jueves, 27 de febrero de 2014

México, el nuevo referente de Estados Unidos - Por Emir Sader



Hay un gran lobby mediático internacional –en que el grupo Prisa juega rol de motor– que, incomodado con el éxito de los gobiernos progresistas latinoamericanos y para defender los intereses de grandes corporaciones internacionales en la región, busca hacer de sus sueños realidad. La Alianza del Pacífico sería el sector dinámico de América latina y, como corolario, México y no Brasil, sería el gran líder continental.

La Alianza del Pacífico es la versión para el siglo XXI de otros proyectos fracasados de Estados Unidos para intentar extender a todo el continente un área de libre comercio. La primera versión fue el Nafta –Area de Libre Comercio de América del Norte–, firmado entre Estados Unidos, Canadá y México, en 1994, cuyos planes iniciales eran ir incorporando a países del continente, conforme sus gobiernos correspondieran a las normas del Consenso de Washington.

Después de México, Chile se presentó como el próximo pretendiente a ingresar al Nafta. Pero en el mismo año de la firma del acuerdo –1994– México vivió una gran crisis, la primera crisis específicamente neoliberal en América latina, al mismo tiempo que el levantamiento de Chiapas alzaba su grito que llamaba a la resistencia al neoliberalismo.

EE.UU. tuvo que cambiar su estrategia. No había cómo seguir invitando a países latinoamericanos a seguir a México en su opción, cuando los primeros resultados ya habían sido negativos. Washington elaboró entonces otra versión: el Area de Libre Comercio de Américas, ALCA.

Aparentemente el camino estaba despejado para que EE.UU. consolidara su hegemonía económica hacia el conjunto del continente. Sin embargo, a la crisis mexicana –1994–, seguiría la brasileña –1999– y la argentina –2001/2001–, mientras se extendían las movilizaciones continentales en contra del ALCA.

En su fase final, Brasil y EE. UU. debían concluir los acuerdos y poner en práctica el ALCA. Pero el fracaso de los gobiernos neoliberales y el rechazo de los latinoamericanos, mediante la elección de gobiernos de resistencia al área de libre comercio, empezaba a extenderse. Brasil sucedió a Venezuela y el cambio de gobierno –de Cardoso a Lula, en 2003– representó un freno al ALCA, porque el nuevo gobierno brasileño se opuso a concluir esos acuerdos.

La multiplicación de gobiernos antineoliberales en la región en los años siguientes –en Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador– constituyó un conjunto de gobiernos que, en lugar de firmar Tratados de Libre Comercio con los EE.UU., han privilegiado los procesos de integración regional –Mercosur, Unasur, Banco del Sur, Consejo Sudamericano de Defensa, ALBA, Celac, entre otros–.

Entonces EE.UU. cambió de estrategia y pasó a firmar acuerdos bilaterales con gobiernos de la región que han mantenido la opción por el libre comercio: Chile, Perú, Colombia, varios de Centroamérica y el Caribe.

Los países con gobiernos posneoliberales se han consolidado con gran apoyo popular, eligiendo y reeligiendo a sus presidentes, ya a lo largo de más de diez años en algunos casos, por lo menos siete u ocho años en otros, proyectando liderazgos populares en la región y hacia el mundo, disminuyendo la desigualdad, la pobreza y la miseria. Mientras que los otros han perpetuado la concentración de renta, la exclusión social, con gobiernos que se alternan, sin lograr la estabilidad política, el desarrollo social y la proyección internacional de políticas externas soberanas.

La Alianza del Pacífico es un nuevo intento norteamericano. Trajo a México de América del Norte y lo juntó con Colombia, Chile y Perú. No es un conjunto dinámico con prestigio y fuerza en la región, para empezar porque esos países no tienen gobiernos estables, ni tampoco han logrado disminuir la desigualdades, la pobreza y la miseria.

Como correlato al intento de proyectar a la Alianza del Pacífico está el difícil intento –en que se esmera particularmente El País– de promover a México como líder de América latina. Pero en más de dos décadas de neoliberalismo, México ha visto aumentar la pobreza, la miseria, la desigualdad y la exclusión social. Asimismo, la diseminación del narcotráfico ha multiplicado cruelmente la violencia en varias provincias del país. Para EE.UU., México es la referencia, porque es el país que sigue de forma más estricta las orientaciones de FMI y del Banco Mundial.
La Alianza del Pacífico es una alternativa para que EE.UU. intente superar su aislamiento en el continente pero, de ninguna forma, es alternativa para los países de la región que deseen superar las políticas exportadas por Washington, que efectos tan negativos ya han producido en Latinoamérica.

Tomado de aquí


 

MADURO RECIBIO EL APOYO DE MOVIMIENTOS CAMPESINOS, INDIGENAS Y MUJERES, QUE ORGANIZARON MARCHAS MASIVAS: La oposición venezolana rechazó ir a un diálogo



El secretario ejecutivo de la coalición partidaria antichavista, Ramón Guillermo Aveledo, envió una carta al vicepresidente Jorge Arreaza diciendo que no querían ser parte de un “simulacro de diálogo” con el gobierno.

La alianza opositora venezolana Mesa de la Unidad Democrática (MUD) rechazó asistir al diálogo convocado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro. El secretario ejecutivo de la coalición partidaria antichavista, Ramón Guillermo Aveledo, envió una carta al vicepresidente Jorge Arreaza para explicar su postura: “No nos prestamos para lo que derivará en un simulacro de diálogo que desemboque en una burla a nuestros compatriotas”.

Por su parte, Maduro remarcó la falta de predisposición al diálogo y la violencia fomentada por parte de la oposición. “Yo asumo las culpas que me toque asumir, pero quienes llamaron a estos muchachos, los entrenaron y los armaron, que asuman sus responsabilidades frente al país”, apuntó. En tanto, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, criticó a la MUD y la acusó de no querer resolver la crisis. “Confirmado: la MUD no quiere paz, decidieron no asistir a la invitación del compañero presidente, sólo los mueve el cálculo politiquero”, escribió en su cuenta de la red social Twitter.

Cabello cuestionó que, tras pedir que el gobierno nacional se abra al diálogo, la MUD rechace la invitación de Maduro. “¿Cómo una palabra tan hermosa: paz, causa tal reacción de rechazo en la dirigencia opositora? queda claro que toda la MUD está en el golpe”, aseguró. “Quisieron quitarnos la Navidad, los alimentos, el gas, la gasolina, la vida, los carnavales, ahora quieren quitarnos la paz. ¡No podrán!”, agregó.

Mientras, Maduro dio la bienvenida al movimiento campesino e indígena que marchó masivamente al Palacio de Miraflores –sede presidencial– y agradeció el apoyo brindado. “Esta ha sido una ofensiva muy poderosa de movilización del pueblo de todos los movimientos sociales en todo el país y todos han querido venir a ratificar su juramento con Chávez y la patria”, dijo. El presidente se había manifestado previamente a través de su cuenta en Twitter, asegurando que Venezuela seguirá derrotando a los “violentos que queman y destruyen por odio”. “Venezuela unida seguirá derrotando a los grupos violentos que queman y destruyen por odio, elevemos el respeto, la tolerancia y vencerá la paz”, fue el mensaje compartido por Maduro.

En tanto, el líder opositor Henrique Capriles dijo que no quería ser usado. “El gobierno habla de diálogo, habla de paz, pero no puede ser un llamado vacío. No se trata de ir al Palacio de Miraflores a tomarse una foto”, afirmó.

Aveledo agregó que el diálogo propuesto por el gobierno no goza de las condiciones adecuadas para efectuarse, debido a la gravedad de la situación en el país. “Hoy la convivencia está seriamente alterada por hechos conocidos, de los cuales ustedes y nosotros tenemos lecturas divergentes, y que fundamentalmente están en el ámbito de responsabilidad del gobierno. Pero el cuadro económico y social es todavía más exigente que esta crisis aguda de protestas y represión desmedida con participación en ella de civiles armados convocados por la autoridad”, apuntó la MUD como principal argumento para no acudir al encuentro propuesto por el Ejecutivo.

La alianza antichavista presentó además al gobierno condiciones para que se genere el diálogo, entre los cuales está la participación de un tercero que sirva de mediador. “Dialogar en términos convenidos previamente, con una agenda de asuntos relevantes al interés nacional, y con la participación de un tercero de buena fe, nacional o internacional, que facilite, garantice y, de ser necesario, medie, para que ese diálogo sea fructífero”, exigió en la carta enviada a Arreaza.

Por otra parte, miles de mujeres marcharon desde la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana hasta el Comando Regional 5 para exigir que cese la represión a las manifestaciones de los últimos días. La marcha fue encabezada por la diputada opositora María Corina Machado y la esposa del líder opositor encarcelado Leopoldo López, Lilian Tintori, entre otras dirigentes políticas y ciudadanas que vestidas de blanco y con flores pidieron a la Guardia Nacional regular sus actuaciones en las protestas.

“Mujeres venezolanas emplazaremos de manera firme y pacífica a la Guardia Nacional Bolivariana a detener de inmediato la represión contra nuestros hijos”, expresó Machado, quien luego se dispuso a entregar un documento a los militares. Desde que se iniciaron las manifestaciones en Venezuela, a partir del 12 de febrero, 16 personas murieron. La última víctima fatal es Eduardo Ramón Anzola Carmona, un motociclista de 29 años que murió al chocar contra una barricada instalada por personas que protestaban contra el gobierno en la ciudad de Valencia. Pero algunas de las muertes se produjeron por la acción de autoridades del Estado, como el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y la Guardia Nacional.

De hecho, la fiscalía acusó a cinco funcionarios del Sebin por su presunta vinculación con la muerte de Bassil Da Costa y Juan Montoya, ocurridas el pasado 12 de febrero, en la parroquia Candelaria de Caracas. Los fiscales Johana Peña y Miguel Hernández imputaron a Manuel Pérez, Edgardo Lara, Héctor Rodríguez Pérez, Jimmy Sáez y Jonfer Márquez. Estos funcionarios habrían incurrido en los delitos de homicidio calificado con alevosía y motivos innobles, uso indebido de arma orgánica, quebrantamiento de pactos y convenios internacionales suscritos por el país, asociación para delinquir y obstaculización a la administración de justicia a favor de un grupo de delincuencia organizada. Por este caso también se encuentran privados de su libertad los funcionarios Andry Jaspe López y Jonathan Rodríguez Duarte, destacó el diario El Universal de Caracas.


Tomado de aquí



 

lunes, 24 de febrero de 2014

Análisis de Orlando Pérez, director de El Telégrafo, sobre las elecciones en Ecuador



Perder las alcaldías de Quito y Cuenca es simbólicamente un revés político para el movimiento PAIS. Y ganar las prefecturas de Pichincha y Guayas parecería que tampoco ocultara ese varapalo que debe ser entendido desde distintas interpretaciones.

Sin contar todavía con los resultados oficiales de todo el país, cantón por cantón y parroquia por parroquia, la disputa política se había concentrado en Quito y Guayaquil, sin contemplar lo que sucedería con la ciudad de Cuenca y otras más. Evidentemente el resultado electoral de ayer marca un punto de inflexión en el desarrollo del proceso político iniciado en 2007 con el ascenso al poder de Rafael Correa Delgado.

