Quienes sostenemos el Proyecto nacional,
popular, democrático, y latinoamericanista que en la Argentina conduce nuestra Presidenta
Cristina Fernández de Kirchner, vemos con seria preocupación como fuerzas
antipopulares y pro-oligárquicas atacan al sistema democrático y a las
instituciones constitucionales en la República Bolivariana de Venezuela. Tales acciones se hacen con el
apoyo explícito del gobierno de Estados Unidos, que es el verdadero mentor de
esta escalada criminal y golpista, y con la adhesión del ex presidente de Colombia,
el tristemente célebre Álvaro Uribe, que no escatima en enviar mercenarios para
promover desorden y caos, a fin de alimentar el miedo en la población de la hermana
Venezuela a través de la amplia frontera entre ambos países.
Nuestra Presidenta y los presidentes de países miembros de la UNASUR, comprometidos con la
unidad latinoamericana y el crecimiento y bienestar de nuestros pueblos, han
manifestado su apoyo al Presidente Nicolás Maduro, quien con valentía y el
apoyo de la mayoría del pueblo venezolano ha afrontado la situación.
Nuestros
pueblos no están dispuestos a soportar nuevas aventuras destituyentes
ideadas por el gran capital concentrado y el Departamento de Estado
norteamericano. Los tiempos han cambiado. Con esfuerzo, la mayoría de
los sudamericanos estamos superando la nefasta
época del neoliberalismo; tanto en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil,
Uruguay como Argentina tenemos gobiernos que mediante la inclusión
social, la plena
vigencia de los derechos humanos (*), el crecimiento gradual del bienestar
de la
población, el despliegue de la soberanía integral de nuestros países, la
plena
vigencia de las garantías constitucionales (que incluyen antes que nada
la
libertad política y de expresión, más la elección periódica y
democrática de las
autoridades) (*), hemos avanzado en la búsqueda de un bienestar y ejercicio
de derechos antes
postergados por las dictaduras o las democracias restringidas sometidas por el
poder económico de los países hegemónicos.
Quienes actúan a ciegas, impulsados por un
odio que les ha inculcado, serán víctimas junto a la gran mayoría del
pueblo
si triunfa la política del gran capital
-el cual no tiene principios ni ideas sino solo intereses- y que
prefiguran, si llegaran al gobierno, una situación de deslegitimación y
violencia social obviamente esperables.
Los pueblos de Latinoamérica y en
particular los que hoy sostenemos gobiernos nacional- populares como el
de
Venezuela o el nuestro, no estamos dispuestos a desfallecer ante la
prepotencia y la cultura del miedo impuestas por este golpismo tan
antidemocrático como anti-institucional. Hoy podemos decir que es solo
una cuestión de tiempo, tal como lo hicieran nuestros libertadores:
¡¡Venceremos!!
(*) Nota del bloguero: nos gustaría hacer aquí una pequeña referencia sobre algunos dispositivos naturalizados por ciertos sectores fascistas y una buena cantidad de hombres y mujeres vinculados al Aparato Represivo del Estado. Según hemos constatado hace ya muchos años y verificado en varios casos, los sistemas de "intromisión" (denunciados duramente por el soldado Manning y Edward Snowden) no dejan de pinchar teléfonos masivamente, hackear correos electrónicos, violar domicilios, intoxicar alimentos e intervenir en los cuerpos de hombres y mujeres toda vez que se plantean diferencias a nivel económico y político. No tenemos dudas que un proyecto netamente neoliberal en el gobierno sería mucho más represor y vigilante, pero no podemos dejar pasar que los mecanismos utilizados en la actualidad para violentar la vida de muchas personas (por ejemplo, la persecusión a luchadores sociales a través del "proyecto X" que controla la Gendarmería) se encuentran reñidos con los Derechos Humanos y algunas garantías constitucionales. ¿Es legal pinchar teléfonos para perseguir a disidentes? ¿Se respetan los DDHH cuando la privacidad es violentada una y otra vez? Nosotros creemos que no. También estamos convencidos que el problema no es argentino sino mundial, no es particular sino sistémico. A excepción de lo expuesto, nos sumamos al apoyo de Carta Abierta Mendoza a la República Bolivariana de Venezuela.
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