En el Puente se escribía la canción fatua.
El alma sobraba, los dioses pasaban, el pueblo quedaba.
La mínima sutileza era alba.
Al margen del siglo, los hombres pensaban, la clase resistía.
El resto del cielo era azul.
Mareas de nieves, las niñas sudaban, los golpes se abigarraban.
En el Puente se escribía la canción fatua.
El alma sobraba, los dioses pasaban, el pueblo quedaba.
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