos Sastre y forman lo que se llama el “Salón literario”. El “Salón literario” comienza a funcionar en 1837, ahí cada uno de ellos dice sus distintos discursos y ahí Alberdi hace saber que ha publicado su “Fragmento preliminar al Estudio del Derecho”. ¿Para qué escribe Alberdi este “Fragmento”? Alberdi tenía 26 años y escribe este “Fragmento”. El “Fragmento” está dirigido a Rosas y allí Alberdi le entrega a Rosas algunos elogios muy grandes como “el grande hombre que dirige nuestros destinos”. Luego esto le va a costar caro porque los unitarios en Montevideo se lo van a hacer pagar caro.


La primera pregunta que se hace Alberdi en el “Fragmento preliminar al Estudio del Derecho” es cuál es la relación entre las leyes universales y las leyes individuales de nuestra condición nacional. Alberdi dice que hay una ley universal que está expresada por todos los códigos del mundo, todos los códigos del mundo expresan una ley universal. Pero cada país tiene que expresar su ley individual, su ley particular y con ella incluirse en la ley universal.


2 ¿Qué es una nación según Alberdi?


Alberdi se va a preguntar qué es una nación, y va a unir la idea de nación con la Filosofía, con el pensamiento. Va a decir que una nación es ese territorio que puede pensarse a sí mismo, que puede darse a sí mismo una Filosofía. De aquí que los conceptos de Filosofía y nación sean fundamentales en Alberdi y el primer libro de ensayos que yo publiqué se llama “Filosofía y nación” en homenaje a Juan Bautista Alberdi. ¿Qué va a decir Alberdi? El rostro particular, único de una nación surge cuando esa nación se conoce a sí misma. Y una nación se conoce a sí misma a través de la Filosofía. 


Pero, ¿qué es la Filosofía para Alberdi? Alberdi es un intelectual argentino que se ha formado con los grandes maestros del Derecho europeo: Savigny, Lerminier, Jouffroy, Victor Cousin. Por ejemplo, Alberdi conoce a Hegel a través de Victor Cousin. Es decir –vamos a tomar ya este elemento- “ser culto en la Argentina de 1837 era ser culto a la europea”. No había otra manera de ser culto. Llegaban los libros de Europa y los intelectuales de aquí se morían por devorárselos. Digamos, todo el resto del federalismo del interior no producía libros, ni leía los libros que llegaban al puerto de Buenos Aires. Al puerto de Buenos Aires llegaban las novedades de Europa y junto con las novedades en distintos artículos, ya sea vestidos, porcelanas, llegaban los libros. Entonces Alberdi se forma con la cultura europea y con esa formación quiere descubrir la cultura nacional. Aquí tenemos una contradicción muy fascinante y vamos a ver cómo la resuelve Alberdi.


Alberdi va a pensar muy bien esto y va a establecer una relación entre lo universal y lo particular. ¿Qué es lo universal? Lo universal es la razón universal. La razón universal es la razón occidental para Alberdi. Si ustedes me lo preguntan, les voy a decir categóricamente qué fue la Revolución de Mayo -en mi humilde opinión- que está en contra de la de muchos. La Revolución de Mayo no fue una revolución, fue el pasaje de la hegemonía dominante de España a la libertad de comercio con Inglaterra y a la libertad cultural con Francia. Es decir, a la globalización española: arcaica, godista, monárquica, vieja, atrasada –Sarmiento escribe en “Recuerdos de provincia” se teme que cinco años de Inquisición hayan achicado el cerebro español, así que imagínense ustedes el respeto que le tenía los liberales del Plata a España-, la nueva globalización debe ser Gran Bretaña y Francia. El 25 de mayo las naves ancladas en el Río de la Plata festejan a cañonazos. Ya no va a ser necesario el contrabando, ahora el comercio es directo. Ahora ya no va a ser más necesario invadir las provincias del Río de la Plata como en la primera y la segunda invasión inglesa. Y George Canning, primer ministro inglés, dice una frase notable: “ya no entraremos como guerreros, vamos a entrar como mercaderes”. Así lo quieren aquí, así entran como mercaderes. 


