Tres poesías al hilo
me prometí
susurrando.
Porque lo dicho no se materializa inmediatamente
ni miente por salir al ruedo de los traidores
no se cansa la canción popular
se ha cansado el juglar
no el pueblo.
Merodeo tu poesía
alcoba furibunda y ñandú
que escondes lo imposible
Belleza arte velita corazón
Azufre todo lo demás
Alto sudor.
Acaso flor tu canto
hembra mi mano desde tu cuello
hasta tu cintura
hasta tu dignidad
tu sexo.
Elevada algarabía
el baile entre tus estrellas
entre los planetas que tan bien pintaste
tu humildad en el silencio
tú que eres.
I
Me aplaudiste en el horizonte
hombreando tu silencio
has clamado por mi presencia
me has agradecido tu vida
y yo, tu recuerdo;
que lo demás se acomode a nosotros.
Has creado la Tierra en un soplido
¿cómo podría terminar lo iniciado?
Van, los ángeles van, los muertos van,
a juntarse con el río que es mi voz;
a enderezar lo bello y ponerlo por sobre todo lo demás.
Corsario, un aventurero del mar,
que por textos se olvidó lo trascendente
se olvidó de lo que calle dice
y abrazó temeroso la escapada
tú, el huidizo, tal vez te has hecho luz.
II
Hombre, te hablo a ti,
Mujer, te aclamo,
Los he creado con santo nombre
y con palabra bonita para que sirva
y con poesía ancestral para el recuerdo.
Tu especie es tu corazón
allí se guardan secretos ancestrales
los que se agolpan en el sentir
los vagualeros, los murgueros,
sentires universales
como amores de esquina.
Hemos nacido del aire
y volvemos en la flor.
Hemos querido queriendo
y hemos hablado canción.
Tantas veces te he nombrado
que no recuerdo quién soy.
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