Por Juan Torres López
"Es muy significativo que
habitualmente se hable de "castigo" para referirse a las medidas que
Merkel y sus ministros imponen a los países más afectados por la crisis.
Dicen a sus compatriotas que tienen
que castigar nuestra irresponsabilidad para que nuestro despilfarro y
nuestras deudas no los paguen ahora los alemanes. Pero el razonamiento
es falso pues los irresponsables no han sido los pueblos a los que
Merkel se empeña en castigar sino los bancos alemanes a quienes protege y
los de otros países a los que prestaron, ellos sí con
irresponsabilidad, para obtener ganancias multimillonarias.
Los grandes grupos económicos
europeos consiguieron establecer un modelo de unión monetaria muy
imperfecto y asimétrico que enseguida reprodujo y agrandó las
desigualdades originales entre las economías que la integraban. Además,
gracias a su enorme capacidad inversora y al gran poder de sus gobiernos
las grandes compañías del norte lograron quedarse con gran cantidad de
empresas e incluso sectores enteros de los países de la periferia, como
España. Eso provocó grandes déficit comerciales en éstos últimos y
superávit sobre todo en Alemania y en menor medida en otros países.
Paralelamente, las políticas de los
sucesivos gobiernos alemanes concentraron aún más la renta en la cima de
la pirámide social, lo que aumentó su ya alto nivel de ahorro. De 1998 a
2008 la riqueza del 10% más rico de Alemania pasó del 45% al 53% del
total, la del 40% siguiente del 46% al 40% y la del 50% más pobre del 4%
al 1%.
Esas circunstancias pusieron a
disposición de los bancos alemanes ingentes cantidades de dinero. Pero
en lugar de dedicarlo a mejorar el mercado interno alemán y la situación
de los niveles de renta más bajos, lo usaron (unos 704.000 millones de
euros hasta 2009, según el Banco Internacional de Pagos) para financiar
la deuda de los bancos irlandeses, la burbuja inmobiliaria española, el
endeudamiento de las empresas griegas o para especular, lo que hizo que
la deuda privada en la periferia europea se disparase y que los bancos
alemanes se cargaran de activos tóxicos (900.000 millones de euros en
2009).
Al estallar la crisis se resintieron
gravemente pero consiguieron que su insolvencia, en lugar de
manifestarse como el resultado de su gran imprudencia e
irresponsabilidad (a la que nunca se refiere Merkel), se presentara como
el resultado del despilfarro y de la deuda pública de los países donde
estaban los bancos a quienes habían prestado. Los alemanes retiraron
rápidamente su dinero de estos países, pero la deuda quedaba en los
balances de los bancos deudores. Merkel se erigió en la defensora de los
banqueros alemanes y para ayudarles puso en marcha dos estrategias.
Una, los rescates, que vendieron como si estuvieran dirigidos a salvar a
los países, pero que en realidad consisten en darle a los gobiernos
dinero en préstamos que pagan los pueblos para traspasarlo a los bancos
nacionales para que éstos se recuperen cuanto antes y paguen enseguida a
los alemanes. Otra, impedir que el BCE cortase de raíz los ataques
especulativos contra la deuda de la periferia para que al subir las
primas de riesgo de los demás bajara el coste con que se financia
Alemania.
Merkel, como Hitler (*), ha declarado la
guerra al resto de Europa, ahora para garantizarse su espacio vital
económico. Nos castiga para proteger a sus grandes empresas y bancos y
también para ocultar ante su electorado la vergüenza de un modelo que ha
hecho que el nivel de pobreza en su país sea el más alto de los últimos
20 años, que el 25% de sus empleados gane menos de 9, 15 euros/hora, o
que a la mitad de su población le corresponda, como he dicho, un
miserable 1% de toda la riqueza nacional.
La tragedia es la enorme connivencia
entre los intereses financieros paneuropeos que dominan a nuestros
gobiernos, y que estos, en lugar de defendernos con patriotismo y
dignidad, nos traicionen para actuar como meras comparsas de Merkel."
Tomado de aquí.
(*) Aclaración: el autor de este blog considera una exageración comparar a Merkel con Hitler -más allá del sentido general que se le da a esta comparación en la oración. Hitler fue un genocida detestable. Merkel solo actúa como el hegemon neoliberal de Europa, solo eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario