Pero ya no duele
El no tenerte ni cerca
Ni mostrarte el camino que ya recorres
Y mirarte desde la puerta y sonreírte
Saludarte como la primera vez
Esa vieja sonrisa a sal
Es tu regreso una alegría para mí
¡Y que te quedes! Yo quiero
Para el siempre que vive conmigo
Dale mis buenas nuevas
Al cielo
Recuérdale que yo lo parí
En el rojo andar de tu sangre
Me hice haciendo silencio
Me fui de todo lo mío
Me fui de mí
Y hoy te veo apoyada en la puerta
Volviendo de los cielos, bajando con el cielo,
Con la mirada puesta en mi barba
Con la pregunta en la lengua… alcanzo a verla:
¿y esa barba?
Los años y los tiempos me hicieron barba
Y me dieron una especie de suerte bendita
Como una mochila de mil kilos
Que se lleva y se descarga en los lugares de trabajo
Y sí, también llevan tu nombre
Y lo publican en las estrellas
Junto al tuyo… María
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