A lo largo de nueve elecciones la derrota quedó relativamente fuera de todo cálculo. Mucho más cuando hace apenas un año, en los comicios presidenciales y legislativos, el movimiento PAIS obtuvo un triunfo arrollador: 100 asambleístas de 137 y Correa fue elegido en primera vuelta con casi 30 puntos de distancia respecto del exbanquero Guillermo Lasso, su principal contendor.

Rodas obtuvo el 58% de los votos en Quito; Nebot el 60% en Guayaquil;  y Cabrera el 50% en Cuenca.

De las primeras evaluaciones, en el caso de la capital, se puede concluir que no se trata de un voto a favor del candidato que mostró las mejores propuestas sobre lo que hay que hacer en Quito. Por lo menos, en los debates y las entrevistas críticas, Rodas mostró falencias y desconocimiento. Por el contrario, parecería que el triunfo se debe a un aparente castigo debido a ciertos errores cometidos (pero también sobredimensionados en algunos casos) en la gestión de Augusto Barrera y quizá a un comportamiento crítico con el desarrollo del proyecto político de PAIS en la capital.

En esta ciudad se han protagonizado algunas expresiones (manifestaciones, plantones, debates y disputas) de rechazo a la decisión de explotar una parte de los campos petroleros del Yasuní ITT, además de haber tensiones políticas con algunos sectores gremiales y de la izquierda que activan sus movilizaciones y rechazos en algunos centros de educación y ONG.

Y no está por demás decir que Quito no es una ciudad que se comporte políticamente bajo un esquema tradicional o se sostenga permanentemente bajo un comportamiento clásico. Si bien conlleva un espíritu rebelde histórico ahora tuvo por delante un escenario complejo, pocas veces analizado a profundidad por los mismos dirigentes y líderes locales del movimiento PAIS, tal como lo reconocen algunos. En ese escenario, Barrera afrontó una responsabilidad dura y difícil al poner en orden la administración y decidir por un proyecto con enorme carga de riesgo en su prestigio político.

El aprendizaje de la oposición

La derecha ecuatoriana fue derrotada en nueve elecciones consecutivas. Esas derrotas significaron para los sectores empresariales, financieros y mediáticos un aprendizaje consecutivo. Para eso desarrolló una estrategia silenciosa y hasta millonaria para minar la Revolución Ciudadana a través de una campaña sostenida de desinformación, desprestigio y acoso mediático desde adentro y fuera del país.

Pichincha apoyó la reelección de Gustavo Baroja; lo mismo que hizo Guayas con Jimmy Jairala.
Ahora esa derecha ubicó a un personaje que reúne los requisitos de un libreto conocido para sostener una larga lucha, muy bien parecido al de Venezuela con Henrique Capriles. Él es Mauricio Rodas, que perdió las elecciones presidenciales de febrero de 2013, no superó el 5% de los votos, pero quedó como una opción ‘nueva’, ‘fresca’ y ‘conciliadora’. En realidad ni es tan nuevo (militó en las filas socialcristianas en los noventas) ni muy fresco porque transporta las ideas liberales de antaño y construidas desde un ‘laboratorio’ político de la fundación Ethos, asentada en México, de la que es parte Enrique Krauze. Pero menos aún es un conciliador dado su comportamiento político agresivo en sus posturas, aunque lo disimule con una sonrisa.

Ese personaje, además, reúne en su entorno a todo el aparato político, financiero y mediático que ha hecho oposición a Rafael Correa de diversos modos y todo el tiempo. Allí se encuentran los grandes grupos financieros e inmobiliarios afectados por las políticas de redistribución de la riqueza, a través de un sistema impositivo y fiscal donde más pagan los que más tienen. Por eso el eje de su campaña presidencial y ahora por la alcaldía de Quito fue menos impuestos. Y también por ello, los grandes medios de comunicación privados y comerciales han trabajado con su discurso, sus argumentos y postulados como si fuesen propios, cuando cualquier analista ingenuo podría encontrar allí una coincidencia nada casual.

Por todo ello, la recomposición de la derecha ecuatoriana pasa por este personaje, a quien otorga todas las facilidades para disputar el sentido político de la Revolución Ciudadana bajo la bandera de un liberalismo supuestamente dialogante, tolerante y abierto a toda propuesta.

Sin embargo, no podemos hablar todavía de una derecha sólida, unificada, coordinada y sin sus visiones y hasta tensiones internas. Por lo visto hasta ahora las distancias entre Rodas, Lasso y Jaime Nebot, a la luz de la euforia del resultado, son cortas, pero fueron evidentes las diferencias a la hora de conformar listas y proponer candidatos.

¿Cuál es el devenir del proyecto político de PAIS?

El movimiento PAIS contiene una experiencia dura de luchas electorales, pero sobre todo de disputas políticas diarias, semanales, en muchos terrenos. Y esta vez, al parecer, no midió adecuadamente el comportamiento de la derecha y no supo sumar aliados en las diversas circunscripciones para fortalecer un frente democrático.

Rafael Correa se jugó buena parte de su capital político en estas elecciones. Afrontó con mucha personalidad las dificultades y dio la cara a la avalancha mediática y política cuando asumió lo que corresponde a todo líder: poner el pecho a las balas cuando ve riesgos en el frente.

Nadie puede decir ahora, con argumentos y datos, hasta dónde perjudicó o ayudó la presencia intensa de Correa en esta campaña. Lo que sí está claro es que su participación fue explotada y exacerbada por todo el aparato político y mediático de la derecha. No hubo día ni reducto en los medios donde no se juzgara esa presencia y participación.

¿Hizo falta que Correa llegara a ello? ¿En Quito, particularmente, esas tácticas fueron favorables o dieron paso al resultado de ayer? Por lo visto y expresado por algunos sectores críticos del gobierno, a Correa no le perdonan sus postura sobre algunos temas, por ejemplo: haber retado a la rectificación del caricaturista Bonil.

De todos modos, lo dicho por Augusto Barrera, al asumir la derrota, colocó la reflexión sobre la condición original de izquierda revolucionaria que se debe recuperar, en todos los niveles y en todas las actuaciones, a partir de una autocrítica profunda y un reconocimiento cabal de toda su capacidad política y electoral, que no estuvo a la altura de esta disputa ante una derecha agresiva.

La ‘pérdida de la capital’, eso sí, también debe significar un estricto control de las conquistas y derechos alcanzados, el no dar paso a las privatizaciones, a la merma del sentido ciudadano y democrático de la participación barrial. Y por lo mismo, el devenir de PAIS en estos años, antes de la elección presidencial de 2017 conlleva una construcción de más y nuevos hitos revolucionarios.



Tomado de aquí


 

Rafael Correa: "Seguiremos construyendo la Patria Grande"

Maduro: "No es una campaña de conspiración más, es un golpe continuado"

sábado, 22 de febrero de 2014

Izquierda y progresismo ante la integración y la globalización - por Eduardo Gudynas

 
 
En los últimos tiempos el progresismo parece estar tomando un sendero distinto al de la izquierda que le dio su origen. Esta divergencia que asoma también se expresa en cómo se aborda la globalización y la integración latinoamericana.
 
La situación actual es heterogénea, por momentos contradictoria. Se debe celebrar, por ejemplo, contar con ámbitos de discusión política como UNASUR o CELAC, rompiendo con las tutelas de Estados Unidos. Pero persisten estrategias conservadoras de liberalización comercial, como los de la Alianza del Pacífico.
 
Unas cuantas razones de esa heterogeneidad se encuentra en la divergencia entre izquierda y progresismo, y para explicar esas circunstancias es apropiado un breve repaso histórico. La izquierda latinoamericana que maduró en la década de 1990 tenía unas cuantas ideas bastante claras sobre la integración. Su proyecto político iba mucho más allá de la liberalización comercial, defendiendo coordinaciones en manejar inversiones y endeudamiento, protección de los migrantes, y apoyos a obreros y campesinos, especialmente por medio de políticas productivas regionales. Buscaba romper la dependencia ante la globalización y cuestionaba institucionalidades como las de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
 
La lucha contra el ingreso de México al TLCAN, o ante los tratados de libre comercio de Chile, Perú, Colombia y varias naciones centroamericanas con EE.UU., obligó a explorar otras opciones económicas y políticas de la integración. Todavía más se aprendió en las coordinaciones de amplios sectores de izquierda en las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lideradas por EE.UU., con el apoyo de Canadá.
 
Muchos de esos aprendizajes explican muchas de las medidas que se tomaron cuando la izquierda conquistó varios gobiernos. Se cambió la postura en el seno de los bloques regionales, se detuvo el ALCA, y se lanzaron innovaciones, algunas específicas (como la idea boliviana de tratados de comercio entre los pueblos, el Banco del Sur, o un mecanismo propio de pagos recíprocos, el SUCRE), o incluso más ambiciosos (como el ALBA, y sus estructuras asociadas). Pero a medida que el impulso inicial de izquierda fue reemplazado por el pragmatismo del progresismo, se afectaron muchas posturas. Ese cambio se puede ilustrar con algunos ejemplos.
 
El primero se refiere a la iniciativa en infraestructura sudamericana, conocida como IIRSA, una iniciativa inicialmente alentada por Brasil, sin duda era funcional a la ideología del ALCA. A tono con el espíritu neoliberal, apostaba a una red de carreteras e hidrovías extrovertidas hacia la globalización, que permitiera enviar materias primas desde el corazón del continente a los grandes puertos oceánicos. Las izquierdas latinoamericanas criticaron duramente IIRSA; no podía ser de otra manera dada su estrecha asociación al proyecto ALCA. A su vez, las alternativas de izquierda postulaban otra integración física continental. A pesar de ello, a medida que se consolidó el progresismo, se aceptaron las ideas de IIRSA, aunque ahora reubicadas como Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento (Cosiplan), dentro de UNASUR (1). Todos los gobiernos, sin distinciones entre conservadores o progresistas, lo financian.
 
En la misma línea, en 2006, Evo Morales presentó a los presidentes y pueblos sudamericanos una carta proponiendo otra integración continental “para Vivir Bien”. Defendía, por ejemplo, la complementaridad entre las economías, el comercio justo, fondos económicos para compensar asimetrías, y una articulación física distinta a la de IIRSA (2). Aunque en su carta estaba el espíritu de una integración desde la izquierda, no tuvo mayor acogida, y con el paso del tiempo, el progresismo actual parecería que la ha olvidado.
 
Estos ejemplos ilustran vías desde las que asoma la divergencia entre izquierda y progresismo, una distinción planteada en un artículo anterior (3), en este caso ante la integración y la globalización. No es que desaparecieran todas las posturas y sensibilidades previas, ya que muchas de ellas siguen presentes, explicando elementos como la resistencia a los TLCs y la retórica latinoamericanista.
 
Pero el progresismo, al seguir priorizando las exportaciones de materias primas, termina en países que compiten entre ellos en acceder a los mercados globales. Los países cafeteros y sojeros compiten entre sí, y otro tanto hacen los exportadores de cobre, hierro, plata y otros minerales, y así en otras materias primas. También compiten en atraer el capital necesario para esos proyectos, en flexibilizar las condiciones sociales y los permisos ambientales, e incluso en asistencias en infraestructura o energía barata.
 
Esta dinámica impide una integración productiva y comercial genuina. Los gobiernos resisten llegar a compromisos regionales para regular la oferta, los stocks disponibles, y los precios de sus materias primas (a pesar de existir iniciativas pasadas en ese sentido). A su vez, necesitan avanzar en redes construidas bajo el espíritu de IIRSA para asegurar sus exportaciones.
 
Frente a la globalización, existen algunos intentos en recuperar autonomía (por ejemplo, desvinculándose del CIADI). Pero, en líneas generales el progresismo quedó anclado en la globalización, ya que la necesita para mantener esas corrientes exportadoras y los flujos de capital. Cumplen con los acuerdos de la OMC y siguen las regulaciones globales para el comercio e inversiones. Brasil es, posiblemente, el país que más ha batallado por instalarse en esa globalización (buscando la dirección de la OMC, participando activamente en el G 20 y formalizando a los BRICs). Por esas y otras razones, el progresismo no logró desglobalizarse. 
 
Durante las campañas frente al ALCA, las izquierdas aprendieron la importancia de una articulación continental que redujera las asimetrías (diferencias entre economías grandes y pequeñas) y permitiera una convergencia (mejorando las condiciones de las economías más pequeñas). Al caer el ALCA, el temario de asimetrías y convergencias perdió fuerza. Es que discutir esos procesos dentro de América del Sur implica debatir el papel de Brasil, la economía más grande, una cuestión más que espinosa para gobiernos (y varios en los movimientos sociales). Es cierto que Brasil y otros países aceptaron la propuesta de Chávez de transitar desde una Comunidad Sudamericana de Naciones a una “unión”, pero no puede olvidarse que uno de sus resultados concretos fue abandonar la construcción concreta de políticas comunes y mecanismos para reducir asimetrías y asegurar convergencias. Aunque el progresismo invoca el latinoamericanismo, parece haber adoptado finalmente la postura brasileña, que defiende una soberanía en un viejo sentido, para rechazar cualquier compromiso supranacional.
 
El MERCOSUR, que se suponía sería “refundado” en los años en que todos los gobiernos de sus miembros estaban en manos del progresismo, avanzó en cuestiones como cultura o migraciones, pero no logró acuerdos en sectores claves como energía, minería y agroalimentos. No sólo eso, sino que ha caído en todo tipo de disputas internas (incluso imposiciones sobre los socios pequeños), hasta casi paralizarlo. A nivel continental también quedaron por el camino otras innovaciones audaces, como la propuesta de Hugo Chávez de “compartir” sus recursos petroleros, mediante acuerdos recíprocos con empresas estatales de países amigos. La situación se ha vuelto tan compleja, que hasta más de un gobierno progresista ahora mira con interés a la Alianza del Pacífico (Ecuador y Uruguay son observadores), o está dispuesto a negociar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (como Brasil o Ecuador).
 
Sin duda que este repaso no agota una problemática por demás compleja. Tenemos claro que el camino futuro no está, por ejemplo, en esquemas como los de la Alianza del Pacífico. Pero hay que saber reconocer el malestar con los problemas de una integración estancada o contradictoria en algunos frentes. Sus limitaciones las sufren, por ejemplo, obreros fabriles o pequeños agricultores, que como no encuentran salidas productivas dentro del continente, quedan a merced de la globalización. No siempre es fácil analizar esa cuestión, ya que cualquier observación podrá ser usada por los sectores conservadores para promover sus modelos TLCs.
 
La mejor manera de romper con esas trampas es retomar el espíritu de izquierda para enfrentar la globalización y la integración. Esto es fortalecer instancias como UNASUR o CELAC, pero incorporándoles mecanismos para recuperar autonomías frente a la globalización y acuerdos regionales concretos. Entre las prioridades están la regulación de la oferta y stocks de materias primas, cadenas industriales compartidas entre países, y la reorientación de la agropecuaria y las conexiones de transporte hacia las necesidades continentales, antes que los mercados globales. Esas y otras medidas se corresponden a aquel llamado, lanzado desde Quito, hace más de diez años atrás, “otro desarrollo es posible, otra integración es posible”, que sigue siendo válido.
 
- Eduardo Gudynas es analista en CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social), Montevideo. Twitter: @EGudynas 
 
Notas:
1.            La resurrección de la IIRSA, Héctor L. Moncayo, 30 octubre 2012, ALAI: http://alainet.org/active/62622&lang=es
2.            Propuesta del Presidente Evo Morales: Construyamos con nuestros pueblos una verdadera Comunidad Sudamericana de Naciones para “Vivir bien”, 4 octubre 2006. ALAI: http://alainet.org/active/13712
3.            Izquierda y progresismo: la gran divergencia, E. Gudynas, 24 diciembre 2013, ALAI: http://alainet.org/active/70074
 
 
 
Tomado de aquí
 
 
 
 

viernes, 21 de febrero de 2014

Carta Abierta Mendoza ante movimiento golpista en Venezuela


Quienes sostenemos el Proyecto nacional, popular, democrático,  y latinoamericanista que  en la Argentina conduce nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, vemos con seria preocupación como fuerzas antipopulares y pro-oligárquicas atacan al sistema democrático y a las instituciones constitucionales en la República Bolivariana de Venezuela. Tales acciones se hacen con el apoyo explícito del gobierno de Estados Unidos, que es el verdadero mentor de esta escalada criminal y golpista, y con la adhesión del ex presidente de Colombia, el tristemente célebre Álvaro Uribe, que no escatima en enviar mercenarios para promover desorden y caos,  a fin de alimentar el miedo en la población de la hermana Venezuela a través de la amplia frontera entre ambos países. 

   Nuestra Presidenta y los presidentes de países miembros de la UNASUR, comprometidos con la unidad latinoamericana y el crecimiento y bienestar de nuestros pueblos, han manifestado su apoyo al Presidente Nicolás Maduro, quien con valentía y el apoyo de la mayoría del pueblo venezolano ha afrontado la situación.
 
   Nuestros pueblos no están dispuestos a soportar nuevas aventuras destituyentes ideadas por el gran capital concentrado y el Departamento de Estado norteamericano. Los tiempos han cambiado. Con esfuerzo, la mayoría de  los sudamericanos estamos superando la nefasta época del neoliberalismo; tanto en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay como Argentina tenemos gobiernos que mediante la inclusión social, la plena vigencia de los derechos humanos (*), el crecimiento gradual del bienestar de la población, el despliegue de la soberanía integral de nuestros países, la plena vigencia de las garantías constitucionales (que incluyen antes que nada la libertad política y de expresión, más la elección periódica y democrática de las autoridades) (*), hemos avanzado en la búsqueda de un bienestar y ejercicio de derechos antes postergados por las dictaduras o las democracias restringidas sometidas por el poder económico de los países hegemónicos. 
 
    Quienes actúan a ciegas, impulsados por un odio que les ha inculcado, serán víctimas junto a la gran mayoría del pueblo si triunfa la política  del gran capital -el cual no tiene principios ni ideas sino solo intereses- y que prefiguran, si llegaran al gobierno, una situación de deslegitimación y violencia social obviamente esperables.

    Los pueblos de Latinoamérica y en particular los que hoy sostenemos gobiernos nacional- populares como el de Venezuela o el nuestro, no estamos dispuestos a desfallecer ante la prepotencia y la cultura del miedo impuestas por este golpismo tan antidemocrático como anti-institucional. Hoy podemos decir que es solo una cuestión de tiempo, tal como lo hicieran  nuestros libertadores: ¡¡Venceremos!!
 
                                                             Carta Abierta Mendoza, 21 de febrero de 2014.
 
 (*) Nota del bloguero: nos gustaría hacer aquí una pequeña referencia sobre algunos dispositivos naturalizados por ciertos sectores fascistas y una buena cantidad de hombres y mujeres vinculados al Aparato Represivo del Estado. Según hemos constatado hace ya muchos años y verificado en varios casos, los sistemas de "intromisión" (denunciados duramente por el soldado Manning y Edward Snowden) no dejan de pinchar teléfonos masivamente, hackear correos electrónicos, violar domicilios, intoxicar alimentos e intervenir en los cuerpos de hombres y mujeres toda vez que se plantean diferencias a nivel económico y político. No tenemos dudas que un proyecto netamente neoliberal en el gobierno sería mucho más represor y vigilante, pero no podemos dejar pasar que los mecanismos utilizados en la actualidad para violentar la vida de muchas personas (por ejemplo, la persecusión a luchadores sociales a través del "proyecto X" que controla la Gendarmería) se encuentran reñidos con los Derechos Humanos y algunas garantías constitucionales. ¿Es legal pinchar teléfonos para perseguir a disidentes? ¿Se respetan los DDHH cuando la privacidad es violentada una y otra vez? Nosotros creemos que no. También estamos convencidos que el problema no es argentino sino mundial, no es particular sino sistémico. A excepción de lo expuesto, nos sumamos al apoyo de Carta Abierta Mendoza a la República Bolivariana de Venezuela.

jueves, 20 de febrero de 2014

Bolivia: Ley declara héroe y heroína nacional a los indígenas Tomás Katari y Kurusa Llawi



La Cámara de Senadores sancionó la ley que declara héroe y heroína nacional a los esposos Tomás Katari y Kurusa Llawi, como reconocimiento a la lucha por la libertad de los pueblos indígenas en la colonia. El presidente Evo Morales debe promulgar la norma para que entre en vigencia. 

Katari y su esposa encabezaron la lucha indígena contra los españoles en el siglo XVIII. Liberaron a mitayos (indios esclavos) y formaron regimientos de indígenas para combatir contra los opresores, según un boletín de prensa de la instancia de la Asamblea Legislativa Plurinacional.

El reconocimiento a líderes y héroes indígenas marcó una particularidad en la administración del presidente Evo Morales, que llegó al poder en 2006. En 2010, organizaciones sociales plantearon el cambio del nombre de la Plaza Murillo, ubicada en el centro del poder político, por el de Bartolina Sisa, una heroína indígena aimara y esposa de Túpac Katari.

La senadora por el departamento de Potosí, Ana Vilacama, sostuvo que gracias a esas luchas hoy están fortalecidas las organizaciones campesinas. “Muchas veces se desconoce, se deja a un lado, por eso creo, que es bueno recuperar la memoria histórica de estos líderes, los hermanos Katari y particularmente de Kurusa Llawi”, destacó.

El proyecto de ley sancionado justifica la importancia de recuperar la memoria de las Naciones y Pueblos Indígena, Originario, Campesino en el tiempo y en el espacio y de quienes ofrendaron su vida por defender la libertad contra el dominio español.

“En reconocimiento a los líderes indígenas, el Ministerio de Culturas y Turismo, el Ministerio de Educación, Gobernación de Potosí y los gobiernos municipales de este departamento, de acuerdo a sus competencias implementarán políticas públicas de recuperación histórica  de Tomás Katari y Kurusa Llawi para su promoción y difusión con fines educativos y culturales”, dice la referida normativa.

