Ayer me soñé con tus pies
yo era una libélula, volaba en la orilla del lago
seguía tus pasos que resonaban en el agua
cuando te alcancé vi tus ojos brillar con la luna
caminamos por el alen cuando me posé en tu hombro
sentí el tibio viento de tu respiración
y el suave batir de tu corazón
¿ves esa estrella? -me dijiste sin palabras
cada uno de nosotros tiene una en algún lugar
podemos tocarlas en la noche cuando vienen a nadar
o cuando bajan a jugar con las montañas
los bosques danzan con ellas para la luna nueva
festejan el devenir de los ciclos
escuchemos al viento silbar –te dije
atravesamos los umbrales
la intensidad, la noche
tejamos y destejamos un telar
de líneas de vuelo...
bellisimo, gracias por tanta ternura.
ResponderEliminar