El
gobierno de EEUU está en problemas. Empezó el mes de octubre y su año
fiscal sin presupuesto aprobado, lo que supuso mandar a sus casas, con
vacaciones anticipadas a 800.000 trabajadores estatales. Aunque se
decidió pagar esos salarios, la incertidumbre de la interna política en
el poder gubernamental de EEUU se traslada a los trabajadores y su
familia.
La
discusión es por unos 40.000 millones de dólares de un presupuesto que
reitera por cuatro años consecutivos un déficit fiscal de 1,5 billones
de dólares, lo que explica una deuda pública estadounidense de 16,7
billones de dólares, sobrepasando el límite de endeudamiento permitido.
El
Departamento del Tesoro de EEUU informó que el stock de deuda alcanza a
16.747.468.940.509, y el máximo autorizado por el Congreso
eran 16.699.421.095.673 dólares. El gobierno ha tomado más de 48.000
millones de dólares de deuda pública que lo aprobado por el Congreso
estadounidense.
Podemos
afirmar que este es el problema financiero en EEUU. Siendo la primera
potencia mundial del capitalismo es un Estado fallido, sin recursos
propios y que necesita del financiamiento del mundo. El plazo para
obtener la autorización parlamentaria de extensión de su capacidad de
endeudamiento vence el 17 de octubre.
El
gobierno de Obama cuenta con esa extensión y también en que el mundo
seguirá confiando en el dólar y en el Tesoro de los EEUU y por lo tanto
seguirán demandando bonos públicos con la garantía de cancelación “Made
in USA”.
No
en vano, la Reserva Federal de EEUU emite todos los meses 85.000
millones de dólares para el salvataje de su economía, el epicentro de la
crisis mundial. Son dólares que inundan el mercado mundial y alimentan
un nuevo ciclo de la burbuja financiera que siempre estalla para
perjuicio de sectores subalternos, en EEUU y en el mundo.
Las negociaciones argentinas en Washington
Mientras
esto ocurre en la potencia imperialista, la Argentina mantiene abierta
negociaciones en Washington con impacto en la propia deuda pública
local.
Por
un lado, la Corte Suprema estadounidense no asume tratar la apelación
realizada por el gobierno argentino contra el fallo de cancelación al
100% presentado por deudores externos, aprobado en primera y segunda
instancia en Nueva York. El juicio es por unos 1.300 millones de dólares
y constituirá antecedente para otras demandas por unos 10.000 millones
de dólares y consecuencias de incremento de acreencias sobre el universo
de acreedores ingresados a los canjes de deuda del 2005 y 2010.
Por
otro lado y desde el CIADI se demanda al país por el cumplimiento de
sentencias que alcanzan los 500 millones de dólares. Son acciones
realizadas por transnacionales que se sintieron afectadas por el cambio
de política cambiaria a comienzo del 2002.
Por
si esto fuera poco, desde Washington, el FMI presiona para evaluar
cambios en los mecanismos de medición del INDEC, según el acuerdo
oportunamente suscripto por el organismo y el gobierno local.
¿Qué lecciones se pueden sacar sobre esta situación?
Está
claro el papel hegemónico de EEUU y su capacidad para transferir la
crisis al sistema mundial. EEUU se hizo potencia a la salida de la
segunda guerra, como gran prestamista del mundo. Desde entonces
protagonizó el apogeo de la dominación mundial inundando de bases y
programas militares el planeta, invasiones y operaciones secretas y
abiertas mediante, socializando el financiamiento del accionar
terrorista.
Nuestro
interrogante es si el mundo debe continuar financiando el terrorismo de
Estado, y más aún, si se debe sostener la institucionalidad que
habilita el poder global de EEUU. Claro que remitimos al orden
financiero mundial y al papel de los organismos donde EEUU decide, caso
del FMI y el Banco Mundial con sus agencias y anexos, caso del CIADI.
La
Argentina debe salir del CIADI, tal como lo hicieron países de
Nuestramérica, caso de Venezuela, Bolivia o Ecuador, e incluso
considerar el hecho que Brasil nunca adhirió al protocolo por el CIADI.
Ecuador está organizando una Comisión Internacional para considerar la
denuncia de los tratados bilaterales que atan a ese país a la presión de
las transnacionales sobre la “seguridad jurídica” de sus inversiones.
Es el camino que ya fue exitoso de auditoría e investigación de la deuda
pública para determinar porciones de ilegitimidad.
Mientras
EEUU cierra su gobierno por disputas políticas en su interior y se
negocian autorizaciones para ampliar el endeudamiento público, los
países con pretensión autónoma debieran desvincularse de una
institucionalidad que alimenta la degradación estadounidense, que en su
desesperación solo atinan a incrementar su papel de gendarme mundial a
costa de una deuda cuyo costo se descarga sobre los pobres de EEUU y del
mundo.
Buenos Aires, 8 de octubre de 2013
Julio C. Gambina Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, Ciudad de Buenos Aires. www.juliogambina.blogspot.com
Tomado de aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario