miércoles, 27 de febrero de 2008

Atraviesa


«Cuando el niño era niño... era el momento de hacerse esta pregunta:

¿por qué yo soy yo y no soy tú, por qué estoy aquí y no estoy allí;

cuándo empieza el tiempo y dónde termina el espacio;

¿no es la vida bajo el sol un mero sueño?...»

Wim Wenders


I

Recorre la mirada

los ribetes en las cortinas,

los muros y sus latitudes,

todo lo que esconde

la palabra, el grito,

y un silencio como tonada.

campos fértiles a la adivinanza,

a la esquizofrenia, a la pereza. . .

decir profuso y no decir nada.


1

una rúbrica queda en el cielo

ni asciende ni desciende,

se hace cúmulo, se hace nube,

flecha la travesía y llueven letras.


2

observa a lo lejos como crecen

dos estrellas que no saben

vencer brisa y humo

laurel de triunfo

ni hojas en la acera.


II


Un nudo gordiano

se atesora un a veces,

comulga su silabario

cuando dos mundos

se avienen, sutiles,

en el dilema

como un soplo existencial.


1

un suspiro parte la brecha

cede el nudo una mirilla

y dos miradas extrañas

como de otras tierras

se trinchan un entierro.


2

entonces,

inunda la tormenta

más epopeyas

de los ojos cuando oyen

y se restan,

adictos, otros acordes.


3

en paz se reposan

en la feria de la nada,

. . . el espejo

hecho escarcha,

o en el Arca de Noe

con nadie más a bordo.


III

Otro mundo en carabela

otro ordinario ayer

deshaciendo el nudo

del sueño futuro

bajo el sol de la clave

sin timón

sin tripulación.


desierto es el mar,

los niños se han ido

y el espacio escapó. . .

es apenas otra travesía

otro sueño en la maleta

a descontar,

. . . empieza ya,

¡abre cerrado de ojos!


. . . destaca el cielo de hoy

en el timbre del despertador.




Fuensanta González®

a 18 ~ 20 de febrero de 2008







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