Pero, al entrar como mercaderes lo que entra es la racionalidad de occidente, la razón universal. Entonces dice Alberdi: a esa razón universal nosotros tenemos que unirnos porque esa razón universal es el alma del Derecho. Pero tenemos que unirnos conservando nuestras particularidades, conservando nuestra propia identidad. Ahora, quiero llevar a la consideración de ustedes que la propuesta de Alberdi es unirse a una universalidad en tanto particularidad. O sea, nosotros seríamos la particularidad que se une a la universalidad expresada por las grandes potencias metropolitanas. Es como si nosotros, en ese momento, le hubiéramos dicho desde el Plata a Francia e Inglaterra: miren, nosotros somos la razón universal y ustedes son la particularidad que tiene que unirse en tanto particularidad a nuestra universalidad. Se hubieran reído y habrían dicho: no, por favor, nosotros somos occidente, nosotros somos las naciones metropolitanas, ustedes son los países adyacentes. Los países que una teórica del poscolonialismo –Gayatri Spivak- llama “países subalternos”. 


Entonces Alberdi, en tanto intelectual de un país subalterno, se propone como necesario para entrar en eso que se llama “el tren de la historia” unirse al devenir universal de la razón de occidente. Y a esa razón de occidente unir nuestra particularidad, nuestro rostro particular.


3 ¿Cuál es la propuesta de Alberdi?


La propuesta de Alberdi es la de integrarnos en tanto particularidad en el desarrollo universal de la razón occidental o europea. Nosotros somos una particularidad y “lo universal” es la cultura europea. “Lo universal”, la civilización, el progreso, las luces de la razón; todo eso es lo que representa Europa. Nosotros tenemos que descubrir nuestro rostro particular, pero nuestro rostro particular solo va a tener significatividad si se integra en tanto particularidad a ese momento, a ese desarrollo universal de la razón de occidente. Si no nos integramos a eso quedamos fuera de la historia. 


O sea, lo que Alberdi va a decir es que hay dos niveles, un nivel es el que llama “humanidad” y otro es el que llama el de la “nación”. La humanidad está dada por el desarrollo de las potencias europeas. Una de las cosas geniales que tuvo el imperialismo o el colonialismo europeo fue presentar sus conquistas con valores. El Imperio romano, por ejemplo, cuando conquistaba territorios los conquistaba en nombre de la grandeza de Roma. Pero los imperios de la burguesía capitalista del siglo XIX conquistaban territorios coloniales en nombre del progreso, de la civilización, de las luces de la razón. Éstas eran las banderas ideológicas, la civilización era lo que Europa llevaba a los países periféricos.
Entonces, Alberdi llama a esa civilización encarnada por los grandes países centrales de la Europa capitalista, “humanidad”. Esa es la humanidad. Hay aquí una equiparación entre Europa y la humanidad. Esa humanidad implica un nivel fundante, ésa es la humanidad, ese es el desarrollo de la humanidad y a ese desarrollo de la humanidad tenemos que integrar nuestra nación. Integrarla con sus características propias, integrarla en la modalidad de lo más auténtico que podamos conservar de nosotros. Una de las cosas más auténticas que Alberdi cree que puede conservar nuestra nación es la figura de don Juan Manuel de Rosas que para él representa lo que para un europeo sería el “color local”. Representa una figura muy romántica –como efectivamente lo era Rosas- y representa el orden que el pensamiento necesita para desarrollarse. 


Entonces, ¿cuál es el propósito fundamental del Fragmento preliminar para el Estudio del Derecho? El “Fragmento preliminar para el Estudio del Derecho” es dar a nuestra forma particular de ser una nación, un objetivo. Ser nosotros mismos pero participar del desarrollo necesario de la humanidad porque ese desarrollo es el del progreso. Si no nos incorporamos a ese desarrollo vamos a estar fuera del progreso. Llevado a términos de hoy esto ha sido expresado con una dualidad que es países desarrollados y países en vías de desarrollo. Ustedes observen qué interesante es ver la falacia que hay en esto porque cuando se dice países desarrollados y países en vías de desarrollo pareciera que hay una sola vía, y los países desarrollados y los países subdesarrollados van por la misma vía, y los países en vías de desarrollo van a alcanzar en algún momento en esa misma vía a los países desarrollados. No, no, ¡no! Lo que ocurre es que los países desarrollados van por una vía y los países subdesarrollados van por otra vía y los países subdesarrollados lo único que han hecho hasta el día de hoy es profundizar su atraso, su fracaso, al haber sometido su soberanía a los dictámenes de países hegemónicos de la economía de la historia mundial.
Esta hegemonía de lo universal que marca Alberdi es la hegemonía de los países en estado de desarrollo –como se dirá después. Para Alberdi entonces lo fundamental es una consigna que larga y es muy conocida: “gobernar es poblar”. Ignacio Anzoátegui, un hombre que solía empezar sus artículos diciendo: “seamos claro, soy nazi”, tiene un libro que se llama “Vidas de muertos” y el capítulo dedicado a Alberdi empieza diciendo: dijo gobernar es poblar, y nunca se casó.