La Central Obrera Regional (COR) de la ciudad de El Alto planteó el viernes cambiar el nombre de esa urbe por el de Túpac Katari, un líder indígena que tenía como nombre real Julián Apaza y que adoptó ese apelativo en honor a los guerreros indígenas Túpac Amaru y Tomás Katari.

En diciembre del año pasado, el Gobierno puso en órbita, gracias al apoyo científico y tecnología de China, el primer satélite de telecomunicación boliviano que fue bautizado como Túpac Katari.

Tomás Katari nació en el ayllu comunidad San Pedro de Macha, provincia Chayanta, departamento de Potosí.


Tomado de aquí


 

TLCAN: denuncian consecuencias devastadoras para el campo mexicano


En las dos décadas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) el resultado para el campo es devastador: se perdieron 4.9 millones de empleos en la agricultura familiar, 6 millones de habitantes del sector rural migraron, el PIB agropecuario pasó de 5 por ciento a 1.5 y México se convirtió en el tercer importador mundial de alimentos, destacan evaluaciones de 15 agrupaciones nacionales y de Estados Unidos y Canadá.

En el documento Mitos del TLCAN después de 20 años, las agrupaciones –entre ellas Red de Comercio Justo, Fronteras Comunes, Alianza Justicia Global, Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema), Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo y Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio– destacaron que subieron los precios de los alimentos al consumidor y paralelamente aumentó el consumo de comida chatarra.
El mercado agroalimentario mexicano es dominado por 30 trasnacionales y sólo 10 por ciento de los agricultores del país son exitosos, mientras el déficit comercial es de 119 mil 112 millones de dólares, apuntaron.

El país también se convirtió en importador de plaguicidas para responder al modelo agroexportador de hortalizas; compró en el exterior 949 mil toneladas de esos productos. Antes del tratado se gastaban 57 millones de dólares en dichas adquisiciones, y ahora 206 millones, comentó Alejandro Villamar, integrante de Rema. Dogmas y prácticas del TLCAN han sido como una camisa de fuerza mercantilista que asfixia a nuestra sociedad y la naturaleza.

El tratado, agregaron las agrupaciones sociales, “representó el abandono de la producción nacional de alimentos a favor de las importaciones –se compra el 42 por ciento de éstos–, lo que se tradujo en la caída del ingreso de los campesinos y aumento de la desigualdad”.

En una carta que enviaron a los presidente de México, Enrique Peña Nieto, y de Estados Unidos, Barack Obama, así como al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, destacaron que el libre comercio ha sido negativo para la mayoría de los habitantes de las tres naciones, pues se han hecho a un lado los derechos humanos y no hay un análisis profundo de los impactos sociales, culturales y ambientales; han predominado los intereses de un puñado de corporaciones.

Es momento de hacer a un lado la retórica sobre los beneficios del libre comercio y poner en el centro del escenario el bienestar de las poblaciones, pues el libre comercio ha implicado la desaparición del empleo de calidad, la precarización del trabajo, la degradación ambiental, el deterioro de la cohesión social y el aumento de la violencia, subrayaron.

La pérdida de soberanía alimentaria, el despojo de los recursos naturales por las empresas mineras, la excesiva concentración de la riqueza y el trastorno en el equilibrio (sic) el poder son ejemplo de que el modelo de libre comercio no funciona para los intereses de la mayoría, expresaron.


Tomado de aquí


 

lunes, 17 de febrero de 2014

La construcción de la realidad en el siglo XXI - por Karina Borodnikoff

Siete empresas privadas, siete mega-corporaciones, controlan el 70 por ciento de los  medios de comunicación del planeta. Digitan canales de televisión, agencias de información, medios gráficos, radios, satélites, editoriales, redes de cables, producciones cinematográficas, conexiones a Internet, distribución de películas, entre otros instrumentos de control y dominación social y cultural.

Estos conglomerados mediáticos son The Walt Disney Company, General Electric, Time Warner, News Corporation, Viacom, Bertelsmann SE & Co y Sony. Estadounidenses los primeros cinco, alemán el sexto y japonés el último.

No existe mayor concentración de propiedad en ninguna industria de este mundo que la que representa a los medios de comunicación. Imágenes, sonidos, discursos y realidades editadas a piacere de un mercado cuya mercancía final es la conciencia.

En los últimos 15 años, las empresas que más facturaron son aquellas que se dedican a la comunicación. Más que las petroleras. Mucha prensa devenida en empresa sitúa a los medios en un lugar que vulnera a la sociedad.

La invención de la World Wide Web (WWW), que permitió la masificación de Internet, transformó la dinámica de las comunicaciones y el ADN del periodismo. Los medios de comunicación mutaron en gigantes económicos alterando el orden de prioridades y la calidad de la información.

En el siglo XXI,  los conglomerados mediáticos despliegan todo su expertise como armas masivas de manipulación y constructoras de opinión pública. Junto a su hijo pródigo, el marketing, establecen prioridades de consumo y escalas de importancia de cosas y personas- en ese orden. Determinan lo bello y lo no deseable. Estimulan biologías sanas para que auto-gestionen sus enfermedades modernas.

Así como se construye el modelo estético, se tipifican y agrupan personas de acuerdo a su capacidad para adornarse y desfigurarse, se diseñan enemigos e ideales culturales.

Las publicidades son el aparato ideológico del capitalismo, la propaganda es el arma silenciosa de los gobiernos y, ambas, confluyen y se manifiestan en sólida dialéctica a través de los medios de comunicación, guardianes de estos intereses y vehículos de la globalización. Publicidad-propaganda-medios montan una ingeniería de realidad aplicada. Fortalecen y reproducen el sistema de valores y creencias dominante.

En el vigésimo primer siglo de la historia cultural de la humanidad, la diversidad se presenta como un virus analógico que se combate con mensajes digitales.

Bajo un nuevo paradigma tecnológico y con la especie humana que fuerza su mutación- para sorpresa de Darwin-, el siglo XXI transcurre con la necesidad apremiante de praxis y reflexión sobre los medios, la política, las relaciones de poder, los mandatos que nos rigen y la cultura que se nos impone.

La urgencia de dejar expuestos a los poderes políticos y económicos dedicados a seleccionar la porción de realidad que consideran que debe contarse- y modificarse- apoyados por corporaciones mediáticas expertas en lobbies y finanzas, pero carentes de dilemas éticos. Hombres poderosos que ven productos en donde sus miradas deberían devolverles ciudadanos y que escanean conciencias en lugar de gestionar bienestar.

Medios y política: bajan línea y espían. Así controlan y dominan.

El binomio vigilancia-seguridad se asoció de manera ilícita con las lógicas del miedo y la sospecha. Se confiscó la privacidad y se socializó la paranoia.

La Casa Blanca engrosó su agenda de sospechosos. Multiplicaron los mecanismos de vigilancia bajo la legitimación discursiva de mayor seguridad para la población mundial. (Cuando se descubrió el espionaje masivo que lleva adelante EE.UU., la gran defensa de Obama fue decir que, gracias a que estamos todos vigilados, pudieron impedir unos cuantos atentados terroristas). ¿Querés privacidad? Vas a volar en pedacitos.

En el año 2014, se ha producido la metamorfosis definitiva del ciudadano en sospechoso del orden sociopolítico. No existe un solo ser vivo que habite este planeta que no sea blanco pasivo o activo de tecnologías inquisitoriales. Todos somos potenciales fuerzas perturbadoras de la sociedad. Esta es una de las bases legitimatorias del espionaje contemporáneo.

En el Salón Oval de  la Casa Blanca, el segundo día hábil de cada semana fue bautizado como “martes de terror”. El presidente, Barack Obama, aprueba la “Kill list” (Lista de la muerte) con el detalle de las personas (espiadas) acusadas de terrorismo que serán asesinadas, sin derecho a juicio, con aviones no tripulados de última generación. Sospechosos.

Todo indica que la tecnología es el perro faldero del norte, pero ¡cuidado! hay para todos. Los servicios de inteligencia, incluso su médico personal, alertaron a Dick Cheney (vicepresidente de Bush) que debía desconectar la función inalámbrica de su marcapasos porque había evidencia contundente de un posible atentado contra su vida, a través de hackers. Esto sucedió, realmente. Y, no sorprendió tanto la modalidad de ataque, como la confirmación de que Cheney tiene corazón.

Vigilancia y castigo resignificados y potenciados bajo las nuevas posibilidades tecnológicas. Condiciones de existencia generadas, controladas y relatadas por pocos, muy pocos, para muchos, casi todos.

Es complejo, pero posible, intervenir y dar batalla a tanta usurpación ideológica y cultural, dentro de este panorama de grandes alianzas entre los propietarios de la gigantesca maquinaria que fabrica verdades y realidades y los poderes políticos.

Y es en esa misma potencialidad que presentan las nuevas tecnologías de la información y comunicación en donde hallamos algunas de las respuestas y posibilidades de lucha. Desafío político, social, ideológico y cultural.

Buceando en esta paradoja, se presentan los recursos para disponer, organizar y reelaborar un sistema de medios que se alce como contrapoder frente a lo dominante. Nuevos medios que permitan dinamitar el curso de los actuales mandatos y contrarrestar las prácticas nocivas de los medios de comunicación en general y del periodismo en particular.

Los Estados Unidos son el paradigma del poder mediático. Coexisten medios de comunicación hegemónicos, de dudosa ética – que legitiman las guerras de Irak y Afganistán- con aquellos que emergen bajo el nuevo paradigma tecnológico – que desclasifican los archivos confidenciales de las guerras y dejan en evidencia las mentiras y complicidades de la dupla: poder político – poder mediático.

El país del norte es ese lugar en donde esta dupla, cómplice y funcional, espía desde la Agencia de Seguridad Nacional, la CIA, Facebook, Google, Skype y se los descubre desde Wikileaks o Anonymous o por arrepentidos y espantados. Para, luego, replicar los vergonzosos hallazgos en todos los medios tradicionales, alternativos y redes sociales, incluidos Facebook, Google y Skype.
Siglo XXI, un espacio en el tiempo en donde toda contradicción es posible. Ese imparable devenir de sucesos que continúa la lógica de la historia del siglo XX con hombres que se inmolan y estrellan aviones de un lado, y de ataques bélicos a fuerza de soldados, armas y granadas, del otro.

Mientras, en otra dimensión del mismo presente, ciudadanos se arman con teléfonos celulares que disparan mensajitos de texto para organizarse y derrocar dictaduras de cuatro décadas de ejercicio nefasto de poder. Pueblos mitad auto-convocados y otro tanto ayudados por medios de comunicación alternativos y activistas cibernéticos, nacidos digitales y para contrarrestar la fuerza de lo instituido. Las Primaveras Árabes fueron una señal interesante de las fisuras por donde entrarle al sistema. (Nota del bloguero: aquí hay que tener en cuenta cómo se define "dictadura" y "régimen" desde el punto de vista occidental. No son pocas las veces que, desde el poder político y económico imperial y desde los medios masivos de comunicación concentrados se nos vende que, justamente, hay "dictaduras" o "regímenes" en aquellos países en donde se quiere tener injerencia por parte de estos sectores en su búsqueda de ampliar su poder hegemónico)

El periodismo, que tiene un papel determinante en la construcción de la realidad a través de su relato, es el rehén más delicado de la nueva estructura y dinámica comunicacional. Cada vez más condicionado y monitoreado.

El problema no tiene que ver sólo con la bajada de línea política sino, también, con el nuevo modelo de negocio de esta industria. Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique en su edición española y cofundador de la organización no gubernamental Media Watch Global (Observatorio Internacional de los Medios de Comunicación) explica que la información pasó a ser una mercancía y, de tan abundante, de tanta oferta que existe de ella- y para sorpresa de los economistas- se convirtió en una mercancía gratuita. En la actualidad, salvo por la prensa impresa (y cada vez menos), nadie está dispuesto a pagar para informarse. Lo que ha cambiado, fundamentalmente, es la ecuación económica: antes, los medios de comunicación vendían información a los ciudadanos. Ahora, venden ciudadanos a los anunciantes. De esta manera, se entiende la calidad cada vez más pobre de las informaciones. Se parte del principio de que todas las personas tienen emociones, pero no todos son inteligentes o están dispuestos a reflexionar. Por lo tanto, para llevar más cantidad de lectores a los sitios online (el éxito económico está determinado por la cantidad de visitas que obtengan. Hacia allí van los anunciantes, voraces) se apela a contenidos básicos. Mucha sangre, colas exuberantes, crímenes, romances escandalosos, qué tipo de lechuga ingerir para prevenir la caspa, cómo conquistar a un chongo en solo tres pasos. Si antes se utilizaban las 88 mil palabras que componen el idioma español, ahora de redujo de manera drástica a 20 mil.

Cuando la elección de los contenidos periodísticos no tiene que ver con sumar valor a la ciudadanía, el impacto va directo al corazón de las democracias.

Dentro de este nuevo esquema comunicacional, el periodismo de investigación no ha logrado permanecer exento (¿Por qué lo haría? De ser así, muchos medios deberían denunciarse a sí mismos). Aparece aquí una nueva problemática que tiene que ver con la presentación en formatos de investigaciones periodísticas, por parte de medios tradicionales (los más seguidos por el púbico) trabajos que realmente no lo son o la falta de cobertura de aquellos que sí, pero involucran a intocables. La mayor parte de la opinión pública mundial consume esas investigaciones como legítimas y prioritarias. Se entretiene a la ciudadanía con simulacros, mientras la corrupción y las desigualdades se propagan allá afuera, en donde los medios (empresas) no llegan. No quieren llegar.

Sin embargo, pueden encontrarse fisuras en lo hegemónico a favor de la calidad periodística. Buenas oportunidades nacidas de la paradoja tecnológica.

Uno de los salvavidas del periodismo en los últimos años ha sido la iniciativa de “Periodismo sin fines de lucro” (nonprofit news). Frente a la preocupación por mantener la mayor independencia posible, en una realidad de medios viciada por intereses corporativos, algunos sectores de la sociedad recurrieron a las nuevas posibilidades digitales para montar medios online, accesibles a toda la ciudadanía. 

(...)
Vayamos hacia otra parte del mundo: América Latina y el Caribe.
Esta región es paradigmática en cuanto a los efectos de la dominación cultural. Históricamente, se han consumido productos, festividades, música, ideales estéticos,  modelos culturales, muy alejados de sus raíces. Pueblos metamorfoseados para ser rentables y obedientes.

De esta manera, se puede comprender por qué, desde hace tantas décadas, son agencias de noticias europeas y estadounidenses las que realizan el recorte informativo y marcan la agenda mediática de América Latina y el Caribe. Se instalaron como referentes de noticias de una región que, hasta el año 2013, no tenía una sola agencia propia para el continente.

Esto comenzó a cambiar en agosto de 2013 y, es aquí, en donde la paradoja de la revolución digital ofrece otra interesante fisura para contrarrestar a los medios hegemónicos y sus influencias en la región. Fecha en que se fundó Nodal, el primer portal online de noticias dedicado exclusivamente a brindar información sobre América Latina y el Caribe.

Nodal.am:  http://www.nodal.am/

Su fundador y director, Pedro Brieger, sociólogo y reconocido periodista argentino, explica que el recorte informativo de la región sólo en manos de medios estadounidenses y europeos le resultaba inadmisible. Esta es la génesis de Nodal.

Brieger nos cuenta que uno de los objetivos es “cambiar esta realidad de noticias latinoamericanas, sobre todo, tomando en cuenta la posibilidad tecnológica que existe en la actualidad. Quince años atrás teníamos que ir a un diario, una radio o a la televisión, para poder acceder a la información. Esto cambió con Internet. Es más sencillo. En este contexto, comencé a desarrollar la idea de este portal de noticias, con una perspectiva absolutamente latinoamericana y caribeña. No importa lo que piensan las agencias de noticias tradicionales sobre la región, sino que somos nosotros los que decidimos, a nuestro criterio, qué es lo realmente importante”.

La idea central es que las agencias de noticias internacionales no sean las que marquen la agenda en América Latina y el Caribe y que sea desde propia la región que se reproduzca la información que ya fue publicada. Nodal no genera contenidos, por ahora, sino que realiza un recorte de las noticias publicadas que considera que reflejan lo más relevante de la actualidad.

Esto también tiene que ver con algo de lo que Brieger comenzó a darse cuenta luego de muchos años de trabajo: “No hace falta elaborar la información, la información está. El tema es que no se levanta y no se leen esas noticias. Lamentablemente, muchas veces, ni los propios periodistas las leen porque también tienen una visión eurocéntrica del mundo. Miran mucho la prensa europea, la estadounidense y muy poco la latinoamericana. Entonces, lo que permite nodal.am es que, en dos o tres minutos, la gente pueda tener un pantallazo de nuestra región”.

Este nuevo portal de noticias no tiene una línea editorial definida. Su idea es reflejar múltiples puntos de vista e ideologías, progresistas y no progresistas. “Reproducir, solamente reproducir la información, permite saber lo que está pasando”, sintetiza Brieger.

Un punto clave tiene que ver con la instalación de temas, asegura el director de Nodal. “Basta con prestar atención a los temas que sigue la gente en la región. Por ejemplo, en todos los medios de comunicación hubo un recordatorio por los 50 años del asesinato de Kennedy. Sin embargo, ¿Cuántos diarios, fuera de Honduras, El Salvador y algunos de Nicaragua, informaron que el 24 de noviembre hubo elecciones en Honduras? Nodal considera que las elecciones en Honduras son muy importantes. También lo es para el Departamento de Estado de los Estados Unidos, a tal punto que, todos los días, la embajadora de EE.UU en Honduras opinaba sobre las elecciones”

Nodal reproduce información relativa a los intereses de América Latina y el Caribe y que, hasta el momento, no eran tenidos en cuenta por los medios. Esto equivale a no existir. Porque lo que no se publica en los medios, simplemente no existe.

“No agregamos, ni sacamos ninguna coma”, continúa Brieger. “Creamos un espacio en donde, por ejemplo, informamos sobre la relación entre EE.UU. y Honduras y lo que opinaron funcionarios muy importantes de la primera potencia sobre las elecciones del país centroamericano. Para los grandes medios y agencias, Honduras, como otros sitios de la región, no existe, como tampoco existe para el inconsciente colectivo”.

No sólo no existen los hechos que no aparecen narrados en los medios de comunicación, sino que tampoco goza de este estatus la propia geografía de los países afectados por la desidia informativa, ignorados por el mayor porcentaje de los ciudadanos del mundo.  Producto de la dominación cultural, los latinoamericanos y centroamericanos sí conocen y pueden nombrar ciudades estadounidenses y no tanto de la propia región que habitan.

“La agenda periodística se maneja desde países centrales y no periféricos. Lo que hace que el recorte de información y el discurso que se instala respondan a intereses puntuales de los países hegemónicos. El mismo impacto que provocan tantísimos años de influencia desde la industria cultural; cine, literatura, música, que impactan sistemáticamente en la conformación del tipo de conocimiento que se difunde y los valores desde donde debe apreciarse la información y la cultura. Y, si bien la información que tiene que ver con Norteamérica y Europa es muy relevante, los países de Latinoamérica y el Caribe deben tener su propia agenda”, finaliza el director de Nodal.

El mundo que conocemos es producto de una construcción intencional, administrada por aquellos que detentan la propiedad de los medios. Es tal la magnitud y capacidad de acción que poseen, junto al resto de los gigantes económicos y financieros, que el poder político quedó rezagado y sometido a presiones que lo obligan a adecuar su agenda a las demandas de los primeros. Cediendo a esta dinámica societaria, las potencias reaseguran su lugar de dominación en el mundo, con los resultados predecibles de quienes son funcionales a corporaciones y no a personas.

Estos son algunos de los hilos que mueven y dan forma al planeta que habitamos. Por eso, uno de los precios más caros que paga la humanidad es la naturalización de la realidad como algo dado. Como un ente que siempre estuvo ahí, de esa manera, ajena a la posibilidad de intervenirla y modificarla. Parálisis que silencia y lastima a nuestro mundo, expropiado.


http://www.impactony.com/la-construccion-de-la-realidad-en-el-siglo-xxi/

Tomado de aquí



jueves, 13 de febrero de 2014

¡Venden humo! ¡Hipócritas!: Propaganda de la BBC: ¿Por qué quiero un implante de microchip?




Como venimos denunciando desde hace ya varios años las nuevas tecnologías de la represión y el control vienen instalando dispositivos-microchips para condicionar los movimientos y las palabras de millones de hombres y mujeres a lo largo y ancho del mundo. Noticias como la que reproducimos más abajo no son sino una tapadera de una realidad por demás obvia: nos venden el futuro cuando en realidad se trata del pasado. El último párrafo de este artículo es una burla a toda orquesta. Ahí va:


12 de Febrero. ¿Le gustaría que le implanten bajo su piel un microchip de identificación por radiofrecuencia? Si usted es como yo, nunca permitiría que tal cosa se haga. Pero muchos otros, especialmente las generaciones más jóvenes, ven las cosas muy diferente. Implantes de microchips de identificación por radiofrecuencia (RFID por sus siglas en inglés) y otras formas de "tecnología portátil" son cada vez más vistos como algo "chévere", "de moda" y "de vanguardia" por los jóvenes que desean "destacarse" a sí mismos. Y por supuesto los medios de comunicación están totalmente a favor de estos "avances tecnológicos".

Por ejemplo, la cadena BBC acaba de publicar un artículo titulado "¿Por qué quiero un implante de microchip?". Se nos dice que estos implantes podrían resolver toda una serie de problemas sociales. El robo de identidad y fraude con tarjetas de crédito estarían casi eliminados, muchas otras formas de delincuencia se reducirían significativamente, niños nunca se perderían y nosotros no tendríamos que recordar una amplia gama de contraseñas y números PIN, como lo hacemos ahora. Se nos dice que si solo adoptamos este tipo de tecnología nuestra vida sería mucho mejor. Pero, ¿es realmente así?

Mientras que nuestra sociedad se convierte "digitalmente integrada", los tecnólogos nos dicen que es "inevitable" que la tecnología portátil será tan común como son hoy los teléfonos inteligentes. Y el mencionado artículo de la BBC está muy ansioso para que llegue ese día.

Y para algunas personas, ese día ya está aquí. De hecho, en algunas conferencias de tecnología gente realmente hace cola para implantarse un chip.

Según el artículo de la BBC, "Este mes en la conferencia Transhuman Visions en San Francisco, EE. UU., Amal Graafstra (aficionado del microchip) creó un "centro de implantes", que ofrece a los asistentes la oportunidad de implantarse un chip a 50 dólares la hora. Utilizando una aguja diseñada para implantes de mascotas, Graafstra inyectó una chip RFID con recubrimiento de vidrio del tamaño de un grano de arroz a cada voluntario. Al final del día Graafstra había creado 15 nuevos androides".

"Básicamente, los microchips implantados ofrecen una manera de hacer de su cuerpo físico una máquina legible. En la actualidad, no existe un único estándar de comunicarse con las máquinas que sustentan la sociedad (desde paneles de acceso a edificios hasta cajeros automáticos) pero si existe una infinita diversidad de sistemas de identificación: bandas magnéticas, contraseñas, números PIN, preguntas de seguridad y llaves electrónicas. Todo esto son intentos para reducir la brecha entre su identidad digital y su identidad física, y si a usted se les olvida o los pierde, de repente estará desconectado de su cuenta bancaria, su viaje a casa, su prueba de identificación y mucho más. Un chip implantado, en cambio, podría actuar como nuestro identificador de identidad universal para navegar por el mundo regulado por máquinas", indica el artículo de la BBC.

Además, científicos ahora han desarrollado baterías alimentadas por el cuerpo humano que podrían ser utilizadas para suministrar una fuente permanente de energía para tecnología implantable. El siguiente es un breve extracto de un artículo reciente de Kristan Harris titulado "Científicos desarrollan batería alimentada por humanos para chips RFID implantables".

Según el artículos de Harris, "Un grupo de investigadores chinos y estadounidenses han colaborado para crear una diminuta batería implantable que se alimenta de la energía humana. Estos recolectores de energía mecánica delgados y flexibles han sido probados con éxito en vacas. El proceso utiliza lo que se conoce como recolección de energía piezoeléctrica conformal y almacenamiento de los movimientos del corazón, pulmones y diafragma".

"En el futuro, dicen ellos, podría ser utilizada para alimentar una amplia gama de aparatos. ¿Cuánto tardará para que usted cargue su I-phone enchufándolo a su propio cuerpo?", concluye el artículo de Harris.

Por supuesto que los microchips RFID realmente no tiene que ser implantados para ser útiles. De hecho, ya se están utilizando para rastrear alumnos en todo los Estados Unidos, y en el Reino Unido los microchips están siendo utilizados para rastrear a niños a donde quiera que vayan todo el día.

Estamos entrando rápidamente a un futuro distópico en el que será "normal" para la tecnología vigilar nuestros movimientos 24 horas al día. La mayoría de la gente probablemente le dará la bienvenida a este cambio, pero también le abre la puerta a un gobierno opresivo que algún día abusará enormemente de esta tecnología.


Traducción por Ivana Cardinale

Tomado de aquí


 

You know I'm no good - Amy Winehouse

Documental: Amy Winehouse (2007)

Rehab - Amy Winehouse

Nuevas obras públicas provinciales y entrega de Premios Juegos Evita. Cadena Nacional

miércoles, 12 de febrero de 2014

Mendoza: campesinos denuncian usurpación e intento de asesinato


Mediante un comunicado, señalaron como responsable a un subcomisario de la policía provincial. Un joven recibió tres disparos.

Por Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra - Movimiento Nacional Campesino Indígena

Desde hace dos meses familias campesinas de las comunidades de Jocoli Norte y La Estación en el departamento de Lavalle, provincia de Mendoza, vienen sufriendo intentos de usurpación de su campo comunitario por parte del ex subcomisario de la Policía de Mendoza, Esteban Rivas. La situación se agrava tras disparos policiales sobre un joven puestero.

Esteban Rivas, ex subcomisario de la Policía de Mendoza, argumenta trabajar para una empresa extranjera que, según dice, ha comprado el campo comunitario. Esta supuesta compra no tiene ningún sustento legal, ya que la empresa no tiene la posesión del campo ni ningún elemento que acredite dicha compra.

Rivas y sus sicarios han intentado en reiteradas ocasiones ingresar casillas, maquinas topadoras y alambrar, a fin de quedarse con el campo que pertenece ancestralmente a las comunidades campesinas.
Las comunidades organizadas en la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST), resisten estos embates que Rivas realiza en complicidad con efectivos de la subcomisaria El Porvenir y en connivencia con empleados de la Fiscalía de Lavalle.

Un hecho que grafica claramente esta situación se detalla a continuación. El día 9 de febrero por la noche, un joven puestero, miembro de una de las familias de la comunidad de Jocolí Norte es atacado con armas de fuego desde un móvil policial.

Alrededor de las 23:30 el joven de 16 años de edad, estaba llegando a  su puesto con algunos de sus animales cuando la camioneta policial se acerca y desde su interior, sin mediar palabra, le efectúan un disparo que no da en el blanco. Luego de esto decide internarse en el campo para protegerse, ante lo cual la camioneta realiza una maniobra en “U” y los policías efectúan dos disparos más contra el puestero y se retiran.

Posteriormente alrededor de las 00:30 Pablo Sarmiento, miembro de la comunidad y padre del joven escucha un vehículo que frena frente a su puesto y se efectúan tres disparos que terminan con la vida de un ternero y hieren a otro. Ante esto Pablo grita a los agresores, recibiendo como respuesta tres tiros más sobre la vivienda. Acto seguido el vehículo se retira a toda velocidad. Luego de denunciada esta situación, se ha visto el móvil, en las ultimas horas, circulando sin sus correspondientes chapas patentes.
Las maniobras delictivas de Rivas para apropiarse ilegalmente del campo han sido realizadas con la complicidad de efectivos de la Policía de Mendoza y empleados de la Fiscalía de Lavalle. Las denuncias realizadas por las familias en la fiscalía no han sido recibidas y han sufrido de la discriminación del fiscal Panella y sus ayudantes.

Ante estos hechos y la impunidad con la que se mueven estos delincuentes decidimos movilizarnos a la Fiscalía de Lavalle para exigir la actuación con celeridad e imparcialidad de la justicia.

Convocamos a todas las organizaciones sociales y ciudadanos a acompañarnos el día jueves 13 de febrero a las 10 de la mañana en la fiscalía de Lavalle, frente a la plaza departamental.

 Tomado de aquí

 



Zendaya - "Replay"

"México: Y cuando volvió la luz quedaban solo pedazos" - Por Ana Esther Ceceña y David Barrios


El capitalismo del siglo XXI es mucho más poderoso y arrasador que el del pasado, y a la vez mucho más frágil, con claros signos de senilidad y descomposición. Su capacidad destructiva se multiplica y difunde por todos los vasos capilares de la sociedad carcomiendo la vida, los cuerpos, los territorios y la imaginación.

Aire y agua envenenados, alimentos que pudren el organismo, medios que trastornan el sentido común, balas, bombas, químicos, bacterias y virus generados para mutilar, dañar y eliminar son sólo algunos de los elementos que van marcando las rutas del mundo de los negocios y el poder. Y, no obstante, vemos vida brotando incansablemente hasta de las piedras, en una lucha sin cuartel de la que nadie se atreve a perfilar el final. El capitalismo o la vida parece ser claramente la disyuntiva de este siglo que comienza convertido en un campo de batalla. [1]

Si bien los planes de despliegue sobre el petróleo, el agua, los minerales, las rutas y las selvas estratégicas estaban prefigurados de antemano, el acontecimiento en las torres gemelas de la city de Manhatan detonó una carrera de velocidad con múltiples derroteros: Asia Central, el Medio Oriente, África y América, sin dejar de mirar hacia Europa y el Lejano Oriente. El Secretario de Defensa aseguraba, en 1998, que “… Estados Unidos se encuentra en un periodo de oportunidad estratégico. La amenaza de guerra global ha retrocedido y los valores fundamentales de la nación de democracia representativa y economía de mercado son adoptados en muchos lugares del mundo…” (Cohen, 1998) para instar a una política de despliegue hegemónico planetario haciendo frente no sólo a los competidores sino al conjunto de resistencias que emergían desde todos los rincones del mundo.

Planes hegemónicos ambiciosos desarrollados en este siglo XXI, consecuentemente, llevaron a poner en juego mecanismos de todos tipos, combinados de acuerdo a las situaciones específicas. Afganistán, Irak, Colombia, Sudán, Libia, siempre Palestina, Honduras y tantos otros lugares recibieron parte de las esquirlas detonadas el 11 de septiembre de 2001, unas más leves, otras contundentes. Dos casos, Pakistán y México, fueron evaluados como piezas especiales en el rompecabezas planetario, destinados a jugar un papel de bisagras, diques, enlaces en contextos regionales de la más alta relevancia. El argumento: a pesar de su situación de relativa estabilidad están en riesgo de devenir estados fallidos súbitamente, “por colapso”. El colapso puede ser atribuido a acciones desproporcionadas del narco, a inestabilidad social, a problemas políticos, a migraciones, a conflictos transfronterizos o a cualquier otra causa, incluso inundaciones que den lugar a desequilibrios sociales. No está definido para admitir definiciones a modo (igual que la categoría terrorista), adaptables a las circunstancias.

Así se asienta en el Joint operating environment 2008: En la literatura de los estados débiles y fallidos hay una dinámica que ha recibido relativamente poca atención, y es el fenómeno de “colapso rápido”. (…) El colapso de un estado viene usualmente como una sorpresa, tiene un comienzo rápido y plantea problemas graves. (JOE, 2008: 35. Traducción AEC).

México: el aliado incondicional

Después de ser el primer país de América Latina (1994) en incorporarse a un bloque económico regional (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) en condiciones de total desventaja, México, en 2005, adhiere al primer bloque regional de seguridad (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte) mediante un acuerdo marco casi inespecífico, que iría siendo dotado de contenido atendiendo a las circunstancias.

Simultáneamente a la firma de estos acuerdos, a México le toca la distinción de entrar a formar parte del área a cargo del Comando Norte de las fuerzas armadas de Estados Unidos en ocasión de la reorganización ocurrida en secuela de los acontecimientos de las torres gemelas. El Northcom, que cuida la seguridad interna de Estados Unidos, extendió sus fronteras abarcando Canadá y México, en razón de las amplias líneas fronterizas que comparten.

Así el México pacifista de la autodeterminación y de la no injerencia empezó a realizar ejercicios militares navales con el Comando Sur y a tener intercambios y entrenamientos en el marco de las actividades del Comando Norte.

Poco a poco, todo el funcionamiento de la Nación se fue adecuando a las normas regionales, manteniendo siempre la distancia en salarios y la permisividad para los capitales foráneos en el territorio mexicano, pero conservando las brechas que hicieron apetecible el agrupamiento regional. Desde la constitución de la Nación, nunca la soberanía se había encontrado en las condiciones de fragilidad con las que abre el 2014. Nunca el país había estado tan desatado. Nunca se había tenido una situación de inmoralidad, corrupción, saqueo y violencia generalizada como la que se vive en este momento.

