El prestigioso catedrático británico John Weeks evalúa que la Unión
Europea se convirtió en el instrumento de Alemania para gobernar Europa.
Afirma que el fracaso de la UE significará el reverdecer de los
nacionalismos de derecha.
Por Sebastián Premici
“La
crisis económica en Europa habla en realidad del fracaso de las
políticas de la socialdemocracia. Los principales problemas de los
países de la región tienen que ver con los condicionamientos que
aceptaron para entrar al euro. En este contexto, la Unión Europea se
convirtió en el instrumento de Alemania para gobernar Europa.” Este
crudo diagnóstico corresponde al economista británico John Weeks, de la
Universidad de Londres, quien estuvo en el país para participar de las
Jornadas Monetarias organizadas por el Banco Central y de una charla
organizada por el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo
(CefidAR). El académico sostuvo que lo más recomendable para los países
de la región que están en crisis es salir del euro en forma conjunta,
con el objetivo de que cada uno pueda comenzar un proceso de
implementación de una política fiscal propia. El académico también
advirtió que el fracaso de la UE como bloque de contención significará
el reverdecer de los nacionalismos más extremos de las derechas
europeas.
La UE, direccionada por Alemania, reaccionó a la crisis económica y
financiera con una serie de planes de rescate que en la práctica
significó un ajuste fiscal. El desempleo en el bloque asciende al 10,5
por ciento y en la Eurozona al 11,4 por ciento. Esto significa que hay
más de 25 millones de personas sin trabajo. En España y Grecia la
desocupación es del 25 por ciento. “Los alemanes dicen que no se puede
gastar tanto como en 2008 y 2009, pero es al revés. Hay que incrementar
el gasto público. La reducción de salarios en algunos países no ayudará
en este proceso, tampoco la reducción general del gasto público con la
intención de pagar la deuda contraída por ellos mismos”, sostuvo Weeks
tras su paso por el país.
Entre el 2000 y 2008, el resultado primario de España fue positivo.
Pero una vez ingresado en la crisis, el país ibérico alcanzó un déficit
de 5 por ciento de su PBI y luego del pago a los bancos (rescate), al 12
por ciento. “Cuando España entró en un proceso de rescate, los bancos
recibieron recursos para salvarse. Pero en realidad terminaron
especulando con esos fondos, lo que provocó un aumento de la
inestabilidad española. El crimen de la socialdemocracia (continuado por
el actual partido de gobierno) fue la salvación de los bancos”, sostuvo
el académico inglés.
En el caso de Italia, Weeks sostuvo que no existe un problema de
tasa de interés ni un peso relativamente fuerte de la deuda. De hecho,
Italia era uno de los países con excedente primario antes de la crisis.
En este sentido, el punto neurálgico para Italia habría que buscarlo en
las claudicaciones al momento de ingresar en la Zona Euro, al igual que
Grecia. “La deuda bruta y neta de Italia es la misma de los últimos 20
años. Por eso el problema está en su tasa de crecimiento, que durante
los últimos quince años fue del uno por ciento en promedio”, afirmó.
Las directrices neoliberales aplicadas en la UE sostienen que las
políticas públicas de los gobiernos restringen, limitan y distorsionan
la habilidad de las personas para tomar decisiones, la misma retórica
que se aplicó en la década de 1990 en la Argentina. Por eso para Weeks
uno de los problemas fundamentales del actual contexto pasa por la
definición de la “economía”. Hace doscientos años, esta ciencia (social)
era definida como “la asignación de recursos limitados para necesidades
sin límites”. “La economía debería ocuparse de cómo movilizar recursos
para el bienestar social. Esta fue la gran contribución de Keynes”,
agregó Weeks.
Para este crítico de las visiones ortodoxas y neoliberales la
solución a la crisis europea podría encontrarse en una salida conjunta
del euro por parte de aquellas economías más afectadas (España, Italia,
Portugal, Grecia e Islandia). Entre todos representan el 45 por ciento
del PBI de la UE. “Las consecuencias del fracaso de Europa es el
empobrecimiento de la clase obrera. Pero más complejo aún es el
reverdecer de los nacionalismos europeos y la alta conflictividad que
empieza a asomar de la mano de las derechas”, concluyó el académico.
Tomado de aquí.
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