Algún día
De esos buenos
Podríamos probar
Y dejar nuestros corazones en la nevera
Y cogernos carne contra carne
Y olvidar los enamoramientos
Y mirarnos, sí,
Y tocarnos, sí,
Y encontrar en el placer un único destino.
Algún día
De esos buenos
Podríamos probar
Eso de no preocuparnos por nuestros sentimientos
Y pensarnos, como dijo el profeta, hueso con carne
Y poder violarnos mutuamente y nada más
Sólo ese placer volador que me deja en las alturas
Y te deja en el cielo de tu alma
Y fluir.
Algún día
De esos buenos
Podríamos probar
Eso de no preocuparnos por nuestros sentimientos
Para poder atravesarnos de frente y costado
Volver las cosas a su justo lugar
A su mareo post-parto
Y servir a tu causa, a tu placer perdido, a tu soledad.
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