El secretario general de la Presidencia mostró fotos de
otro monumento al genovés –y a los Reyes Católicos–
que yace en ruinas. Y habló de estatuas “perdidas” por Macri.
Ante la manifiesta preocupación del jefe de Gobierno porteño,
Mauricio Macri, por el destino de la estatua de Cristóbal Colón ubicada
detrás de la Casa Rosada, el secretario general de la Presidencia, Oscar
Parrilli, aclaró ayer que el monumento es patrimonio del gobierno
nacional y está en proceso de restauración. En un comunicado donde
desliza varias ironías, Parrilli señaló su sorpresa porque Macri no
despliega una preocupación equivalente por otras esculturas, incluyendo
el “Monumento a la España Civilizadora y Eterna”, bajo “custodia y
protección” de la Ciudad, que se encuentra en la Costanera Sur. Las
imágenes de ese conjunto de esculturas muestran cómo el
mismísimo Colón, la reina Isabel y sacerdotes, hasta completar 29
figuras de bronce, han sufrido “amputaciones” de brazos, piernas, dedos y
hasta han perdido sus espadas –como si hubieran soportado una feroz
batalla–, sin que se conozca por ahora ningún programa porteño de
reparación de daños.
En su respuesta a Macri, el funcionario nacional deja librado “al
lector” la calificación de esta nueva intervención del jefe de Gobierno.
Parrilli señala que evita darle un nombre “para que Mauricio no se
ofenda”. Luego de aludir a notas publicadas por La Nación y Clarín sobre
el monumento a Colón que sería reemplazado por una obra en homenaje a
Juana Uzurduy, donada por el gobierno de Bolivia, Parrilli recuerda que
la obra fue construida por residentes italianos, en 1910, para el
Centenario. Agrega que fue donado “al Poder Ejecutivo nacional y al
Pueblo Argentino, que lo aceptó por Ley 5105 del 26 de agosto de 1907”,
que en el texto “en ningún momento se habla del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, y que nunca fue declarado Monumento Histórico Nacional”.
Parrilli resalta que el monumento fue declarado hace “dos días” como
“bien integrante del patrimonio histórico y cultural” de Buenos Aires,
de lo que se desprendería que “hasta hace dos días dicho monumento no
era de interés ni preocupación municipal”.
Parrilli recuerda que el monumento sufrió dos “violentas
agresiones”: la primera durante el bombardeo de la Plaza de Mayo en la
“Revolución Fusiladora” que derrocó a Juan Domingo Perón y durante el
gobierno de Raúl Alfonsín, en 1987, cuando una bomba explotó en sus
cimientos sin que se conocieran sus autores. En 2007, por acuerdo entre
el gobierno nacional y el de la Ciudad, el cuidado, custodia y
mantenimiento de la plaza Colón, incluyendo el monumento, quedó en manos
de la Casa Militar de la Presidencia, “por razones relativas a la
seguridad de la Casa Rosada”.
Estudios realizados desde entonces demuestran que el riesgo
existente “no permite asegurar la estabilidad” del monumento y la
necesidad de desmontarlo para lograr su recuperación. El estudio está en
manos de “profesionales independientes” de la Facultad de Ingeniería y
la de Bellas Artes de la Universidad de La Plata. En este punto,
Parrilli señala que el monumento ha sido solicitado por la comunidad
italiana de Mar del Plata, para instalarlo en la plaza Colón de esa
ciudad.
Luego de aludir a las acciones judiciales iniciadas por el gobierno
porteño, Parrilli recuerda que el presidente de Bolivia, Evo Morales,
donó al gobierno argentino una estatua “de importantes dimensiones” de
la generala del Ejército de los Andes Juana Azurduy. Luego se afirma que
la presidenta Cristina Fernández considera que en la sede del gobierno
nacional es “más justo e histórico” instalar un monumento en homenaje “a
una mujer heroína en las luchas de la independencia de la Argentina” y
América “del yugo colonial de entonces”.
Además de resaltar el estado del monumento a España en Costanera
Sur, Parrilli dice que por las obras del metrobús se desconoce el
destino actual de varias estatuas: las del generalísimo Francisco de
Miranda, Carlos Gardel, María Antonia de Paz y Figueroa, la Grulla
donada por la Embajada del Japón, Alegorías a la Virtud y Sabiduría, las
placas conmemorativas de los asesinados el 19 y 20 de diciembre de
2001, y una estatua a Alberdi, en plaza Constitución.
Tomado de aquí.
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