Existen hojas tan en serio
que da temor escribirlas.
Hojas tan serias
que obligan a la buena letra,
a la responsabilidad,
al arbitrio,
al detalle.
Existen hojas tan puras;
tan árbol y agua,
tan responsable es la tinta como su base
tan agobiante es el intento
y tan placentera la acción.
Existen hojas tan quietas,
tan expectantes,
que da pereza utilizarlas,
da miedo despertarlas;
da refugio su mirada.
Existen hojas tan otoño,
tan amarillo su canto,
que da tibieza su intento,
que da fulgor su tibieza,
que da calor su bondad.
Gracias, poeta.
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