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sábado, 16 de marzo de 2013

Nicolás Maduro habló de "laboratorios de la muerte"


En una entrevista realizada en el transcurso de esta semana -y que causalmente están repitiendo en este momento por TeleSUR- Nicolás Maduro, presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela, al referirse a la enfermedad y muerte del Comandante Hugo Chávez Frías hizo referencia a la existencia de "laboratorios de la muerte". El extraño comportamiento del cáncer que afectó al ex-mandatario y la velocidad con que le propinó la muerte genera una serie de sospechas en donde no se descarta la posibilidad de un sistema de acciones llevadas adelante por los enemigos de Chávez que lo condujo a su desaparición física. Por esto mismo -y como ya pasó con Yasser Arafat y pasará con Pablo Neruda- Maduro aseguró que un grupo de científicos de todo el mundo examinará el cuerpo del Comandante venezolano para conocer las verdaderas causas de su deceso. 

Pero, ¡CUIDADO! Los aparatos represivos de todo el mundo -como parte de su oficio- funcionan de manera interconectada. Esta situación podría generar que los países periféricos se vieran tentados de importar si no los propios "laboratorios de la muerte" tal vez sí su "producción". Si en los países periféricos se comenzara a utilizar las biotecnologías de la represión, la tortura y la muerte; los sistemas de acciones que pueden producir el cáncer -en donde no se descarta el envenenamiento de la comida y el agua-, las tecnologías electromagnéticas que provocan graves daños físicos y psíquicos en los seres humanos, etc. nos encontraríamos en una pésima situación ético-política para exigirles a los países centrales cualquier tipo de "cuidados" hacia nuestras propias poblaciones. ¿Cómo podríamos exigirle al imperialismo norteamericano la no utilización de drones si nosotros estuvieramos agrediendo a nuestro propio pueblo con los productos de los "laboratorios de la muerte"? ¿Cómo podríamos construir una ética-política superadora al consumismo, la avaricia y la compra desenfrenada de armas de fuego si nosotros mismos instalamos en nuestros territorios estos aberrantes "laboratorios de la muerte"? ¿De qué forma -Dios no lo quiera- podríamos protestar contra la invasión territorial de un país central si nosotros, como países periféricos pobres, hemos invadido las casas y los cuerpos de nuestro pueblos a través de la biotecnología de la represión, la tortura y la muerte?




 

jueves, 14 de marzo de 2013

Fidel Castro: Perdimos nuestro mejor amigo


El 5 de marzo, en horas de la tarde, falleció el mejor amigo que tuvo el pueblo cubano a lo largo de su historia. Una llamada por vía satelital comunicó la amarga noticia. El significado de la frase empleada era inconfundible. Aunque conocíamos el estado crítico de su salud, la noticia nos golpeó con fuerza. Recordaba las veces que bromeó conmigo diciendo que cuando ambos concluyéramos nuestra tarea revolucionaria, me invitaría a pasear por el río Arauca en territorio venezolano, que le hacía recordar el descanso que nunca tuvo.

Nos cabe el honor de haber compartido con el líder bolivariano los mismos ideales de justicia social y de apoyo a los explotados. Los pobres son los pobres en cualquier parte del mundo.

“Déme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo”, proclamó el Héroe Nacional y Apóstol de nuestra independencia, José Martí, un viajero que sin limpiarse el polvo del camino, preguntó donde estaba la estatua de Bolívar.

Martí conoció el monstruo porque vivió en sus entrañas. ¿Es posible ignorar las profundas palabras que vertió en carta inconclusa a su amigo Manuel Mercado víspera de su caída en combate?: “…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo– de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser, y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas…”.

Habían transcurrido entonces 66 años desde que el Libertador Simón Bolívar escribió: “…los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”.
El 23 de enero de 1959, 22 días después del triunfo revolucionario en Cuba, visité Venezuela para agradecer a su pueblo, y al gobierno que asumió el poder tras la dictadura de Pérez Jiménez, el envío de 150 fusiles a fines de 1958. Dije entonces:

“…Venezuela es la patria de El Libertador, donde se concibió la idea de la unión de los pueblos de América. Luego, Venezuela debe ser el país líder de la unión de los pueblos de América; los cubanos respaldamos a nuestros hermanos de Venezuela.”

“He hablado de estas ideas no porque me mueva ninguna ambición de tipo personal, ni siquiera ambición de gloria, porque, al fin y al cabo, la ambición de gloria no deja de ser una vanidad, y como dijo Martí: ‘Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.”

“Así que, por tanto, al venir a hablarle así al pueblo de Venezuela, lo hago pensando honradamente y hondamente, que si queremos salvar a la América, si queremos salvar la libertad de cada una de nuestras sociedades, que, al fin y al cabo, son parte de una gran sociedad, que es la sociedad de Latinoamérica; si es que queremos salvar la revolución de Cuba, la revolución de Venezuela y la revolución de todos los países de nuestro continente, tenemos que acercarnos y tenemos que respaldarnos sólidamente, porque solos y divididos fracasamos.”

íEso dije aquel día y hoy, 54 años después, lo ratifico!

Debo solo incluir en aquella lista a los demás pueblos del mundo que durante más de medio siglo han sido víctimas de la explotación y el saqueo. Esa fue la lucha de Hugo Chávez.

Ni siquiera él mismo sospechaba cuán grande era.

íHasta la victoria siempre, inolvidable amigo!

Fidel Castro Ruz

Marzo 11 de 2013

12 y 35 a.m.

Tomado de aquí.

 

viernes, 8 de marzo de 2013

CHÁVEZ: Un militante de la iglesia popular

 

Ha muerto Hugo Chávez, líder de la revolución bolivariana, de la recuperación de la Patria Grande Latinoamericana y de las raíces liberadoras del cristianismo que se expresan en la iglesia popular profética. Su proyecto de “socialismo del siglo XXI” es profundamente innovador, creativo, que recoge lo mejor de los aportes del pensamiento de Marx y otros teóricos revolucionarios, reinterpretándolos desde la realidad venezolana y latinoamericana.

 

Por Rubén Dri

 

En esa realidad venezolana y latinoamericana descubre al cristianismo expresado en sus corrientes renovadoras y revolucionarias como una de las vertientes fundamentales de la cultura del pueblo venezolano y latinoamericano. “El primer socialista de nuestra era fue Cristo” es una de sus consignas que suena rara sólo porque se ha ocultado el proyecto revolucionario del movimiento que construyó Jesús de Nazaret, por lo cual fue asesinado por el imperio romano.


Al revés de la jerarquía eclesiástica de Venezuela y de todo el continente latinoamericano, Chávez redescubrió por el contacto con su pueblo, por el conocimiento de la historia de las luchas latinoamericanas por la liberación, por su lecturas de los textos del cristianismo de la primera hora y de la Teología de la Liberación, las raíces liberadoras del cristianismo que se expresan en una iglesia popular que se disuelve en el pueblo, que se expresa en reuniones y luchas populares.


El comandante Hugo Chávez Frías se definía a sí mismo como profundamente cristiano y proclamaba a Jesús de Nazaret, el Cristo como “comandante en jefe de la revolución”. Sólo quienes ignoran que el nazareno formó un movimiento que se enfrentó al sacerdocio y al imperio pueden escandalizarse o extrañarse de tal proclama.


La iglesia como la interpretaron los primeros cristianos no fue una institución sacerdotal, jerárquica. En realidad, hablando de los cristianos de la primera hora, no es correcto hablar de “la iglesia”, sino de “iglesias” que eran asambleas que inspiraban en el proyecto profético, popular, de Jesús de Nazaret. En cada lugar en que los cristianos redescubren al Jesús liberador, renace la iglesia popular.


Hugo Chávez fue un militante de esa iglesia popular que hoy llora su muerte pero que sabe que resucita en sus  sueños, en sus proyectos, en una palabra, en sus luchas. Militante de una iglesia que renace en Latinoamérica con fuerza, mientras la renuncia de Benedicto XVI desnuda el fracaso de la Iglesia sacerdotal, jerárquica que, traicionando el proyecto liberador de Jesús de Nazaret, ha unido su suerte a la de los poderosos.  

 

Tomado de aquí.

 

 

jueves, 7 de marzo de 2013

"Eh, tú, muerte, él es el último que habla"

 

Por Norberto Galasso

Hace muchos años, despedí a un amigo con estos versos de León Felipe: "Eh, tú, Muerte, él es el último que habla." Nunca mejor para este adiós doloroso y fraternal porque nada podrá Ella contra vos –Hugo Chávez– pues la memoria del pueblo seguirá repitiendo tus palabras y seguirá caminando por la honda huella que abriste con lucidez y coraje.

 

Cuando los veintitantos hermanos estaban de espaldas, negándose los unos a los otros y arrodillados ante el Imperio –salvo Cuba–, retomaste el rumbo de los Libertadores y levantaste la bandera de la Unión Latinoamericana, con tu República Bolivarina de Venezuela. Y después, fuiste figura central en el repudio al ALCA, en el ALBA, la Unasur y la CELAC. Pero por si no bastara, a pocos años del derrumbamiento del "socialismo real", saliste a levantar el proyecto del Sociaismo del Siglo XXI, es decir, engarzaste la bandera antiimperialista y latinoamericanista con el socialismo. Y no te quedaste en la retórica, sino que iniciaste la reconversión de tu patria chica, recuperando el control del petróleo y usando su renta para erradicar el analfabetismo y la enfermedad, para sacar del fondo de la miseria a tus compatriotas y no te tembló la mano cuando tuviste que expropiar al monopolio que se creía dueño del país. Me parece escucharte todavía, aquí en Buenos Aires, en el estadio de Ferrocarril Oeste enlazando a Gramsci con Martí, a Fidel con Perón, a Zamora con Felipe Varela y con Alí Primera, el pueblo siempre, porque lo sabías protagonista de la historia, ese pueblo latinoamericano que hoy te llora y que seguirá mañana blandiendo tu bandera revolucionaria, por la Patria Grande liberada y unida, por el socialismo. Descansá en paz. Mucho y demasido fue lo tuyo. Te extrañaremos pero seremos fieles a tu mandato y por  eso, seguirás viviendo, hermano, junto a nosotros.  

Tomado de aquí.

 

 

 

 

El tono de las condolencias de EE.UU. a Venezuela revela su voluntad imperialista

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