México ha transitado hacia un estado de impunidad en el que se han desatendido las reglas mínimas de convivencia social: Con un poder legislativo que sesiona amurallado por vallas de metal y de policías para impedir que cualquiera de los supuestos representados pudiera acercarse a ver cómo se decide su futuro, crecientemente a contrapelo del clamor popular; con un poder judicial que rara vez, y después de mucha presión, tiene un fallo justo; y con un poder ejecutivo vocero de las grandes corporaciones y de los altos intereses de Washington. Tanto, que resulta difícil no evocar las burdas y brutales imágenes de las dictaduras militares o civiles de nuestro Sur.

Lo que 30 años de neoliberalismo, el TLCAN o la ASPAN no lograron, fue consumado por el estado de impunidad en solamente unos meses: el petróleo del pueblo de México se ha puesto a disposición del mejor postor, ha dejado de ser el “patrimonio de la Nación”.

La construcción del Estado de impunidad

México es uno de los países que tuvo durante el siglo XX una de las construcciones estatales más completas de la región, con la edificación parcial de un amplio sistema de seguridad social así como importantes obras en infraestructura en educación, salud y transportes. Parte de ello fue la expropiación petrolera de manos de compañías privadas para elevarlo al rango de bien estratégico de la Nación. En los últimos 30 años, que coinciden con la puesta en marcha del proyecto político y económico del neoliberalismo, dicha construcción ha sido desmantelada casi en su totalidad. Si bien es cierto que en todo momento hubo sectores ausentes del proyecto de país (de manera acusada los pueblos indios), durante las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial y hasta los años ochenta, una gran porción de la sociedad incorporada al ámbito laboral gozó de derechos sociales conquistados por luchas históricas, reconocidas institucionalmente. La mayor fue la Revolución mexicana, de la que emanó una Carta Magna que reconocía la propiedad colectiva, entre otros.

El estado del México posrevolucionario, que incluso fue tratado de replicar en otros lugares de la región, tenía como contracara una peculiar manera de hacer presencia en diversos espacios de la vida social. El sindicalismo, el orden familiar, la educación, los medios de comunicación, entre otros ámbitos seguían de manera irrestricta las directrices de un eficaz aparato ideológico y represivo. Al mismo tiempo que México mantenía excelentes relaciones diplomáticas con Cuba; se constituía en lugar privilegiado de refugio para los exiliados políticos del Cono Sur y albergaba negociaciones de paz entre distintas fuerzas revolucionarias y los gobiernos de sus países; en México había un proceso silencioso de represión que incluyó la llamada “guerra sucia” contra movimientos armados, campesinos y sindicales y centenares de asesinatos de activistas, desapariciones forzadas y personas encarceladas por motivos políticos. Tres episodios críticos de conocimiento público fueron la masacre de los trabajadores ferrocarrileros en 1958 y las estudiantiles de octubre de 1968 y junio de 1971. Y todo esto ocurrió siempre en un estado de paz.

Un matiz que es oportuno establecer es que una de las más caras y perversas cualidades de este régimen residió en su capacidad para hacer funcionales y controlar sectores e instancias de mediación social estratégicas a nivel nacional y regional. Esta habilidad política no se expresaba en el control absoluto de la vida social, sino en la cooptación y manejo de las instancias sociales que funcionaban como articuladoras de la vida nacional. Esto se hizo manifiesto no sólo a nivel federal, sino también en la distintas regiones políticas que configuran al Estado mexicano. En cada una de las escalas había una misma lógica que se expresaba en el control de diversos ámbitos (en algunas ocasiones o geografías se controlaba el aparato productivo, en otras las organizaciones populares, los medios de comunicación…). La eficacia del gobierno no residía entonces en una verticalidad absoluta, sino en una compleja red de poderes que funcionaban bajo la lógica de controlar las prácticas y espacios sociales estratégicos.

Será a comienzos de la década de los años ochenta que comienza un proceso de transformación que, como ocurriría en diversas partes del mundo, incluía un discreto proceso de apertura política, acompañado de uno voraz en el ámbito de la economía. De esta manera inició un violento proceso de privatizaciones y reformas a la Constitución, que culminaron en la firma del TLC en 1992 (entró en vigor en 1994) y ahora en las privatizaciones de todo lo que restaba dentro del marco de los bienes estratégicos de la Nación.

Los engranes del viraje

Cambios tan profundos en una sociedad como la mexicana no podían ser realizados sin la aplicación de dispositivos de control social que pudieran neutralizar las posibles respuestas. Esto fue evidente en el momento en que la entrada en vigor del TLCAN fue acompañada del estallamiento social de mayor envergadura desde las revueltas del 68. El telón cayó y en el México que preparaba su entrada en el primer mundo aparecían los verdaderos integrantes del pueblo: con fusiles de madera y cuerpos forjados en el maltrato un ejército maya recorría las calles mestizas de Chiapas repudiando el TLCAN y proponiendo una guerra contra los vendepatrias.

El impacto fue definitivo y el zapatismo se convirtió casi instantáneamente en una enorme fuerza política, pesando en contra de las reformas todavía no consumadas que, después de una cuidadosa ingeniería de la descomposición, acaban de ser aprobadas 20 años después.

Si en 2005 se firmó la ASPAN, desde ahí fue generándose, en acuerdo con Estados Unidos, una política de securitización cuyo primer paso fue el involucramiento del ejército en labores de seguridad interna. A la par de un clima crecientemente represivo en contextos de movilización y protesta social, se prefigura uno de los ingredientes principales de esta política: la construcción de un enemigo interno, que en este caso fue identificado públicamente con el narcotráfico. De esta manera los primeros atisbos de una nueva estrategia de lucha contra el llamado “crimen organizado” se remonta a los últimos años de la gestión de Vicente Fox, coincidentes con la firma de la ASPAN, en los cuales se desplegaron operativos policiacos y militares en las regiones más relacionadas con la acción de los cárteles.

Sin embargo, es en 2006, después de un fraude electoral flagrante en unas elecciones muy concurridas, que inicia realmente el proyecto de instalación de la guerra en México que en 2007 tomará el nombre de Iniciativa Mérida. Felipe Calderón, a quien se la he intentado hacer un juicio por genocidio, optó por desplegar miles de efectivos militares en distintos puntos del país usando como pretexto un relativo incremento en los asesinatos vinculados con la disputa de los cárteles de la droga por las rutas y mercados del país. Aun cuando hubo sectores seducidos por la retórica bélica instaurada por el gobierno federal, el incremento exponencial de los asesinatos, aunado a la violación de las garantías de la población por parte de los militares y policías, propició diversas protestas en la geografía del país. En estos años, México incorporó a la cotidianidad, no sólo el asesinato sistemático de personas, sino formas de violencia antes prácticamente inexistentes como masacres, colocación de explosivos en el espacio público, cuerpos calcinados, decapitados y mutilados que aparecían diariamente en todo el territorio nacional.

La llamada guerra contra el narcotráfico ha incrementado y visibilizado la presencia y actuación de efectivos norteamericanos en suelo mexicano. Como ejemplo de ello podemos señalar la implementación de la Operación Rápido y Furioso, a través de la cual desde Estados Unidos fueron ingresadas de manera ilegal alrededor de 2 mil armas que posteriormente serían utilizadas en diversos actos de violencia por el denominado “crimen organizado”. El objetivo declarado de los agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, encargados de la operación, era rastrear a los vendedores y compradores que no encontraron, sorprendiendo con tal grado de ¿ineficiencia?

La situación de guerra que aqueja al país desde 2006 ha dejado un saldo de personas asesinadas que, a pesar de las cifras distintas de las fuentes que hacen el seguimiento de datos, se coincide en que sobrepasa los 100 mil decesos. La cifra oficial de asesinatos es de 94 mil 249 de diciembre de 2006 a diciembre de 2011 (INEGI, 2012). Las cifras de desplazados oscilan entre 780 mil y 1 millón 648 mil (Parametría, 2011) aunque otras fuentes registran solamente 250 mil (Sanjuana Martínez). El secuestro de migrantes se estima en alrededor de 10-12 mil al año (CNDH, 2011) y los desaparecidos ascienden a alrededor de 50 mil.

Una depredación social de enormes dimensiones si pensamos que la dictadura argentina de los setenta arrojó una cifra de 30 mil muertos.

La llamada guerra contra el narco o guerra contra el crimen organizado impulsada desde 2006 instituyó como política de estado la persecución y eliminación de lo que se identificaba como el enemigo interno. Esto significa que gran parte de esos asesinatos deben ser atribuidos a las fuerzas de seguridad del estado. Miles de policías y militares mexicanos (se contabilizaban 7 mil en 2011) han sido entrenados por sus pares colombianos siendo en parte financiadas estas actividades por Estados Unidos a través de la Iniciativa Mérida. La estimación es que Colombia ha entrenado cerca de 13 mil personas desde 2005 como parte de su política de “exportación de seguridad” que se dirige hacia Centroamérica y algunos otros países pero, de acuerdo con los datos, especialmente a México (Isaacson, 2014). Los vínculos entre Colombia y México nunca habían sido tan fuertes como a partir de 2007 en que se echó a andar el Plan México, llamado Iniciativa Mérida. En el ámbito de la seguridad se han creado, entre otros, diversos mecanismos de asesoría y colaboración como el Grupo de Alto Nivel sobre Seguridad y Justicia (GANSJ) o el Comité Colombia – México de Cooperación contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas. Y como indicador de toda evidencia Enrique Peña Nieto, actual Presidente, nombró al general colombiano retirado Óscar Naranjo, [2] cuyo destacado papel en la guerra en Colombia es de todos conocido, asesor en materia de seguridad.

En una década la sociedad mexicana ha sufrido una transformación brutal. La impunidad y la violencia generalizada han alterado las reglas de socialidad previas, construidas a lo largo de todo el siglo XX. El tejido social ha sido destruido y la moralidad social entró en un estado de esquizofrenia. Evidentemente no sólo fue la violencia armada; la violencia económica promovida por el neoliberalismo preparó el terreno de una descomposición muy profunda. Los datos oficiales, generalmente moderados, identifican que 53.3 millones de mexicanos y mexicanas (de un total de 112) viven en situación de pobreza; de éstos, aproximadamente la mitad se encuentran en pobreza extrema.

En el curso de una generación ese país que fue paradigma de estabilidad y control político sutil se transformó en un infierno social que publicitariamente se atribuye a las actividades del crimen organizado pero que en verdad fue promovido desde el estado, sin quitarle responsabilidad al crimen organizado. En el México de hoy hay una clara imbricación entre economía ilegal y política; entre negocios y crímenes; y entre corrupción, colusión y legalidad.

¿Por qué un estado de impunidad?

Desde que se firmó el TLCAN la pretensión de Estados Unidos era incluir el petróleo como parte de las negociaciones.

