1) Hugo Chávez Frías ha pasado a la historia como un líder latinoamericano que retomó una serie de banderas olvidadas a raíz de los embates furibundos que el neoliberalismo asestó a nuestra región. Ya desde 1992 -pero desde 1998 como presidente- Chávez comenzó a re-habilitar las nociones de Patria Grande, Socialismo, integración latinoamericana, Estado fuerte y redistribución de las riquezas, etc. A partir de su prédica y en consonancia con muchos de estos postulados nacieron líderes y gobiernos que retomaron este espíritu y a partir de él construyen, día a día, un pequeño mundo un tantito mejor. Hugo Chávez Frías está en la historia latinoamericana en el mismo rango en que se encuentra Tupac Amaru, Tupac Katari, Simón Bolívar, Francisco Miranda, Sucre, Morazán, San Martín, Mariano Moreno, Belgrano y un no tan largo etcétera.
2) La muerte recuerda de forma terminante la finitud de nuestros cuerpos. La finitud de nuestros cuerpos recuerda lo absurdo de nuestros odios y rencores. Los odios y rencores resultan ser un desperdicio de tiempo enmarcados en nuestros cuerpos finitos. Así los odios y rencores que nos ha llevado a construir una sociedad capitalista represiva es una afrenta directa a la vida misma, a la conciencia de la vida misma, al espíritu conciente de la vida misma que al mirarse desde la finitud comprende cabalmente lo absurdo de la lógica represiva. La biología no se equivoca en estas cuestiones: sentimientos de amor se traducen en acciones de amor, sentimientos de odio se traducen en acciones de odio represivo, condicionante, sufriente; lo contrario a una verdadera conciencia ética-espiritual.
3) Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre Hugo Chávez Frías y su propuesta: el Socialismo del siglo XXI. A partir de ahora se dirá mucho más y se escribirá mucho más. Que todo ello constituya un basamento societal que nos permita construir una sociedad post-capitalista anti-represiva y libertaria, emancipada y soberana, amante y conciente.
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