Avanzaba la nada como soplada por viento/
se movía certera tu boca silbido niño espanto/
tanta luz azulada no podía no ser cierta/
tanto alambre que no deja y tanta espera encubierta.
Camina tus pasos de princesa/
la sangre alada se enciende en mieles/
y hace que escriba el escriba/
que sople el viento por mil lugares/
que se desentienda de todo lo demás/
y entonces camine sólo el obrero golondrina/
y al lado un juglar, y al lado un perro/
y como mil no sabemos qué haciendo de todo/
y observando lo lindo de que el cielo pertenezca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario