He escuchado tus versos hechos prosa
He visto la prosa hecha canción
Te he cantado los versos de tu rima encantada
Te he soñado desnuda, te he querido parada,
Te he sacado ese canto que averiguó la alborada.
Te he mentido en las noches que nada de vos y nada
Te he silbado una tonada
arrastrada a lo Bandán.
Te he dicho de entretenida
no hay canción del arrabal.
Se ha hecho de ti tu canto
No distingo en la poesía
Qué canta la algarabía
cuando desnuda te ve…
Se me hace muy descortés
el dejarte muerta al alba.
Tú sabes, yo sé, tu hermana
que es la culpa de José.
El mismo que aquella tarde
tomó conmigo café.
Los cuatro fuimos de juerga
al bulín ya tan mistongo
tiramos muy buenos pasos
y le entramos al fernet.
Buscamos sin darnos cuenta
El naipe que estaba marcado
Le dijimos a Romualdo
El hijo de don Churrasco
Que jugara con nosotros
Que lo estaba convidando
Con un vaso de buen vino
En compañía de un trago
Y una baraja parisina.
Esto apesta: ¿lo ha notado?
Luego truco, tinto, pasos,
Sólo quedó el desparramo
Un bulín bien ensuciado
Y nadie quien lo limpiara
“¡Flor!” – gritó alguno de los curdas
“Bien a flores” – sentenció la noche el desgraciado de Romualdo.
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