4 ¿Por qué fracasa su proyecto?


¿Por qué Alberdi escribe un texto tan brillante que ni llega a manos de Rosas? (¿Lo habrá bloqueado Pedro de Angelis que era el escribiente o a Rosas no le habrá interesado?). Pero, hay un drama para el joven Alberdi que estaba tramado intelectualmente por lecturas europeas.
En 1838, un almirante francés bloquea a Rosas. O sea, la particularidad y la universalidad entran en conflicto. Alberdi no sabe qué hacer. ¿Qué es lo que va a elegir? Si para él lo particular que debía unirse a lo universal era Rosas. Y lo universal que debía recoger lo particular y llevarlo hacia el progreso eran las luces de la Francia. Y aquí tenemos que viene una escuadra francesa, una serie de barcos franceses al mando del almirante Le Blanc y bloquea el estuario del Río de la Plata y Rosas, como era un cabeza dura, no tranza, no arregla nada. Entonces Alberdi dice: pero ¡caramba!, qué complicada es esta situación. Yo siempre creí que la Francia iba a hacer bien las cosas y que don Juan Manuel es nuestra particularidad. Pero aquí está la cuestión, don Juan Manuel no quería ser una particularidad. Don Juan Manuel de Rosas quería ser un universal. Un universal no puede someterse a ninguna otra universalidad. Es decir, si una nación se considera a sí misma un universal, una totalidad autónoma, no puede ser la parte subalterna de otra. Esto era lo que Alberdi pretendía: integrar nuestra particularidad nacional al desarrollo universal de la racionalidad europea. Rosas no. Rosas no lo acepta al almirante Le Blanc porque lo que dice Rosas es: nosotros somos una nación y tenemos una identidad nacional y esa identidad nacional nos hace universales. Somos tan universales como los europeos porque tenemos una identidad propia. Quizás no lo hubiera dicho en estos  términos porque no tenía la formación dialéctica que Alberdi sí tenía, pero esto es lo que Rosas pensaba y realmente lo explicita en una carta a Juan Facundo Quiroga que es la famosa “Carta de la hacienda de Figueroa”.


Rosas es distinto de Alberdi. Rosas es un gobernante que se mezcla con el pueblo, que va a los candombes de los negros, que conoce las costumbres de los indios que –como dice Sarmiento- en cualquier lugar de la Pampa se baja del caballo, se come un poco de pasto y es capaz de decir en qué estancia está. Alberdi no. Alberdi no tiene nada que ver con eso. Es incapaz de saber en qué estancia está. Apenas podía saber que estaba en la ciudad de Buenos Aires. Alberdi es un muchacho culto, muy culto, endeble, vivió exiliado casi toda su vida. Quizás se podría decir que era físicamente cobarde porque cuando vuelve al país en el ’80 Sarmiento se le acerca y Sarmiento, ampuloso, un titán, le dice: “a mis brazos, Doctor Alberdi”. Y Alberdi se apichona, se achica y muy pronto se va de nuevo del país y muere en el exterior. 


Alberdi se va a Montevideo, y para irse a Montevideo se pone una divisa punzó para poder llegar al puerto y que nadie lo moleste, lo intercepte, que crean que es un verdadero federal y en medio del río tira la divisa punzó. Llega a Montevideo y comienza a conspirar contra Rosas del lado de los unitarios que estaban aliados al lado del almirante Le Blanc. Los unitarios de Uruguay estaban aliados a los franceses. Es decir, entonces, que el joven intelectual Alberdi que había escrito el “Fragmento preliminar del Estudio del Derecho” para Rosas, termina conspirando contra Rosas de mano de los unitarios que están en Uruguay y a favor de los intereses de estos unitarios y de Francia


Esto era inevitable porque para Alberdi, como dijimos, ser culto era ser culto a la europea. Si bien Alberdi valoraba la figura de Rosas, más valoraba la cultura de Francia. Por eso este proyecto lamentablemente fracasa. Era imposible. Hubiera sido deseable: un gran caudillo político y un gran intelectual unidos en conquistar la modernización de la Argentina sin perder su soberanía. Eso no fue.


Vamos a seguir hablando de todos estos temas y mucho más de historia del pensamiento argentino porque esto continúa.


Podés ver o descargar este Encuentro de aquí.



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