México es un país muy rico, empezando por su diversidad en variedades de maíz, en lenguas y culturas indígenas, por sus selvas, ya diezmadas pero con gran cantidad de especies endémicas; por sus trabajadores, que cobran salarios 10 veces menores que los de Estados Unidos en promedio. La riqueza minera es otro elemento de relevancia, que colocó a México como centro de actividades económicas en la colonia, junto con Perú; y sin duda los yacimientos de petróleo, gas, e incluso uranio.

La voracidad con que el capitalismo contemporáneo ha emprendido el saqueo de la naturaleza hace que la importancia de la conformación física del territorio sea un atractivo privilegiado. Según datos recientes, que constituyen un llamado de alerta sobre las dimensiones de la extracción minera en el país, la extracción de oro en el periodo 2000-2010 (419,097 kg) duplica lo extraído durante el período colonial 1521-1830 (191,825 kg) En el caso de la plata en el periodo 1521-1830 se extrajeron 56,144 toneladas, mientras que en el periodo 2000-2010 fueron 33, 465 toneladas, es decir que en 10 años se ha extraído casi la mitad que en 300 años de colonia española. (González 2011).

El territorio se ha privatizado vertiginosamente en las 3 décadas de neoliberalismo. La propiedad colectiva fue transformada en individual y los ejidos se parcelaron y perdieron creciendo las superficies del agronegocio, generalmente de monocultivo; y las mineras obtuvieron amplias extensiones en concesión:

…los títulos de concesión minera expedidos en el periodo 2006-2010, comprenden un territorio que supera los 30 millones de hectáreas -cifra que equivale a poco más de 307 mil km2- y que representa en su conjunto una superficie mayor a la extensión territorial total del estado de Chihuahua, la cual asciende a 247,087 km2. Ahora bien, si se considera el periodo 2000-2010 se advierte que la superficie concesionada a las empresas mineras rebasa las 56 millones de hectáreas espacio que equivale a alrededor del 25% del territorio nacional continental. (González Rodríguez, 2011: 8-9)

Obviamente dentro de la minería contemporánea los metales de uso industrial tienen también gran importancia. No obstante, los datos para oro y plata marcan una tendencia o una voracidad que se repite en muchos de los territorios mineros del mundo. Hay una especie de insaciabilidad o una enorme preocupación por sacar los recursos antes de que los pueblos reclamen su pertenencia, cosa que está ocurriendo en todos lados. México es hoy el primer productor de plata (USGS, 2011) y la extracción de oro de las empresas estadounidenses y canadienses en el país pasó de 30 mil kg en 2005 a 89 mil en 2011, con una proyección de 94 mil para el 2018 (USGS, 2012).

Pero lo realmente estratégico es la posesión del petróleo, que en el caso de México es un símbolo de soberanía desde el momento en que fue expropiado de manos de compañías extranjeras en 1938. Las cifras sobre reservas son engañosas. Sobre todo en los años recientes en que se ha estado intentando su privatización y se manejan los montos de acuerdo con los argumentos que justificarían la privatización. En unos casos es mucho y hay que explotarlo para apuntalar el crecimiento de México; en otros casos es tan poquito que ya ni vale contarlo en los acervos patrimoniales de la Nación. La Secretaría de Energía (2012) lo calcula en 10 mil millones de barriles para enero de 2012, pero algunos estudiosos del tema calculan los yacimientos del Golfo de México que todavía no están en explotación, en 29 mil millones adicionales (Apodaca, 2013).

Desde los años noventa la presión por privatizar primero la producción de derivados, luego la explotación, la extracción y la exploración, han llevado a modificar la Constitución en varios momentos. El peor, en diciembre de 2013. Subrepticiamente se fue cambiando la definición de las actividades restringidas al estado por su carácter estratégico, pero el descontento fue subiendo de tono cuando se empezaron a otorgar contratos de servicios múltiples, con la trampa de que no había restricción del número de contratos que podía acumular un mismo proveedor. Lo que no se permitió fue la extracción directa por parte del capital privado y menos aun su participación en la producción como se acaba de aprobar ahora.

Fue necesario vencer muchos obstáculos, entre los que destacan, por su importancia estratégica y simbólica, algunos que han quedado registrados como hitos en la historia de los tiempos contemporáneos:

1. Intentos de desaparecer o, por lo menos, fragilizar a la UNAM, principal espacio de pensamiento crítico del país, con el propósito de desactivar su potencialidad de intervención en la sociedad, de modificar los contenidos de la educación y los imaginarios colectivos, y de beneficiar los negocios privados con la privatización de la educación superior.
2. Un golpe muy significativo consistió en la colusión de todo el sistema político, sin distinción de adscripción ideológica, en contra de los Acuerdos de San Andrés resultado de la mesa de diálogo entre el gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, construidos con la más amplia participación de los diferentes sectores de la sociedad que se hubiera registrado en los últimos 50 años.
3. Socavamiento de las bases reales del sindicalismo mediante la extinción por decreto presidencial de la Compañía Luz y Fuerza del Centro donde se asentaba el sindicato con mayor y más larga tradición democrática, el único gran sindicato independiente todavía en activo. Esto implicó el despido de 44 mil trabajadores.
4. Embate frontal contra la fuerza de trabajo a través del control de salarios mínimos, la desregulación de las relaciones laborales, el desmantelamiento de la seguridad social, los sistemas de pensiones con el objeto de cumplir los objetivos de la flexibilización laboral y de paso alterar los sentidos sociales en torno a la universalidad de derechos. El último paso de esta política, consumado también en 2013 es la aprobación de una reforma laboral desprotectora del trabajo y que conculca todos los derechos reconocidos previamente.
5. Reforma educativa que lesiona los derechos laborales del magisterio y que introduce un control de calidad estandarizado sobre contenidos prefijados y homogeneizadores. Esta reforma ha sido acompañada de una desproporcionada campaña mediática de desprestigio y linchamiento en contra de los maestros.
6. Reformas antiterroristas al código penal y civil que en 2013 han transformado la inespecificidad de la categoría terrorista en una muy específica que focaliza en las protestas sociales. Se tipifica el terrorismo ampliando las sanciones a sus financiadores; se sancionan los ataques a bienes y servicios privados y no sólo públicos; y se le suprime un párrafo, esencial para proteger el derecho a la disidencia y la protesta social:
Las manifestaciones que realicen grupos de personas en ejercicio de sus derechos humanos y constitucionales, sin intención u objetivo de atentar contra bienes jurídicos de personas, tengan la finalidad de presionar a la autoridad para que tome una determinación en cierto sentido sobre alguna demanda, no se considerarán terrorismo.

Así es como se fue preparando el terreno para, en diciembre de 2013, en escasos 3 días hacer pasar una reforma energética que contradice la Constitución, los valores patrios y las consensos sociales de nuestro largo siglo XX.

El PRI, que más que un partido es un régimen, llegó a la conclusión del siglo XX asediado por el descrédito y el hartazgo por parte de la población que de manera generalizada lo percibe como corrupto y creador de toda una cultura política basada en el clientelismo, la compra de votos, la amenaza permanente sobre los contrincantes, o el abierto recurso del fraude electoral.

El sistema político en su conjunto, más allá de los teatros electorales, participa de esa cultura y es corresponsable de las reformas y golpes de disciplinamiento aplicados a la sociedad. Por unanimidad los partidos resolvieron en contra de los Acuerdos de San Andrés en 2001; por complicidad resolvieron por la reforma energética en 2013. La criminalización de la política se aplica lo mismo en gobiernos de “izquierda” que de “derecha” en todo el país, incluyendo la capital donde se ha aprobado un protocolo para el control de multitudes, que incluye el uso de la “fuerza letal” así como el recurrente despliegue de operativos policiacos que culminan siempre con arrestos arbitrarios, uso excesivo de la fuerza e incluso, personas gravemente heridas por la actuación de la policía.

Y sin embargo, se mueve

Como resultado de la inédita situación de violencia que desborda al país, y de la transformación del estado de derecho en un estado de impunidad, han sido muchos y diferentes los esfuerzos en la sociedad por restablecer las condiciones de convivencia.

El país se ha convertido en un territorio en ebullición, con movimientos organizados que luchan por autonomía en ciertos territorios, contra la devastación minera, forestal, hidroeléctrica u otras, por la diversidad cultural y de sistemas y contenidos educativos, por la autodefensa en territorios amagados por la impunidad del crimen organizado y la complicidad de las fuerzas de seguridad del estado. Los familiares de desaparecidos o asesinados se movilizan por su búsqueda y por castigo a los culpables. Hay grupos defensores de los migrantes que les dan auxilio a lo largo de sus rutas hacia Estados Unidos. Existe una variedad de iniciativas ciudadanas reclamando la vuelta del estado de derecho. Los estudiantes, con su característica intermitencia abren campos de lucha como los del movimiento Yo soy 132 o el de la ampliación del ingreso a las universidades.

Los impactos del proceso que hemos descrito son diversos. Más allá de los datos duros que dan cuenta de la destrucción y la muerte que se han vuelto elementos cotidianos para la población, existen modificaciones culturales y de horizonte de sentido para enormes porciones de la población. Esto es quizá más nítido para los jóvenes, para quienes la ausencia de perspectivas de futuro convierte al negocio de la muerte y el avasallamiento de los otros en la única “opción racional” y hasta deseable. Esto ha sido promovido por la apología de un estilo de vida basado en el individualismo y el consumo, en combinación con el desgarramiento del tejido social.

Los movimientos de autodefensa son armados, pero no son guerrillas. Se enfrentan a los grupos armados y protegidos del crimen organizado. Muchos otros movimientos no son armados, a pesar de que las guardias blancas de las mineras, entre otras, los acosan y los matan.

Frente a la inoculación de la sospecha y la delación como relación social y de la cultura del miedo como práctica cotidiana, la mexicana es una sociedad que se defiende, pero también que construye, que crea condiciones para un futuro distinto. Que defiende el maíz y recupera y recrea sus formas de cultivar, de curarse, de entender la vida. Una sociedad que reinventa sus prácticas comunitarias, sus procesos culturales y sus modos de generar la vida.

Una sociedad rodeada de muerte que se empeña en producir vida.

Notas:

[1] Sin considerar por lo pronto los avances en la ruta de colonizar otros planetas o astros del sistema solar, tarea en la que se están teniendo enormes avances al localizar rastros de agua en una de las lunas de Júpiter y en Marte.
[2] Se le ubica como el responsable de haber desmantelado a los cárteles de Medellín y Cali. Se le conoce por su capacidad para negociar con el narcotráfico, su cercanía con la DEA, su valiosa asesoría en el ámbito de la contrainsurgencia, violaciones a los derechos humanos y por su papel en la Operación Fénix consistente en el bombardeo al campamento de paz de las FARC en territorio ecuatoriano, misión por la cuál siendo policía fue, no obstante, nombrado general.
*  Texto publicado en la revista colombiana CEPA, Año IX, Volumen I, febrero-julio de 2014. Los autores son Integrantes del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, Instituto de Investigaciones Económicas, Universidad Nacional Autónoma de México. Este trabajo forma parte del proyecto de investigación Territorialidad, modos de vida y bifurcación sistémica (DGAPA-IN301012).


Tomado de Nodal

 
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